martes, 16 de agosto de 2022

Para Dios todo es posible

¡Amor y paz!

 

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este martes de la 20ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.

 

Dios nos bendice...

 

PRIMERA LECTURA

 

Lectura de la profecía de Ezequiel  28, 1-10

 

La palabra del Señor me llegó en estos términos: Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así habla el Señor: Tu corazón se llenó de arrogancia y dijiste: «Yo soy un dios; estoy sentado en un trono divino, en el corazón de los mares». ¡Tú, que eres un hombre y no un dios, te has considerado igual a un dios!

Sí, eres más sabio que Daniel: ningún secreto te supera. Con tu sabiduría y tu inteligencia, te has hecho una fortuna, acumulaste oro y plata en tus tesoros. Por tu gran habilidad para el comercio fuiste acrecentando tu fortuna, y tu corazón se llenó de arrogancia a causa de tantas riquezas.

Por eso, así habla el Señor: Porque te has considerado igual a un dios, yo traigo contra ti gente extranjera, las más feroces de las naciones: ellos desenvainarán la espada contra tu bella sabiduría, y profanarán tu esplendor.

Te precipitarán en la Fosa y morirás de muerte violenta en el corazón de los mares.

¿Te atreverás a decir: «Yo soy un dios», delante de tus verdugos? Serás un hombre, no un dios, en manos de los que te traspasen. Tendrás la muerte de los incircuncisos, en manos de extranjeros, porque yo he hablado -oráculo del Señor.

 

Palabra de Dios.

 

SALMO

 

Deut 32, 26-27a. 27c-28. 30. 35c-36b (R.: 39c)

 

R. Yo doy la muerte y la vida.

 

Yo me propuse reducirlos a polvo

y borrar su recuerdo de entre los hombres,

pero temí que sus enemigos se jactaran,

que cayeran en el error.  R.

 

Y dijeran: «Nuestra mano ha prevalecido,

no es el Señor el que hizo todo esto.»

Porque esa gente ha perdido el juicio

y carece de inteligencia.  R.

 

¿Cómo podría uno solo desbandar a mil

y dos, poner en fuga a diez mil,

si su Roca no los hubiera vendido

y el Señor no los hubiera entregado?  R.

 

Porque está cerca el día de su ruina

y ya se precipita el desenlace.

Sí, el Señor hará justicia con su pueblo

y tendrá compasión de sus servidores.  R.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 23-30

 

Jesús dijo entonces a sus discípulos: «Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos.»

Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?»

Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.»

Pedro, tomando la palabra, dijo: «Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?»

Jesús les respondió: «Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna.

Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros.»

 

Palabra del Señor.

 

PARA REFLEXIONAR

  • Tiro es una ciudad de la costa mediterránea, su posición estratégica «en medio del mar», le confería una situación de fuerza; por lo que pensaba que era invencible. Fue uno de los grandes puertos fenicios de donde éstos partieron para conquistar la cuenca del Mediterráneo. En el evangelio, Tiro es también el símbolo de la ciudad pagana.
  • El profeta hoy hace un oráculo  contra el rey de Tiro por considerar que tenía la culpa y, burlarse de la desgracia de Israel.
  • Tiro a pesar de haber servido de instrumento en manos de Dios para castigar pedagógicamente a su pueblo, se volvió  arrogante y recibirá la paga de su orgullo.
  • El profeta se alza contra la pretensión orgullosa de esta ciudad, que en su presunción, llega al pecado capital de creerse dios.
  • Al dirigirse al «príncipe de Tiro» en nombre mismo de Dios, Ezequiel demuestra que, a pesar de todo, Dios cuida de su pueblo y afirma la universalidad de su mensaje; que no queda confinado en el interior de las fronteras de su propio pueblo.
  • La sentencia de castigo es grave: morirá y su reino será aniquilado.

