¡Amor y paz!
Los invito, hermanos,
a leer y meditar el Evangelio, en este viernes de la 3a semana de Pascua, ciclo
C.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Juan 6,52-59
Lectio
Viernes, 10 May ,
2019
1) Oración inicial
Te pedimos, Señor, que
ya que nos has dado la gracia de conocer la resurrección de tu Hijo, nos
concedas también que el Espíritu Santo, con su amor, nos haga resucitar a una
vida nueva. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Juan 6,52-59
Discutían entre sí los
judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no
bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi
sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es
verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi
sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha
enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es
el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron;
el que coma este pan vivirá para siempre.» Esto lo dijo enseñando en la
sinagoga, en Cafarnaún.
3) Reflexión
• Estamos llegando
casi al final del Discurso del Pan de Vida. Aquí empieza la parte más polémica.
Los judíos se encierran en sí mismos y empiezan a cuestionar las afirmaciones
de Jesús.
• Juan 6,52-55: Carne
y sangre: expresión de vida y de entrega total. Los judíos reaccionan
"¿Cómo este hombre puede darnos su carne para comer?" Era cerca de la
fiesta de Pascua. Dentro de unos pocos días, iban a comer la carne del cordero
pascual en la celebración de la noche de pascua. Ellos no entendían las
palabras de Jesús, porque tomaron todo al pie de la letra. Pero Jesús no
disminuyó las exigencias, ni tampoco retira nada de lo que había dicho, e
insiste: "«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo
del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi
carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día.
Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come
mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él”.
(a) Comer la carne de
Jesús significa aceptar a Jesús como el nuevo Cordero Pascual, cuya sangre nos
libera de la esclavitud. La ley del Antiguo Testamento, respecto a la vida, prohibía
comer sangre (Dt 12,16.23; He 15.29). La sangre era la señal de la vida. (b)
Beber la sangre de Jesús significa asimilar la misma manera de vivir que marcó
la vida de Jesús. Lo que trae vida no es celebrar el maná del pasado, sino
comer este nuevo pan que es Jesús, su carne y su sangre. Participando en la
Cena Eucarística, asimilamos su vida, su donación y su entrega. “Si no coméis
la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en
vosotros.” Deben aceptar a Jesús como mesías crucificado, cuya sangre será
derramada.
• Juan 6,56-58: Quien
me come, vivirá por mí. Las últimas frases son de gran profundidad y tratan de
resumir todo lo que se dijo. Evocan la dimensión mística que envuelve toda la
participación en la eucaristía. Expresan lo que Pablo dice en la carta a los
Gálatas: “Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí (Gál 2,20). Es lo que dice
el Apocalipsis de Juan: “Si uno me oye y me abre, entraré en su casa y
comeremos juntos” (Ap 3,20). Y Juan mismo en el Evangelio: “Si alguien me ama
guardará mi palabra y mi Padre le amará y los dos nos vendremos con él y en él
haremos nuestra morada” (Jn 14,23). Y termina con la promesa de vida que marca
la diferencia con el antiguo éxodo: “Este es el pan bajado del cielo. No es
como el pan que comieron vuestros padres y después murieron. Quien come de este
pan vivirá por siempre."
• Juan 6,59: Termina
el discurso en la sinagoga. Hasta aquí la conversación entre Jesús, la gente y
los judíos en la sinagoga de Cafarnaún. Como aludimos anteriormente, el
Discurso del Pan de Vida nos ofrece una imagen de cómo era la catequesis en
aquel final del siglo primero en las comunidades cristianas de Asia Menor. Las
preguntas de la gente y de los judíos reflejan las dificultades de los miembros
de las comunidades. Y las respuestas de Jesús representan las aclaraciones para
ayudarlos a superar las dificultades, a profundizar en su fe y a vivir más
intensamente la eucaristía que se celebraba sobre todo en las noches del sábado
al domingo, el Día del Señor.
4) Para la reflexión
personal
• A partir del
Discurso del Pan de Vida, la celebración de la Eucaristía recibe una luz muy
fuerte y una enorme profundización. ¿Cuál es la luz que estoy percibiendo y que
me ayuda a da un paso?
• Comer la carne y la
sangre de Jesús, es el mandamiento que él nos da. ¿Cómo vivo la eucaristía en
mi vida? Aunque no pueda ir a misa todos los días o los domingos, mi vida debe
ser eucaristía. ¿Cómo alcanzar este objetivo?
5) Oración final
¡Alabad al Señor, todas las naciones,
ensalzadlo, pueblos
todos!
Pues sólido es su amor
hacia nosotros,
la lealtad del Señor dura para siempre. (Sal 117,1-2)
Orden
de los Carmelitas