viernes, 14 de enero de 2022

Él tiene el poder de perdonar los pecados

 

¡Amor y paz!

 

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este viernes de la 1ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.

 

Dios nos bendice...

 

PRIMERA LECTURA

 

Lectura del primer libro de Samuel 8, 4-7. 10-22a

 

Se reunieron todos los ancianos de Israel y acudieron a Samuel en Ramá. «Tú ya eres viejo, le dijeron, y tus hijos no siguen tus pasos. Ahora danos un rey para que nos gobierne, como lo tienen todas las naciones.»

A Samuel le disgustó que le dijeran: «Danos un rey para que nos gobierne», y oró al Señor.

El Señor dijo a Samuel: «Escucha al pueblo en todo lo que ellos digan, porque no es a ti a quien rechazan: me rechazan a mí, para que no reine más sobre ellos.»

Samuel comunicó todas las palabras del Señor al pueblo que le pedía un rey, diciendo: «Este será el derecho del rey que reinará sobre ustedes. El tomará a los hijos de ustedes, los destinará a sus carros de guerra y a su caballería, y ellos correrán delante de su carro. Los empleará como jefes de mil y de cincuenta hombres, y les hará cultivar sus campos, recoger sus cosechas, y fabricar sus armas de guerra y los arneses de sus carros. Tomará a las hijas de ustedes como perfumistas, cocineras y panaderas. Les quitará a ustedes los mejores campos, viñedos y olivares, para dárselos a sus servidores. Exigirá el diezmo de los sembrados y las viñas, para entregarlo a sus eunucos y a sus servidores.

Les quitará sus mejores esclavos, sus bueyes y sus asnos, para emplearlos en sus propios trabajos. Exigirá el diezmo de los rebaños, y ustedes mismos serán sus esclavos. Entonces, ustedes clamarán a causa del rey que se han elegido, pero aquel día el Señor no les responderá.»

El pueblo se negó a escuchar la voz de Samuel, e insistió: « ¡No! Habrá un rey sobre nosotros, y así seremos como todas las naciones. Nuestro rey nos juzgará, saldrá al frente de nosotros y combatirá en nuestros combates.»

Samuel escuchó todas las palabras del pueblo y las repitió en presencia del Señor.

El Señor dijo a Samuel: «Escúchalos y dales un rey.»

 

Palabra de Dios.

 

SALMO

 

Sal 88,16-19

 

R.        ¡Cantaré eternamente tu misericordia Señor!

 

¡Feliz el pueblo que sabe aclamarte!

Ellos caminarán a la luz de tu rostro,

Se alegrarán sin cesar en tu Nombre,

Serán exaltados a causa de tu justicia. R.

 

Porque Tú eres su gloria y su fuerza;

Con tu favor, acrecientas nuestro poder.

Sí, el Señor se nuestro escudo,

El Santo de Israel es realmente nuestro rey. R.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 1-12

 

Unos días después, Jesús volvió a Cafarnaún y se difundió la noticia de que estaba en la casa. Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siguiera delante de la puerta, y él les anunciaba la Palabra.

Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados.»

Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior: « ¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?»

Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: « ¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: «Tus pecados te son perdonados», o «Levántate, toma tu camilla y camina»? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.»

El se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto nada igual.»

 

Palabra del Señor.

 

PARA REFLEXIONAR

  • La escena de hoy es un momento crucial en la historia de Israel. Desde que entraron en la Tierra prometida, hasta aquí, cada tribu posee su propia organización. Ocasionalmente, al sentir la amenaza de los pueblos vecinos, bajo la conducción de un «Juez» una tribu se une a otra para la defensa común.
  • Pero, con el tiempo desean estar armados como los pueblos vecinos tanto política como militarmente. Después de unos doscientos años bajo la guía de los Jueces, se reunieron todos los ancianos de Israel y fueron a ver a Samuel y le piden un rey para que los juzgue y gobierne, como a las otras naciones.
  • A pesar que el pedido de un rey disgustó a Samuel, invocó al Señor. El Señor dijo a Samuel: «Haz caso a todo lo que el pueblo te dice, porque no te han rechazado a ti, me han rechazado a mí, porque no quieren que reine sobre ellos».
  • El profeta Samuel no está de acuerdo e invocó al Señor. Y he ahí que Dios está de acuerdo con el profeta y, a la vez, con el pueblo: «haz lo que te pide».
  • A pesar de todo, la monarquía de Israel no debe ser como la de «los demás pueblos», en las ciudades cananeas: unos reyes déspotas que además pretenden divinizarse. Dios quiere para su pueblo una convivencia fraterna y unos gobernantes al servicio de sus hermanos.
  • Estar al frente de un pueblo como gobernante es convertirse en servidor de todos para procurar el bien de todos. El poder no puede utilizarse para los propios intereses, pues de lo contrario el gobernante se convertiría en un opresor de su pueblo.