***  

  • Una vez que el joven ha salido de la escena, sigue el diálogo entre Jesús y los discípulos. El fracaso que acaban de ver es un «hecho de vida», que invita a reflexionar y a juzgarlo a la luz del Reino de Dios. El comentario de Jesús sigue a la breve escena del joven que no se decidió a abandonar sus riquezas para seguir a Jesús.
  • Por eso Pedro le dice que ellos lo han abandonado «todo» y lo han seguido. Se ve en seguida que, ni por parte de Pedro ni de los demás, es muy gratuito este seguimiento, porque especulan que les va a tocar. Jesús los ubica en la perspectiva correcta. Jesús les promete un premio cien veces mayor que lo que han dejado.
  • La imagen de la aguja de coser utilizada por Jesús expresa y designa el sentido de una cosa absolutamente imposible. Jesús se refiere a los ricos de esta manera y a su imposibilidad de entrar en el Reino, no por ser ricos, sino porque quien posee bienes en afectuosa propiedad, tiene poseído por ellos el corazón, que según el Evangelio, tiene que estar disponible del todo sólo para Dios.
  • Lo que asusta a sus oyentes es que Jesús aplique este dicho a los ricos que quieren salvarse. Si uno está tan lleno de cosas que no necesita nada más, si se siente tan satisfecho de sí mismo, y no se puede desprender de su ansia de poseer y de la idolatría del dinero, le resultará difícil aceptar como programa de vida el Reino que Dios le propone.
  • Las riquezas son buenas en sí, a no ser que se hayan acumulado injustamente. Pero lo que no es bueno es ser esclavo del dinero y no utilizarlo para lo que Dios quiere.
  • Los discípulos se quedaron sorprendidos por las exigencias de Jesús. Ellos al fin y al cabo dejaban pocas posesiones y estaban acostumbrados a vivir pobres. Pero, lo que Jesús pedía a los ricos era una renuncia a la riqueza, que se consideraba una bendición de Dios. Los discípulos esperaban una seguridad futura en el Reino que ellos creían se inauguraría al llegar a Jerusalén. Jesús les recuerda que al optar por el Reino ya han abandonado las seguridades de este mundo  y se confían plenamente a las manos de Dios.
  • Nosotros, probablemente, no somos ricos en dinero. Pero podemos tener alguna clase de «posesiones» que nos llenan, que nos pueden hacer autosuficientes y hasta endurecer nuestra sensibilidad, tanto para con los demás como para con Dios, porque, en vez de poseer nosotros esos bienes, son ellos los que nos poseen a nosotros.
  • El discípulo sigue a Jesús por amor, porque se siente llamado por El, a colaborar en la obra de la salvación del mundo. No por ventajas económicas ni humanas, ni siquiera espirituales, aunque con la seguridad de que Dios gana siempre en generosidad.
  • La necesidad de hacerse pequeño para hacer posible la recepción de la gracia del Reino, es algo imposible de lograr, por medio del esfuerzo humano. Es necesaria la gracia de Dios, como lo señala Jesús: “humanamente eso es imposible pero para Dios todo es posible”. La gracia de Dios hace posible vivir en el desprendimiento total, a pesar de la imposibilidad humana de actuar de ese modo. Para recibir el Reino es necesario morir a lo propio, o se hace morir el Reino en la vida propia.
  • Este desprendimiento con que el hombre expresa su apertura a la gratuidad, lo capacita para aceptar el don del Reino, cuyo valor trasciende infinitamente lo que se ha abandonado.
  • Jesús, en el texto evangélico de Mateo, invita a trascender los criterios fijados en el ámbito de la sociedad comercial. Su llamada a todo hombre es, a dejarlo todo para recibirlo todo y, esta disponibilidad sólo puede ser creada en el corazón humano por la revelación del Padre. La comunidad cristiana debe continuamente volver a descubrir la gracia de Dios si quiere responder adecuadamente a esta llamada de Jesús.

 

PARA DISCERNIR

  • ¿Me animo a abandonarme en las manos providenciales de Dios?
  • ¿Espero recompensa por mi entrega?
  • ¿Calculo lo que realizo y espero devolución proporcional?

 

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

 

Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos

 

ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES

Vicaría de Pastoral