viernes, 30 de septiembre de 2016

“El que los escucha a ustedes, me escucha a mí”

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos,  leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este viernes de la 26ª semana del Tiempo Ordinario.

Dios nos bendice…

Evangelio según San Lucas 10,13-16. 
¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza. Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió". 
Comentario

Hoy vemos a Jesús dirigir su mirada hacia aquellas ciudades de Galilea que habían sido objeto de su preocupación y en las que Él había predicado y realizado las obras del Padre. En ningún lugar como Corazín, Betsaida y Cafarnaúm había predicado y hecho milagros. La siembra había sido abundante, pero la cosecha no fue buena. ¡Ni Jesús pudo convencerles...! ¡Qué misterio, el de la libertad humana! Podemos decir “no” a Dios... El mensaje evangélico no se impone por la fuerza, tan sólo se ofrece y yo puedo cerrarme a él; puedo aceptarlo o rechazarlo. El Señor respeta totalmente mi libertad. ¡Qué responsabilidad para mí!

Las expresiones de Jesús: «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida!» (Lc 10,13) al acabar su misión apostólica expresan más sufrimiento que condena. La proximidad del Reino de Dios no fue para aquellas ciudades una llamada a la penitencia y al cambio. Jesús reconoce que en Sidón y en Tiro habrían aprovechado mejor toda la gracia dispensada a los galileos.

La decepción de Jesús es mayor cuando se trata de Cafarnaúm. «¿Hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás!» (Lc 10,15). Aquí Pedro tenía su casa y Jesús había hecho de esta ciudad el centro de su predicación. Una vez más vemos más un sentimiento de tristeza que una amenaza en estas palabras. Lo mismo podríamos decir de muchas ciudades y personas de nuestra época. Creen que prosperan, cuando en realidad se están hundiendo.

«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha» (Lc 10,16). Estas palabras con las que concluye el Evangelio son una llamada a la conversión y traen esperanza. Si escuchamos la voz de Jesús aún estamos a tiempo. La conversión consiste en que el amor supere progresivamente al egoísmo en nuestra vida, lo cual es un trabajo siempre inacabado. San Máximo nos dirá: «No hay nada tan agradable y amado por Dios como el hecho de que los hombres se conviertan a Él con sincero arrepentimiento».

Rev. D. Jordi SOTORRA i Garriga
(Sabadell, Barcelona, España)

Evangeli.net

jueves, 29 de septiembre de 2016

¿Qué idea tienes de Dios?

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en esta Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.

Dios nos bendice…

Evangelio según San Juan 1,47-51.
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez". "¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera". Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía". Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."
Comentario

El evangelio de Juan pone en evidencia a las personas que se acercan a Jesús, “el Cordero de Dios”, pero siguen atrapadas en la ley y en la espera del rey davídico.

Jesús tiene un plan alternativo. Por eso invita a Natanael a dejar estas categorías e insertarse en la nueva visión de Dios. Natanael representa al verdadero Israelita para quien Jesús no tiene buena fama por pertenecer a la “Galilea de los Gentiles”.

Natanael trata de poner a Jesús en su sitio: “¿De qué me conoces?”. Jesús desafía su arrogancia recordándole que no es Natanael o Israel quien ha escogido a Jesús/Dios. Es Jesús quién ha “visto” a Natanael y a los de su grupo bajo la higuera. Juan aclara que es Jesús/Dios quien ve, sale al encuentro y forma al nuevo pueblo.

La experiencia de Dios es para gente como Natanael que sigue atrapada “debajo de la higuera”, y también para personas que no necesitan de “higueras” ni reyes davídicos, que se vinculan a la propuesta de Jesús.

La manifestación de Dios está abierta para todos los que quieran hacer suya la experiencia de Dios. ¿Qué idea tienes de Dios? ¿Qué te impide ver a Dios en tu vida?

Servicio Bíblico Latinoamericano

miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Qué te distrae del seguimiento a Jesús?

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este miércoles de la 26ª semana del Tiempo Ordinario.

