jueves, 11 de marzo de 2010

COMO JESÚS, PASEMOS POR EL MUNDO HACIENDO EL BIEN

¡Amor y paz!

Avanza la Cuaresma y Jesús sigue afirmando que Él es quien anuncia y ha implantado su Reino de amor y salvación. Espera que los cristianos nos impliquemos en las exigencias de ese Reino. El compromiso principal es la unidad, el amor y la siembra del bien. Ahí se muestra el poder del Reino de Jesús. Su Evangelio --la vida y la Palabra del Señor-- son el Camino a recorrer y a revivir por todos los seguidores de Jesús.

Es el Evangelio que hoy, 3er jueves de Cuaresma, como todos los días, los invito a leer y meditar.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Lucas 11,14-23.

Jesús estaba expulsando a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar. La muchedumbre quedó admirada, pero algunos de ellos decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios". Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.

Comentario

Jesús pasa haciendo el bien, curando a los enfermos, liberando al ser humano de esos "demonios" que le oprimen. Y esa expulsión del demonio es para él un signo de la presencia de Dios, de su Reinado: donde Dios comienza a reinar, no hay sitio para los "demonios", desaparece toda opresión. Jesús lo dejó claramente dicho: traer el Reino (¡su misión!) es traer la liberación del ser humano, y viceversa.

Nuestra misión como cristianos -y como simples seres humanos- es ésa pues: pasar, como Jesús, haciendo el bien, curando y sanando, expulsando todo tipo de demonio que oprima a nuestros hermanos. Y eso es hacer presente a Dios, eso es implantar su Reino aquí en el mundo. Si expulsamos los demonios, hacemos realidad el máximo sueño de Jesús: "Venga Tu Reino"... Es la gran misión del ser humano, la misión que Dios nos ha revelado en Jesús, la que con otras palabras Dios ha revelado también a todos los hombres y mujeres que lo escuchan con corazón sincero.

Pero allí ocurrió algo importante: los enemigos "reinterpretaron" esa acción sanadora de Jesús. Dijeron: "Jesús expulsa los demonios por arte de Belzebú...". De golpe, con esa "reinterpretación", ocultaban esa curación que Jesús hacía reduciéndola a un simple acto de magia diabólica... Estaban adjudicando al diablo la acción misma de Jesús. Lo que para él era un síntoma o señal de la acción de Dios, sus enemigos lo presentan como indicio de la acción del demonio. Nos dicen otros evangelistas que Jesús se irritó y dijo que eso era un "pecado contra el Espíritu Santo", cuya suma gravedad expresó diciendo que "no se perdona ni en este mundo ni en el otro"...

"Que venga tu Reino", rezamos todos los días; no sería responsable esa petición si no expresara simultáneamente nuestra voluntad de poner de nuestra parte lo que hace falta para que sean expulsados todos esos "demonios" que oprimen.

Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)
www.mercaba.org