¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este lunes de la XVI Semana del Tiempo
Ordinario, ciclo A.
Los invito a orar por los colombianos, en el Día Nacional
de Colombia.
Lectio Divina: Mateo 12,38-42
Lectio
Lunes, 20 de julio de 2020
Tiempo Ordinario
1)Oración inicial
Muéstrate propicio con tus hijos, Señor, y multiplica
sobre ellos dones de tu gracia, para que, encendidos de fe, esperanza y
caridad, perseveren fielmente en el cumplimiento de tu ley. Por nuestro Señor.
2)Lectura
Del Evangelio según Mateo 12,38-42
Entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos:
«Maestro, queremos ver un signo hecho por ti.» Mas él les respondió:
«¡Generación malvada y adúltera! Un signo pide, y no se le dará otro signo que
el signo del profeta Jonás. Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el
vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre
estará en el seno de la tierra tres días y tres noches. Los ninivitas se
levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se
convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. La
reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta generación y la
condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de
Salomón, y aquí hay algo más que Salomón.
3)Reflexión
• El evangelio de hoy nos relata una discusión entre
Jesús y las autoridades religiosas de la época. Esta vez son los doctores de la
ley quienes piden a Jesús que haga una señal para ellos. Jesús había realizado
ya muchas señales: había curado al leproso (Mt 8,1-4), al empleado del
centurión (Mt 8,5-13), a la suegra de Pedro (Mt 8,14-15), a los enfermos y
poseídos de la ciudad (Mt 8,16), había calmado la tempestad (Mt 8,23-27), había
expulsado los demonios (Mt 8,28-34) y había hecho muchos otros milagros. La
gente, viendo las señales, reconoció en Jesús al Siervo de Yahvé (Mt 8,17;
12,17-21). Pero los doctores y los fariseos no fueron capaces de percibir el
significado de tantas señales que Jesús había realizado. Ellos querían algo
diferente.
• Mateo 12,38: Los doctores y los fariseos piden una
señal. Los fariseos llegan y dicen a Jesús: “Maestro, queremos ver una señal
realizada por ti”. Quieren que Jesús realice para ellos una señal, un milagro
para que puedan examinar y verificar si Jesús es o no el enviado por Dios según
lo imaginaban y esperaban. Quieren someterle a prueba. Quieren que Jesús se
someta a sus criterios para que puedan enmarcarlo dentro del esquema de su
mesianismo. No hay en ellos apertura para una posible conversión. No habían
entendido nada de todo lo que Jesús había hecho.
• Mateo 12,39: La respuesta de Jesús: la señal de Jonás.
Jesús no se somete a la petición de las autoridades religiosas, pues no hay
sinceridad en su petición. “¡Generación malvada y adúltera! Un signo pide, y no
se le dará otro signo que el signo del profeta Jonás¡”. Estas palabras profieren
un juicio muy fuerte respecto a los doctores y a los fariseos. Evocan el
oráculo de Oseas que denunciaba a la gente como esposa infiel y adúltera (Os
2,4). El evangelio de Marcos dice que Jesús, ante la petición de los fariseos,
suelta un profundo suspiro (Mc 8,12), probablemente de disgusto y de tristeza
ante una ceguera tan grande. Pues de nada sirve mostrar un cuadro bonito a
aquel que no quiere abrir los ojos. ¡Quien cierra los ojos no puede ver! La
única señal que se les dará es la señal de Jonás.
• Mateo 12,41: Aquí hay algo más que Jonás. Jesús apunta
hacia el futuro: “Así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre
del cetáceo, así también el Hijo del Hombre pasará tres días y tres noches en
el seno de la tierra”. Es decir, la única señal será la resurrección de Jesús,
que se prolongará en la resurrección de sus seguidores. Esta es la señal que,
en el futuro, se dará a los doctores y a los fariseos. Se confrontarán con el
hecho de que Jesús, será por ellos condenado a muerte, y a una muerte de cruz,
y Dios le resucitará y le seguirá resucitando de muchas maneras en los que
creerán en él, por ejemplo, le resucitará en el testimonio de los apóstoles,
“personas iletradas” que tuvieron el valor de enfrentarse a las autoridades
anunciando la resurrección de Jesús (Hec 4,13). ¡Lo que convierte es el
testimonio! No los milagros: “Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta
generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de
Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.”. La gente de Nínive se convirtió ante el
testimonio de la predicación de Jonás y denunció la incredulidad de los
doctores y de los fariseos. Pues “aquí hay algo más que Jonás”.
• Mateo 12,42: Aquí hay algo más que Salomón. La alusión
a la conversión de la gente de Nínive se asocia y hace recordar el episodio de
la Reina de Sabá: “La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta
generación y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír
la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón.”. Esta evocación casi
ocasional del episodio de la Reina de Sabá que reconoció la sabiduría de
Salomón, muestra cómo se usaba la Biblia en aquel tiempo. Era por asociación.
La regla principal de la interpretación era ésta: “La Biblia se explica por la
Biblia”. Hasta hoy, ésta es una de las normas más importantes para la
interpretación de la Biblia, sobre todo para la lectura orante de la Palabra de
Dios.
4)Para la reflexión personal
• Convertirse es mudar no sólo de comportamiento moral,
sino que también de ideas y de modo de pensar. Moralista es aquel que muda de
comportamiento, pero guarda inalterable su manera de pensar. Yo, ¿cómo soy?
• Ante la actual renovación de la Iglesia, ¿soy el
fariseo que pide una señal o soy como la gente que reconoce que éste es el
camino que Dios quiere?
5) Oración final
Pues tu amor, Señor, es mejor que la vida,
por eso mis labios te alaban,
así quiero bendecirte en mi vida,
levantar mis manos en tu nombre. (Sal 63,4-5)
Orden de los Carmelitas