¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este miércoles de
la 1ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: MARCOS
1,29-39
Lectio:
Miércoles, 16 enero, 2019
Tiempo ordinario
1) Oración
inicial
Muéstrate propicio, Señor,
a los deseos y plegarias de tu pueblo; danos luz para conocer tu voluntad y la
fuerza necesaria para cumplirla. Por nuestro Señor. Amen.
2) Lectura
Del santo Evangelio según
Marcos 1,29-39
Cuando salió de la sinagoga
se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba
en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la
levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles.
Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían.
De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan.» Él les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido.» Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.
Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían.
De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan.» Él les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido.» Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.
3) Reflexión
• Jesús restaura la vida
para el servicio. Después de participar en la celebración del sábado en la
sinagoga, Jesús entra en casa de Pedro y cura a la suegra de éste. La curación
hace que la mujer se ponga de pie y atienda a los demás. Una vez recuperadas la
salud y la dignidad, empieza a servir a las personas. Jesús no solamente sana a
la persona, sino que sana para que la persona se ponga al servicio de la
vida.
• Jesús acoge a los marginados. Al caer de la tarde, terminado el sábado en la hora en que aparece la primera estrella en el cielo, Jesús acoge y cura a los enfermos y a los poseídos que la gente le trae. Los enfermos y los poseídos eran las personas más marginadas en aquella época. No sabían a quién acudir. Estaban a la merced de la caridad pública. Además de esto, la religión los consideraba impuras. No podían participar en la comunidad. Era como si Dios las rechazara y excluyera. Jesús las acoge. Así, aparece en qué consiste la Buena Nueva de Dios y lo que quiere alcanzar en la vida de la gente: acoger a los marginados y a los excluidos, y reintegrarlos en la convivencia de la comunidad.
• Jesús acoge a los marginados. Al caer de la tarde, terminado el sábado en la hora en que aparece la primera estrella en el cielo, Jesús acoge y cura a los enfermos y a los poseídos que la gente le trae. Los enfermos y los poseídos eran las personas más marginadas en aquella época. No sabían a quién acudir. Estaban a la merced de la caridad pública. Además de esto, la religión los consideraba impuras. No podían participar en la comunidad. Era como si Dios las rechazara y excluyera. Jesús las acoge. Así, aparece en qué consiste la Buena Nueva de Dios y lo que quiere alcanzar en la vida de la gente: acoger a los marginados y a los excluidos, y reintegrarlos en la convivencia de la comunidad.
• Permanecer unido al
Padre por la oración. Jesús aparece rezando. Hace un esfuerzo muy grande para
tener el tiempo y el ambiente apropiado para rezar. Se levanta antes que los
otros, para poder estar a solas con Dios. Muchas veces, los evangelios, nos
hablan de la oración de Jesús en silencio (Mt 14,22-23; Mc 1,35; Lc 5,15-16;
3,21-22). A través de la oración, él mantiene viva en sí la conciencia de su
misión.
• Mantener viva la
conciencia de la misión y no encerrarse en el resultado obtenido. Jesús
se volvió conocido. Todos
iban detrás de él. Esta publicidad gustó a los discípulos. Fueron a buscar a
Jesús para llevarlo de nuevo junto con la gente que lo buscaba, y le dicen:
Todos te buscan. Pensaban que Jesús iba a participar en el banquete. ¡Se
engañaban! Jesús no acudió y dijo: Vamos para otros lugares. ¡He salido para
esto precisamente! Seguramente se extrañaron. Jesús no era como se lo
imaginaban. Tenía una conciencia mucho más clara de su misión y quería
transmitirla a los discípulos. No quiere que se encierren en el resultado ya
obtenido. No deben mirar atrás. Al igual que Jesús, deben mantener bien viva la
conciencia de su misión. Es la misión recibida del Padre la que debe
orientarlos en la toma de decisiones.
• He salido para esto,
precisamente. Este fue el primer malentendido entre Jesús y los discípulos. De
momento, no es que una pequeña divergencia. Mas adelante, en el evangelio de
Marcos, este malentendido, a pesar de las muchas advertencias de Jesús, crece y
llega casi a una ruptura entre Jesús y los discípulos (cf. Mc 8,14-21.32-33;
9,32;14,27). Hoy también existen malentendidos de cara al rumbo del anuncio de
la Buena Nueva. Marcos ayuda a prestar atención a las divergencias, para no
permitir que crezcan hasta llegar a una ruptura.
4) Para la reflexión
personal
• Jesús no ha venido para
ser servido, sino para servir. La suegra de Pedro empieza a servir. Yo, ¿hago
de mi vida un servicio a Dios y a los hermanos y hermanas?
• Jesús mantenía viva la
conciencia de su misión mediante la oración. ¿Y mi oración?
5) Oración final
¡Cantad al Señor, bendecid
su nombre!
Anunciad su salvación día a día,
contad su gloria a las naciones,
sus maravillas a todos los pueblos. (Sal 96,2-3)
Anunciad su salvación día a día,
contad su gloria a las naciones,
sus maravillas a todos los pueblos. (Sal 96,2-3)
Orden de los Carmelitas