jueves, 6 de junio de 2024

“Hagan esto en memoria mía”

 

¡Amor y paz!

 

Los invito, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este jueves en que en Colombia celebramos la fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote.

 

Dios nos bendice…

1ª Lectura

Isaías 52,13--53,12

Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. ¿Quien creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca.

Palabra de Dios

 

Salmo 39

 

Cuántas maravillas has hecho, Señor Dios mío, / cuántos planes en favor nuestro: / nadie se te puede comparar. / Intento proclamarlas, decirlas, / pero superan todo número. R.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, / y, en cambio, me abriste el oído; / no pides sacrificio expiatorio, / entonces yo digo: "Aquí estoy--como está escrito en mi libro--para hacer tu voluntad." R.

Dios mío, lo quiero, / y llevo tu ley en las entrañas. R.

He proclamado tu salvación / ante la gran asamblea; / no he cerrado los labios: / Señor, tú lo sabes. R.

No me he guardado en el pecho tu defensa, / he contado tu fidelidad y tu salvación; / no he negado tu misericordia y tu lealtad, / ante la gran asamblea. R.

2ª lectura

Hebreos 10,12-23

Hermanos: Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados. Esto nos lo atestigua también el Espíritu Santo. En efecto, después de decir: "Así será la alianza que haré con ellos después de aquellos días -dice el Señor-: Pondré mis leyes en sus corazones y las escribiré en su mente"; añade: "Y no me acordaré ya de sus pecados ni de sus crímenes." Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.

Teniendo entrada libre al santuario, en virtud de la sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne, y teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura. Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa.

Palabra de Dios

Evangelio

Lucas 22,14-20

 

Cuando llegó la hora, Jesús y sus apóstoles se sentaron a la mesa. Entonces les dijo:

He tenido muchísimos deseos de comer esta Pascua con vosotros antes de padecer, pues os digo que no volveré a comerla hasta que tenga su pleno cumplimiento en el reino de Dios.

Luego tomó la copa, dio gracias y dijo:

Tomad esto y repartidlo entre ustedes. Os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios.

También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos y dijo:

Esto es mi cuerpo, entregado por vosotros; haced esto en memoria mía.

De la misma manera tomó la copa después de la cena, y dijo:

Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros.

Palabra del Señor

 

Comentario

El calendario litúrgico trae hoy la Fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, por este motivo, en este día, suspendemos la lectura del evangelio según San Marcos, para leer la lectura correspondiente a dicha Fiesta. Esta fiesta de Jesús sacerdote se coloca en un jueves, por ser ese el día en que Él celebró la “última cena”. De hecho, el relato que leemos hoy es la última cena según San Lucas; en él se nos muestra como el Señor le da un sentido sacrificial a la cena pascual que celebra y a los acontecimientos que se aproximan como son su muerte y resurrección, acontecimientos que permitirán la irrupción del Reino de Dios. Jesús tiene plena conciencia del valor sacrificial de su muerte, ya que él es el que se entrega como ofrenda perfecta, significando su sacrificio en el Pan y el Vino que se convierten en su Cuerpo y su Sangre; Cuerpo entregado por los suyos y Sangre derramada por los suyos, Sangre que sella la nueva y definitiva alianza entre Dios y la humanidad. Este sacrificio del Señor, que se realiza una sola vez y es válido para siempre, es lo que transforma a Jesús, el hijo de María y José, en el Sumo y Eterno Sacerdote, único mediador entre Dios y los seres humanos.

¿Cómo valoro el supremo sacrificio que Jesús hizo por mí? ¿Qué lugar ocupa la Eucaristía o Santa Misa en mi vida? ¿Quién es Jesús para mí?

(Boosco. Org)