***

  • Marcos va a contarnos a partir de hoy, cinco escenas de controversia de Jesús con los fariseos, agrupadas con una intención catequética. La fama de Jesús se ha extendido por toda la región alrededor del lago de Galilea; al regresar a Cafarnaún, mucha gente va a verlo y Él habla a la multitud.
  • Después de un leproso, viene un paralítico en busca de Jesús dependiendo completamente de las personas que lo cargan en su camilla. Jesús está rodeado de tanta gente, hasta el punto de no poder  verlo ni acercársele; por eso se las ingenian para abrir un boquete en el techo y descolgar al impedido en su camilla. Jesús no lo sana  de la parálisis de entrada, sino que le perdona al paralítico sus pecados, causando escándalo entre los doctores de la ley y los escribas presentes. Para ellos, solamente Dios puede perdonar, y sólo lo hace a través de sus intermediarios: los sacerdotes y la estructura organizada para purificar al pecador. Según ellos Jesús no sólo blasfema, sino que usurpa atribuciones.
  • Según la manera de pensar del momento, la enfermedad era considerada consecuencia del pecado. Jesús cura a aquella persona integralmente: lo cura de su pecado y de su enfermedad. Y ambas curaciones son parte de su ministerio.
  • Jesús propone una renovación del hombre desde su interior, que todos puedan reconocerse como hijos de Dios, miembros de una comunidad de hermanos. Por eso, aunque lo prioritario para el paralítico y para quienes lo llevaron era la curación física, Jesús primero lo perdona de sus pecados.
  • Esta curación, sirvió de prueba para mostrar que Jesús tenía poder para perdonar pecados y para la curación física, relativizándola, y dando prioridad al cambio.
  • Para Jesús, no va por un lado la liberación material y por otra la espiritual: lo que hay que liberar es la persona en su totalidad. La liberación del mal físico tal como la enfermedad, el hambre, el sufrimiento y toda forma de muerte,  es liberación del ser humano, es presencia del Reino, es salvación. Hay una unidad entre la liberación y la salvación. Cuando sanamos el cuerpo, cuando saciamos el hambre, cuando eliminamos la ignorancia, cuando liberamos, salvamos.
  • Nosotros, en muchas ocasiones, solemos separar lo corporal de lo espiritual; a Dios, de nuestra vida de todos los días. La sanación que brota del encuentro con Dios es algo total, algo que implica todas las realidades de nuestra vida. Sólo así podemos entender que Jesús curara y perdonara pecados, que en sus labios y en su vida fueran una misma cosa.
  • También a nosotros Cristo nos quiere curar de todos nuestros males, sobre todo del pecado, que está en la raíz de todo mal. La palabra de Jesús quiere llegar más hondo que nuestro pecado. No sólo en el momento final de la vida, sino en el instante en que, por la fuerza de esa palabra nos animamos a levantarnos, tomamos nuestra camilla y comenzamos a andar ante la mirada de todos. El tomar la camilla es un signo que nos permite descubrir que “la salud que Cristo nos da” es un don, que tenemos que cuidar constantemente, porque la posibilidad de volver a enfermarnos está al acecho.
  • A través de la acción evangelizadora, la Iglesia se hace continuadora de la acción de Cristo en la historia, llevando a todos la salvación. Aún con los medios más creativos e inverosímiles busca no sólo la curación o la ayuda en las necesidades materiales, sino la experiencia de la vida nueva que nos viene de Él. Sólo basta dejarse conducir por el Espíritu Santo, el cual nos ayudará a descubrir los caminos necesarios para construir y realizar el reino.
  • La gente no sólo queda admirada, sino que, al percibir la nueva vida que Jesús comunica, acepta este mensaje y se dirige adonde está Jesús para seguir escuchando su enseñanza.
  • Por eso, hagamos de la Evangelización una Evangelización integral, que busque el bien y la salvación del hombre completo, para que todos puedan disfrutar de una vida digna, pero para que también sean capaces de llegar a glorificar a Dios no sólo con sus palabras, sino con su vida misma. 

 

PARA DISCERNIR

  • ¿Hasta dónde llega nuestra fe?
  • ¿Nos conformamos con ilustrar la mente de los demás?
  • ¿Nos limitamos a trabajar por una liberación humana?

 

ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES

Vicaría de Pastoral