¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este miércoles de la 20a
semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Mateo 20,1-16
Lectio
Miércoles, 21 Agosto
, 2019
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh
Dios!, que has preparado bienes inefables para los que te aman; infunde tu amor
en nuestros corazones, para que, amándote en todo y sobre todas las cosas,
consigamos alcanzar tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor.
2) Lectura del
Evangelio
Del Evangelio según Mateo 20,1-16
«En
efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a
primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado
con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Salió luego hacia la
hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: `Id
también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo.' Y ellos fueron. Volvió
a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de la
hora undécima y, al encontrar a otros que estaban allí, les dice: `¿Por qué
estáis aquí todo el día parados?' Dícenle: `Es que nadie nos ha contratado.'
Díceles: `Id también vosotros a la viña.' Al atardecer, dice el dueño de la
viña a su administrador: `Llama a los obreros y págales el jornal, empezando
por los últimos hasta los primeros.' Vinieron, pues, los de la hora undécima y
cobraron un denario cada uno. Al venir los primeros pensaron que cobrarían más,
pero ellos también cobraron un denario cada uno. Y al cobrarlo, murmuraban contra
el propietario, diciendo: `Estos últimos no han trabajado más que una hora, y
les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor.'
Pero él contestó a uno de ellos: `Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te
ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero
dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que
quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?' Así, los últimos serán
primeros y los primeros, últimos.»
3) Reflexión
•
El evangelio de hoy trae una parábola que encontramos sólo en Mateo. No la hay
en los otros tres evangelios. Como en todas las parábolas, Jesús cuenta una
historia hecha de elementos de la vida diaria de la gente. Retrata la situación
social de su tiempo, en la que los oyentes se reconocían. Pero al mismo tiempo,
en la historia de la parábola, acontecen cosas que nunca acontecen en la
realidad de la vida de la gente. Al hablar del dueño, Jesús piensa en Dios,
piensa en su Padre. Por esto, en la historia de la parábola, el dueño hizo
cosas sorprendentes que no acontecen en el día a día de la vida de los oyentes.
En esta actitud extraña del dueño hay que procurar encontrar la llave para
comprender el mensaje de la parábola.
•
Mateo 20,1-7: Las cinco veces que el propietario sale en busca de obreros.
" El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera
hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los
obreros en un denario al día, los envió a su viña.” Así empieza la historia que
habla por sí y no precisaría de ningún comentario. En lo que sigue, el
propietario sale otras cuatro veces para llamar a obreros a que vayan a su
viña. Jesús alude al terrible desempleo de aquella época. Algunos detalles de
la historia: (a) el dueño sale personalmente cinco veces para contratar a los
obreros. (b) En la hora de contratar a los obreros, solamente con el primer
grupo decide el salario: un denario por día. Con los de la hora nona dice: Os
daré lo que es justo. Con los otros no concordó nada, sólo los contrató para
que fueran a trabajar en la viña. (c) Al final del día, a la hora de hacer las
cuentas con los obreros, el propietario manda que el administrador cumpla con
este servicio.
•
Mateo 20,8-10: La extraña manera de acertar las cuentas al final del día. Al
atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: `Llama a los obreros y
págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros.' Vinieron,
pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Empieza por los
últimos y termina por los primeros’. Aquí, a la hora de hacer cuentas, acontece
algo extraño que no acontece en la vida común. Parece que las cosas se han
invertido. El pago empieza con los que fueron contratados por último y que
trabajaron apenas una hora. El pago es el mismo para todos: un denario, como
había sido combinado con los que fueron contratados al comienzo del día. Al
venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un
denario cada uno. ¿Por qué el propietario hizo esto? ¿Tú harías así? La llave
de la parábola está escondida en este gesto sorprendente del propietario.
•
Mateo 20,11-12: La reacción normal de los obreros ante la extraña actitud del
propietario. Los últimos en recibir el salario fueron los que habían sido
contratados los primeros. Estos, así dice la historia, al recibir el mismo
pago, empezaron a murmurar contra el propietario, diciendo: “Estos últimos no
han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos
aguantado el peso del día y el calor!” Es la reacción normal de sentido común.
Creo que todos nosotros tendríamos la misma reacción y diríamos la misma cosa
al dueño. ¿O no?
•
Mateo 20,13-16: La explicación sorprendente del propietario que proporciona la
llave de la parábola. La respuesta del propietario es ésta: “Amigo, no te hago
ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y
vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti.¿Es que no puedo
hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?”
Estas palabras encierran la clave que explica la actitud del propietario y
apunta hacia el mensaje que Jesús quiere comunicar: (a) El propietario no fue
injusto, pues actuó de acuerdo con los que había sido combinado con el primer
grupo de obreros: un denario al día. (b) Es decisión soberana del propietario
dar a los últimos lo mismo que había sido combinado con los de la primera hora.
Estos no tienen derecho a reclamar. (c) Actuando dentro de la justicia, el
propietario tiene derecho a hacer el bien que quiere con las cosas que le
pertenecen. El obrero, por su parte, tiene este mismo derecho. (d) La pregunta
final toca el punto central: O ¿va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?' Dios
es diferente. Sus pensamientos no son nuestros pensamientos (Is 55,8-9).
•
El trasfondo de la parábola es la coyuntura de aquella época, la de Jesús como
la de Mateo. Los obreros de la primera hora son el pueblo judío, llamado por
Jesús a trabajar en su viña. Ellos sostuvieron el peso del día, desde Abrahán y
Moisés, más de mil años. Ahora, en la undécima hora, Jesús llama a los paganos
para que vayan a trabajar en su viña y ellos llegan a tener la preferencia en
el corazón de Dios: “Así, los últimos serán los primeros, y los primeros serán
los últimos”.
4) Para la reflexión
personal
•
Los de la undécima hora llegan, se aventajan y reciben prioridad en la fila de
entrada en el Reino de Dios. Cuando tú esperas dos horas en una fila y llega
alguien que, sin más, se coloca delante de ti, ¿lo aceptas? ¿Es posible
comparar las dos situaciones?
•
La acción de Dios supera nuestros cálculos y nuestra manera humana de actuar.
Sorprende y a veces incomoda. ¿Ha ocurrido a veces en tu vida? ¿Qué lección
saca?
5) Oración final
Bondad
y amor me acompañarán
todos
los días de mi vida,
y
habitaré en la casa del Señor
un
sinfín de días. (Sal 23,6)
Orden de los Carmelitas