¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos a leer y meditar el Evangelio, en este miércoles de la 6a
semana de Pascua, ciclo C.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Juan 16,12-15
Lectio
Miércoles, 29 May ,
2019
Tiempo de
Pascua
1) Oración inicial
Escucha, Señor,
nuestra oración y concédenos que así como celebramos en la fe la gloriosa
resurrección de Jesucristo, así también, cuando él vuelva con todos sus santos,
podamos alegrarnos con su victoria. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Juan 16,12-15
Mucho tengo todavía
que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga él, el Espíritu de la
verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino
que hablará lo que oiga, y os explicará lo que ha de venir. Él me dará gloria,
porque recibirá de lo mío y os lo explicará a vosotros. Todo lo que tiene el
Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo explicará a
vosotros.
3) Reflexión
• En estas semanas del
tiempo pascual, los evangelios diarios están sacados, casi todos, de los
capítulos de 12 a 17 de Juan. Esto revela algo respecto del origen y del
destino de estos capítulos. Reflejan no sólo lo que acontece antes de la pasión
y de la muerte de Jesús, pero también y sobre todo la vivencia de la fe de las
primeras comunidades después de la resurrección. Reflejan la fe pascual que las
animaba.
• Juan 16,12: Mucho
tengo todavía que deciros. El evangelio de hoy comienza con esta frase:
"Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello”. En estas
palabras de Jesús afloran dos cosas: el ambiente de despedida que marcaba la
última cena, y la preocupación de Jesús, el hermano mayor, con sus hermanos más
jóvenes que en breve se quedarán sin su presencia. Quedaba muy poco tiempo. En
breve, Jesús sería detenido. La obra iniciada estaba aún incompleta. Los
discípulos apenas estaban al comienzo del aprendizaje. Tres años es muy poco
para cambiar de vida y comenzar a vivir desde otra imagen de Dios. La formación
de ellos no se había terminado. Faltaba mucho, y Jesús tenía todavía muchas
cosas que enseñar y transmitir. Pero él conoce a sus discípulos. Ellos no son
de los más inteligentes. No soportarían conocer ya todas las implicaciones y
consecuencias del discipulado. Quedarían desanimados, no serían capaces de
soportarlo.
• Juan 16,13-15: El
Espíritu Santo dará su ayuda. “Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os
guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que
hablará lo que oiga, y os explicará lo que ha de venir. Él me dará gloria,
porque recibirá de lo mío y os lo explicará a vosotros”. Esta afirmación
refleja la experiencia de las primeras comunidades. En la medida en que iban
imitando a Jesús, tratando de interpretar y aplicar su Palabra en diversas
circunstancias de sus vidas, experimentaban la presencia y la luz del Espíritu.
Y esto acontece hoy en las comunidades que tratan de encarnar la palabra de
Jesús en sus vidas. La raíz de esta experiencia son las palabras de Jesús:
“Todo lo que tiene el Padre es mío, también. Por eso os he dicho recibirá de lo
mío y os lo explicará todo”.
• La acción del
Espíritu Santo en el Evangelio de Juan. Juan usa muchas imágenes y símbolos
para significar la acción del Espíritu. Como en la creación (Gen 1,1), así el
Espíritu desciende sobre Jesús "como una paloma venida del cielo" (Jn
1,32). ¡Es el comienzo de una nueva creación! Jesús habla las palabras de Dios
y nos comunica el Espíritu sin medida (Jn 3,34). Sus palabras son Espíritu y
Vida (Jn 6,63). Cuando Jesús se despidió, dijo que iba a enviar a otro
consolador, a otro defensor, para que se quede con nosotros. Es el Espíritu
Santo (Jn 14,16-17). A través da su pasión, muerte y resurrección, Jesús
conquistó el don del Espíritu para nosotros, a través del bautismo, todos
nosotros recibimos este mismo Espíritu de Jesús (Jn 1,33). Cuando apareció a
los apóstolos, sopló sobre ellos y dijo: "¡Recibid el Espíritu
Santo!" (Jn 20,22). El Espíritu es como agua que brota de dentro de las
personas que creen en Jesús (Jn 7,37-39; 4,14). El primer efecto de la acción
del Espíritu en nosotros es la reconciliación: "A quienes vosotros
perdonaréis los pecados serán perdonados; y a quienes no liberéis de sus
pecados, quedarán atados" (Jn 20,23). El Espíritu que Jesús nos comunica
tiene acción múltipla: consuela y defiende (Jn 14,16), comunica la verdad (Jn
14,17; 16,13); hace recordar lo que Jesús enseñó (Jn 14,26); dará testimonio de
Jesús (Jn 15,26); manifiesta la gloria de Jesús (Jn 16,14); desenmascara el
mundo (Jn 16,8). El Espíritu nos es dado para que podamos entender el
significado pleno de las palabras de Jesús (Jn 14,26; 16,12-13). Animados por
el Espíritu de Jesús podemos adorar a Dios en cualquier lugar (Jn 4,23-24).
Aquí se realiza la libertad de Espíritu de la que habla San Pablo: "Donde
hay el Espíritu del Señor, ahí hay libertad", (2Cor 3,17).
4) Para la reflexión
personal
• ¿Cómo vivo mi
adhesión a Jesús: solo o en comunidad?
• Mi participación en
la comunidad ¿me llevó alguna vez a experimentar la luz y la fuerza del
Espíritu Santo?
5) Oración final
Sólo su nombre es
sublime,
su majestad sobre el
cielo y la tierra.
Él realza el vigor de
su pueblo,
orgullo de todos sus
fieles. (Sal 148,13-14)
Orden de los Carmelitas