Dios nos bendice…

Evangelio según San Lucas 9,57-62.

Mientras Jesús y sus discípulos iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!". Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios". Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos". Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios". 

Comentario

Jesús, de camino a Jerusalén, se encuentra con posibles candidatos para el anuncio del reino. La primera persona se ofrece a seguirlo, “te seguiré adonde vayas”. Jesús no le dice si o no, solo describe lo radical de su propuesta, que implica vivir sin casa y sin su familia biológica.

Los otros dos candidatos responden a la invitación, pero ponen requisitos justos. “Déjame primero ir a enterrar a mi padre”. Esto exigía la Ley de Moisés del buen hijo. Jesús propone otra manera de entender la ley; el reino no admite competencia.

El último candidato quiere seguir a Jesús, después de despedirse de su familia, como lo hizo Eliseo antes de seguir a Elías. Jesús se muestra intransigente ante tal pedido, por la prioridad que tiene el anuncio del reino. La misión de Jesús es compartida, necesita de personas enamoradas del reino, a las que nada ni nadie se les interponga en la construcción de la comunidad alternativa del camino.

Jesús no propone vivir desconectado de la familia o de la comunidad, ni caminar solo. Lo que propone es cambiar la familia biológica por otras nuevas familias que compartan los valores del reino. ¿Estás dispuesto/a a apropiarte los valores del reino para seguir libremente a Jesús? ¿Qué te distrae del seguimiento a Jesús?

Servicio Bíblico Latinoamericano

martes, 27 de septiembre de 2016

¿Aceptas la propuesta de Jesús?¿Cómo tratas a los que no la aceptan?

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este martes de la 26ª semana del tiempo ordinario.

Dios nos bendice...

Evangelio según San Lucas 9,51-56. 
Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?". Pero él  se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo.
Comentario

Jesús comienza “su viaje a Jerusalén”, anunciando su éxodo de liberación definitiva. En el peregrinar hacia Jerusalén, se encontrará con todo tipo de personas que serán invitadas e interpeladas a seguirle. El mensaje de Jesús nunca ha dejado indiferente a nadie, o se acepta o se rechaza.

Lucas en este texto recoge la enemistad que existía entre Judíos y Samaritanos. Los primeros se consideraban “fieles guardadores de la ley” y muchos de ellos veían a los segundos como “bastardos” porque se habían contaminado al mezclarse con otras culturas.

Jesús no tiene ideas nacionalistas ni exclusivistas. Tampoco es un fanático que impone sus creencias o pide la destrucción de quienes no aceptan su mensaje. Al contrario, reprende a Juan y a Santiago por querer imponer sus creencias por medio de la violencia (rayos y fuegos). La propuesta del evangelio es recorrer caminos, transformar realidades e interpelar a personas a aceptar libremente el mensaje de Jesús.

La Palabra de Dios que camina con la comunidad no es garantía que todo mundo la va a aceptar, porque la Palabra de Dios no se impone, se proclama y se vive. El mensaje, al igual que el mensajero de Dios, debe seguir caminando y anunciando la “Buena Nueva” de pueblo en pueblo. La religión y el evangelio no deben ser usados para separar o satanizar a quienes no la aceptan. ¿Cómo aceptas la propuesta de Jesús? ¿Cómo tratas a quienes no aceptan la propuesta de Jesús?

Servicio Bíblico Latinoamericano

lunes, 26 de septiembre de 2016

“El más pequeño de ustedes, ese es el más grande"

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este lunes de la 26ª semana del tiempo ordinario.

Dios nos bendice...

Evangelio según San Lucas 9,46-50.

Entonces se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: "El que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ese es el más grande". Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros".Pero Jesús le dijo: "No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes".
Comentario

Jesús acaba de confesar que será entregado y violentado por las autoridades romanas y religiosas; por entender que la autoridad/poder no es para oprimir, gobernar o controlar la acción liberadora del Espíritu de Dios, sino para incluir y servir al débil. Irónicamente, los discípulos en vez de alegrarse con la propuesta de Jesús que va contra cultura, cambian su lealtad y fidelidad y quieren seguir rigiéndose con las viejas estructuras de poder donde existen: primeros y últimos, pequeños y grandes, hombres y mujeres, ciudadanos y extranjeros, libres y esclavos.

