¡Amor
y paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este martes IV de la feria
privilegiada de Adviento, ciclo A.
Dios
nos bendice...
Lectio Divina: Lucas
1,67-79
Lectio
Martes, 24 Diciembre , 2019
1) Oración inicial
Apresúrate,
Señor Jesús, y no tardes, para que tu venida consuele y fortalezca a los que
esperan todo de tu amor. Tú que vives y reinas.
2) Lectura
Del santo
Evangelio según Lucas 1,67-79
En aque tiempo, Zacarías, padre de Juan, quedó lleno de Espíritu Santo y profetizó diciendo:
« EN aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, se llenó de Espíritu Santo y profetizó diciendo:
«”Bendito sea el Señor, Dios de Israel”,
porque ha visitado y “redimido a su pueblo”,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la “misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza”
y “el juramento que juró a nuestro padre Abrahán” para concedernos
que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante “del Señor a preparar sus caminos”,
anunciando a su pueblo la salvación
por el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».
3) Reflexión
• El
Cántico de Zacarías es uno de los muchos cánticos de las comunidades de los
primeros cristianos, que hasta hoy están esparcidos por los escritos del Nuevo
Testamento: en los evangelios (Lc 1,46-55; Lc 2,14; 2,29-32), en las cartas
paulinas (1Cor 13,1-13; Ef 1,3-14; 2,14-18; Fil 2,6-11; Col 1,15-20) y en el
Apocalipsis (1,7; 4,8; 11,17-18; 12,10-12; 15,3-4; 18,1 hasta 19,8). Estos
cánticos nos dan una idea de cómo era la vivencia de la fe y de la liturgia
semanal en aquellos primeros tiempos. Dejan entrever una liturgia que era, al
mismo tiempo, celebración del misterio, profesión de fe, animación de la
esperanza y catequesis.
• Aquí en el Cántico de Zacarías, los miembros de aquellas primeras
comunidades, casi todos judíos, cantan la alegría de haber sido visitados por
la bondad de Dios que, en Jesús, vino a realizar las promesas. El cántico tiene
una bonita estructura, bien elaborada. Parece una lenta subida que lleva a los
fieles hasta lo alto de la montaña, de donde observan el camino recorrido desde
Abrahán (Lc 1,68-73), experimentan el comienzo de la realización de las
promesas (Lc 1,74-75) y de allí miran hacia delante previendo el camino que
tiene que recorrer el niño Juan hasta el nacimiento de Jesús; el sol de
justicia que viene a preparar para todos el camino de la Paz (Lc 76-79).
• Zacarías comienza alabando a Dios porque ha visitado y redimido a su pueblo
(Lc 1,68) y ha suscitado a un poderoso salvador en la casa de David su siervo
(Lc 1,69) como había prometido por boca de los profetas (Lc 1,70). Y describe
en qué consiste esta salvación poderosa: salvarnos de todos nuestros enemigos y
de las manos de todos los que nos odian (Lc 1,71). Esta salvación es el
resultado, no de nuestro esfuerzo, sino de la bondad misericordiosa de Dios
mismo que se acordó de su alianza sagrada y del juramento hecho a Abrahán;
nuestro padre (Lc 1,72). Dios es fiel. Este es el fundamento de nuestra
seguridad.
• Seguidamente Zacarías describe en qué consiste el juramento de Dios a
Abrahán: es la esperanza de “que, libres de nuestros enemigos, podamos vivir
sin temor, en santidad y justicia, en presencia de Dios, todos los días de
nuestra vida”. Este era el gran deseo de la gente de aquel tiempo y sigue
siendo el gran deseo de todos los pueblos de todos los tiempos: vivir
en paz, sin miedo, sirviendo a Dios y al prójimo, en santidad y justicia, todos
los días de nuestra vida. Este es lo alto de la montaña, el punto
de llegada, que apareció en el horizonte con el nacimiento de Juan (Lc
1,73-75).
• Ahora la atención del cántico se dirige a Juan, al niño que acaba de nacer.
El será el profeta del Altísimo, porque irá delante del Señor preparándole el
camino, capacitando a su pueblo para conocer la salvación para
el perdón de los pecados (Lc 1,76-77). Aquí tenemos una alusión clara a la
profecía mesiánica de Jeremías que decía: “Ya no tendrá que enseñarse
mutuamente, diciéndose el uno al otro: "Conozcan a Javé".
Porque todos, grandes y pequeños, me conocerán, oráculo de Javé,
porque yo habré perdonado su culpa y no me acordaré más de su pecado” (Jer
31,34). En la Biblia, “conocer” es sinónimo de “experimentar”. El perdón y la
reconciliación nos hacen experimentar la presencia de Dios.
• Todo esto será fruto de la acción misericordiosa del corazón de nuestro Dios
y se realizará plenamente con la venida de Jesús, el sol que viene de
lo alto para iluminar todos los que están en tinieblas y sombras de
muerte y para guiar nuestros pasos por los caminos de la Paz (Lc 1,78-79).
4) Para la reflexión personal
• Hay veces
que es bueno leer el cántico como si fuera por primera vez para poder descubrir
en él toda la novedad de la Buena Nueva de Dios.
• ¿Has experimentado alguna vez la bondad de Dios? ¿Has experimentado alguna
vez el perdón de Dios?
5) Oración final
Cantaré por
siempre el amor del Señor,
anunciaré tu lealtad de edad en edad.
Dije: «Firme está por siempre el amor,
en ellos cimentada tu lealtad. (Sal 89,2-3)
anunciaré tu lealtad de edad en edad.
Dije: «Firme está por siempre el amor,
en ellos cimentada tu lealtad. (Sal 89,2-3)
Orden
de los Carmelitas