¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en esta Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, ciclo B.
Dios nos bendice…
Libro de los Números 21,4-9
Los israelitas partieron del monte Hor por el camino del Mar Rojo, para bordear
el territorio de Edóm. Pero en el camino, el pueblo perdió la paciencia y
comenzó a hablar contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos hicieron salir
de Egipto para hacernos morir en el desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua, y ya
estamos hartos de esta comida miserable!".
Entonces el Señor envió contra el pueblo unas serpientes abrasadoras, que
mordieron a la gente, y así murieron muchos israelitas.
El pueblo acudió a Moisés y le dijo: "Hemos pecado hablando contra el
Señor y contra ti. Intercede delante del Señor, para que aleje de nosotros esas
serpientes".
Moisés intercedió por el pueblo, y el Señor le dijo: "Fabrica una
serpiente abrasadora y colócala sobre un asta. Y todo el que haya sido mordido,
al mirarla, quedará curado".
Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un
asta. Y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba hacia la serpiente
de bronce y quedaba curado.
Salmo 78(77),1-2.34-38
Poema de Asaf. Pueblo mío, escucha mi enseñanza, presta atención a las palabras
de mi boca:
yo voy a recitar un poema, a revelar enigmas del pasado.
Cuando los hacía morir, lo buscaban y se volvían a él ansiosamente:
recordaban que Dios era su Roca, y el Altísimo, su libertador.
Pero lo elogiaban de labios para afuera y mentían con sus lenguas; su corazón no era sincero con él y no eran
fieles a su alianza.
El Señor, que es compasivo, los perdonaba en lugar de exterminarlos; una y otra
vez reprimió su enojo y no dio rienda suelta a su furor.
Carta de San Pablo a los Filipenses 2,6-11
El, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo
que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la
condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres.
Y presentándose con aspecto humano, se
humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz. Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre
que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla
en el cielo, en la tierra y en los abismos, y
toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: "Jesucristo es el
Señor".
Evangelio según San Juan 3,13-17.
Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre
que está en el cielo.
De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto,
también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que
todos los que creen en él tengan Vida eterna.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que
cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se
salve por él.
Comentario
El evangelio de Juan, que tanto insiste en la encarnación de Jesús ("El Logos se hizo carne" 1,14), igualmente insiste en la muerte de Jesús como glorificación. Jesús revela en la cruz el amor de Dios a la humanidad ("tanto amó Dios al mundo..."), para que ésta tenga ya ahora vida eterna. La vida que Jesús construye en la cruz es una vida humana plena que ya no muere. Juan afirma así una escatología realizada: la condición última de la humanidad y del mundo la vivimos ya ahora en el presente. Más adelante lo dice claramente: "el que escucha mi Palabra...tiene vida eterna...y ha pasado de la muerte a la vida". La muerte en cruz era la muerte más temida por todos los oprimidos del imperio romano. Jesús transformó esta cruz en glorificación y medio para poseer una vida eterna. En este sentido la exaltación de la cruz no es la exaltación del sufrimiento y del sacrificio, sino la posibilidad de transformar el sufrimiento en construcción de vida humana plena. Jesús nos enseña cómo pasar de la muerte a la vida. En el himno a Jesús, que nos transmite la carta a los Filipenses (2, 6-11), se nos revela el despojo y la humillación de Dios, que hace posible la exaltación del pobre y del oprimido. Jesús no asume la condición de hombre, sino la de esclavo y de un esclavo que muere en la cruz. La exaltación de Jesús-esclavo como Señor, abre la posibilidad al pueblo oprimido de ser Señor de la historia.
Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)
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