¡Los discípulos no han crecido ni madurado en su fe! La propuesta del “reino” nace desde abajo, es de los pequeños (“acercó a un niño”), de los que no cuentan, de los que no tienen poder en la comunidad ni status legal o político. Abrazar el margen es la única forma de experimentar el Espíritu que trabaja dentro de la comunidad, ¡pero también fuera de ella!

Los valores del reino, no pueden ser encajonados en estructuras de poder, ni en grupos exclusivistas que intentan manipular al Espíritu del Reino con discursos religiosos. La propuesta de Jesús no tiene marca ni “copyright”, está abierta para todos que quieran abrazar el reino desde el servicio desinteresado y la insignificancia. ¿Cómo usa el poder tu comunidad/grupo? ¿Incluye o excluye a la persona?

Servicio Bíblico Latinoamericano

domingo, 25 de septiembre de 2016

Reconozcamos a Cristo en los más pobres

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este 26º Domingo del Tiempo Ordinario.

Dios nos bendice... 

Evangelio según San Lucas 16,19-31. 
Jesús dijo a los fariseos: "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas. El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado. En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Entonces exclamó: 'Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan'. 'Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento. Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí'. El rico contestó: 'Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento'. Abraham respondió: 'Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen'. 'No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán'. Pero Abraham respondió: 'Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán'". 

Comentario

El contraste entre los dos protagonistas de la parábola es trágico. El rico se viste de púrpura y de lino. Toda su vida es lujo y ostentación. Solo piensa en «banquetear espléndidamente cada día». Este rico no tiene nombre pues no tiene identidad. No es nadie. Su vida vacía de compasión es un fracaso. No se puede vivir solo para banquetear.

Echado en el portal de su mansión yace un mendigo hambriento, cubierto de llagas. Nadie le ayuda. Solo unos perros se le acercan a lamer sus heridas. No posee nada, pero tiene un nombre portador de esperanza. Se llama «Lázaro» o «Eliezer», que significa «Mi Dios es ayuda».
Su suerte cambia radicalmente en el momento de la muerte. El rico es enterrado, seguramente con toda solemnidad, pero es llevado al «Hades» o «reino de los muertos». También muere Lázaro. Nada se dice de rito funerario alguno, pero «los ángeles lo llevan al seno de Abrahán». Con imágenes populares de su tiempo, Jesús recuerda que Dios tiene la última palabra sobre ricos y pobres.

Al rico no se le juzga por explotador. No se dice que es un impío alejado de la Alianza. Simplemente, ha disfrutado de su riqueza ignorando al pobre. Lo tenía allí mismo, pero no lo ha visto. Estaba en el portal de su mansión, pero no se ha acercado a él. Lo ha excluido de su vida. Su pecado es la indiferencia.

Según los observadores, está creciendo en nuestra sociedad la apatía o falta de sensibilidad ante el sufrimiento ajeno. Evitamos de mil formas el contacto directo con las personas que sufren. Poco a poco, nos vamos haciendo cada vez más incapaces para percibir su aflicción.

La presencia de un niño mendigo en nuestro camino nos molesta. El encuentro con un amigo, enfermo terminal, nos turba. No sabemos qué hacer ni qué decir. Es mejor tomar distancia. Volver cuanto antes a nuestras ocupaciones. No dejarnos afectar.

Si el sufrimiento se produce lejos es más fácil. Hemos aprendido a reducir el hambre, la miseria o la enfermedad a datos, números y estadísticas que nos informan de la realidad sin apenas tocar nuestro corazón. También sabemos contemplar sufrimientos horribles en el televisor, pero, a través de la pantalla, el sufrimiento siempre es más irreal y menos terrible. Cuando el sufrimiento afecta a alguien más próximo a nosotros, no esforzamos de mil maneras por anestesiar nuestro corazón.

