martes, 29 de julio de 2014

Recordémoslo: nuestra vida está en las manos de Dios


¡Amor y paz!

Celebramos hoy la festividad de Santa Marta, de ahí que el evangelio del día sea el de la resurrección de Lázaro, el hermano de Marta y María. También en este texto se trasluce ese estar nuestra vida en las manos de Dios.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario.

Dos nos bendice…

Evangelio según San Juan 11,19-27. 
Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano. Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa. Marta dijo a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas". Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará". Marta le respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día". Jesús le dijo: "Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?". Ella le respondió: "Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo". 

Comentario

Lázaro ha muerto; Marta, desconsolada, sale al encuentro de Jesús y le habla, totalmente segura de que si él –que es la Vida- hubiera estado, su hermano no habría muerto. En sus palabras se adivina mucha fe en Jesús y en su relación con el Padre. Además, ella cree en la resurrección del final de los tiempos. Pero Jesús va más allá aún: Yo soy la Resurrección, el que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás.

Creer en Jesús y seguirlo es lo que verdaderamente nos da vida, y vida en abundancia. Marta cree en él. Es gracias a esta fe de Marta, que Jesús hace que Lázaro reviva. Es como una nueva creación.

También nosotros a veces podemos decir que vivimos porque respiramos, pero en realidad no vivimos en plenitud, no tenemos vida en abundancia por nuestra falta de fe. Dejamos que la vida pase por nosotros en vez de pasar nosotros por la vida. ¡Dejémonos crear y recrear por Dios! Seamos barro en sus manos, dejémonos modelar, dejemos que cada mañana vuelva a comenzar esa obra creadora, reparando aquellos pequeños desperfectos que no le acaben de agradar del todo... Ojalá tengamos esa confianza ciega en Jesucristo que tuvo Marta porque... la obra no puede llevarse a cabo sin nosotros.

Vuestra hermana en la fe,

Lidia Alcántara Ivars,
misionera claretiana