¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este sábado de la
19ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo B.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: MATEO
19,13-15
Lectio:
Sábado, 18 agosto, 2018
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y
eterno, a quien podemos llamar Padre; aumenta en nuestros corazones el espíritu
filial, para que merezcamos alcanzar la herencia prometida. Por nuestro Señor.
2) Lectura del
Evangelio
Del Evangelio según Mateo
19,13-15
Entonces le fueron
presentados unos niños para que les impusiera las manos y orase; pero los
discípulos les reñían. Mas Jesús les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, y
no se lo impidáis porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos.»
Y, después de imponerles las manos, se fue de allí.
3) Reflexión
• El Evangelio es bien
breve. Apenas tres versículos. Describe cómo Jesús acoge a los niños.
• Mateo 19,13: La
actitud de los discípulos ante los niños. Llevaron a los niños ante
Jesús, para que les impusiera las manos y orase por ellos. Los discípulos
reñían a las madres. ¿Por qué? Probablemente, de acuerdo con las normas severas
de las leyes de la impureza, los niños pequeños en las condiciones en las que
vivían, eran considerados impuros. Si hubiesen tocado a Jesús, Jesús hubiera
quedado impuro. Por esto, era importante evitar que llegasen cerca y le
tocaran. Pues ya había acontecido una vez, cuando un leproso tocó a Jesús.
Jesús, quedó impuro y no podía entrar en la ciudad. Tenía que estar en lugares
desiertos (Mc 1,4-45)
• Mateo 19,14-15: La
actitud de Jesús: acoge y defiende la vida de los niños. Jesús reprende a
los discípulos diciendo: “Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo
impidáis porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos”. A
Jesús no le importa transgredir las normas que impedían la fraternidad y la
acogida que había que reservar a los pequeños. La nueva experiencia de Dios
como Padre marcó la vida de Jesús y le dio una mirada nueva para percibir y
valorar la relación entre las personas. Jesús se coloca del lado de los
pequeños, de los excluidos y asume su defensa. Impresiona cuando se junta todo
lo que la Biblia informa sobre las actitudes de Jesús en defensa de la vida de los
niños, de los pequeños:
a) Agradecer por el
Reino presente en los pequeños. La
alegría de Jesús es grande, cuando percibe que los niños, los pequeños,
entienden las cosas del Reino que él anunciaba a la gente. “Padre, ¡yo te
agradezco!” (Mt 11,25-26) Jesús reconoce que los pequeños entienden del Reino
más que los doctores!
b) Defender el derecho
a gritar. Cuando Jesús, al
entrar en el Templo, derribó las mesas de los mercaderes, eran los niños los
que gritaban: “¡Hosanna al hijo de David!” (Mt 21,15). Criticados por los jefes
de los sacerdotes y por los escribas, Jesús los defiende y en su defensa invoca
las Escrituras (Mt 21,16).
c) Identificarse con
los pequeños. Jesús abraza a
los niños y se identifica con ellos. Quien recibe a un niño, recibe a Jesús (Mc
9, 37). “En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos
míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.” (Mt 25,40).
d) Acoger y no
escandalizar. Una de las
palabras más duras de Jesús es contra los que causan escándalo a
los pequeños, esto es, son el motivo por el cual los pequeños dejan de creer en
Dios. Para éstos, mejor sería que le cuelguen una piedra de molino y le hundan
en lo profundo del mar (Lc 17,1-2; Mt 18,5-7). Jesús condena el sistema, tanto
político como religioso, que es el motivo por el cual la gente humilde, los
niños, pierden su fe en Dios.
e) Volverse como niños. Jesús pide que los discípulos se vuelvan como
niños y acepten el Reino como niños. Sin eso, no es posible entrar en el Reino
(Lc 9,46-48). ¡Coloca a los niños como profesores de adultos! Lo cual no es
normal. Acostumbramos hacer lo contrario.
f) Acoger y tocar. (El evangelio de hoy). Las madres con niños
se acercan a Jesús para pedir la bendición. Los apóstoles reaccionan y los
alejan. Jesús corrige a los adultos y acoge a las madres con los niños. Los
toca y les da un abrazo. “¡Dejad que los niños se acerquen a mí, no se
lo impidáis!” (Mc 10,13-16; Mt 19,13-15). Dentro de las normas de la época,
tanto las madres como los niños pequeños, todos ellos vivían prácticamente, en
un estado de impureza legal. ¡Tocarlos significaba contraer impureza! Jesús no
se incomoda.
g) Acoger y curar. Son muchos los niños y los jóvenes que acoge,
cura y resucita: la hija de Jairo, de 12 años (Mc 5,41-42), la hija de la mujer
Cananea (Mc 7,29-30), el hijo de la viuda de Naim (Lc 7,14-15), el niño
epiléptico (Mc 9,25-26), el hijo del Centurión (Lc 7,9-10), el hijo del
funcionario público(Jo 4,50), el niño de los cinco panes y de los dos peces (Jn
6,9).
4) Para la relación
personal
• Niños: ¿Qué has
aprendido de los niños a lo largo de tu vida? ¿Qué han aprendido los niños de
ti sobre Dios y sobre la vida?
• ¿Qué imagen de Dios
irradio para los niños? ¿La de un Dios severo, bondadoso, distante o ausente?
5) Oración final
Crea en mí, oh Dios, un
corazón puro,
renueva en mi interior un espíritu firme;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo espíritu. (Sal 51,12-13)
renueva en mi interior un espíritu firme;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo espíritu. (Sal 51,12-13)
Orden de los Carmelitas