Quien sigue a Jesús se va haciendo más sensible al sufrimiento de quienes encuentra en su camino. Se acerca al necesitado y, si está en sus manos, trata de aliviar su situación.

José Antonio Pagola 

sábado, 24 de septiembre de 2016

Resulta más atractivo acompañar al hermano cuando la vida les sonríe...

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este sábado de la 25ª semana del Tiempo Ordinario.

Dos nos bendice...

Evangelio según San Lucas 9,43b-45.
Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: "Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres". Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto. 

Comentario

Ayer, después de la confesión de Pedro: “Tú eres el Mesías de Dios”, Jesús expresa su “propia confesión” y llama a la comunidad a solidarizarse con él y seguirlo hasta su muerte.

Hoy Jesús vuelve a confesar su entrega y exige lo mismo de sus amigos. Por desgracia, la comunidad en vez de solidarizarse con Jesús, enmudece y lo ¡dejará morir solo! Los discípulos no quieren entender, ni preguntan al maestro acerca de ese “asunto”. Cuatro veces Jesús anuncia/confiesa que va hacer entregado y su comunidad en lugar de mostrar apoyo, se desentiende.

No es fácil escuchar confesiones que demandan solidaridad en momentos de muerte. A menudo nos resulta mas atractivo acompañar al hermano cuando la vida les sonríe, cuando todo está bien. Pero apenas surgen los momentos de crisis, de dudas, de incertidumbre, de enfermedades que no se curan; se abandona al hermano. En vez de ser apoyo y caminar con la persona que confiesa sus miedos nuestra mente se cierra.

Con frecuencia no entendemos que en el dolor está Dios. En vez de abrir nuestros sentidos al Dios que habla también en medio del sufrimiento, nos cerramos porque nos resulta difícil comprender al Dios de la cruz. Preferimos “maravillarnos del Dios poderoso”. ¿Prestas atención a la persona que te confiesa sus dudas o la dejas sola?

Servicio Bíblico Latinoamericano 

viernes, 23 de septiembre de 2016

“Ustedes ¿quién dicen que soy yo?”

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este viernes de la 25ª semana del Tiempo Ordinario.

Dios nos bendice...

Evangelio según San Lucas 9,18-22.
Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado". "Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro, tomando la palabra,  respondió: "Tú eres el Mesías de Dios". Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie. "El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día". 
Comentario

El evangelio hoy centra su mensaje en “descubrir” la identidad de Jesús. ¿Para qué? El propósito es hacer el recorrido desde Galilea hasta Jerusalén, donde Jesús será rechazado, crucificado y resucitado.

Resulta interesante que ante la confesión que hace Pedro: “Tú eres el Mesías de Dios”, Jesús llama a la comunidad al silencio. Los lectores de Lucas, saben que la confesión de Pedro es correcta, pero incompleta. Jesús no solo es Mesías, también es Señor e Hijo de Dios. Jesús anuncia la primera de cuatro confesiones que hacen referencia a su pasión, muerte y resurrección.

Entonces, la confesión de fe en Jesús debe culminar en el “aceptar” el mensaje escandaloso de la cruz. Jesús anteriormente ha reprendido a la comunidad que lo reconoce como Señor, pero no hace el recorrido del discipulado: “¿Por qué me llaman, Señor, Señor, y no hacen lo que yo digo?”. La confesión de fe en Jesús, no se limita a “conocerle” sino a seguirle en la cruz. ¿De qué sirve confesar que Jesús es Mesías si no estamos dispuestos a recorrer el camino del condenado?

El verdadero discípulo encarna en sus obras y en su vida diaria el mensaje de Jesús muerto y resucitado. ¿Estás dispuesto a seguirlo hasta el calvario o te conformas con llamarle Señor, Señor? 

Servicio Bíblico Latinoamericano 

jueves, 22 de septiembre de 2016

¡Jesús está entre nosotros y no lo reconocemos!

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este jueves de la 25ª semana del tiempo ordinario.

Dios nos bendice...

Evangelio según San Lucas 9,7-9. 
El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: "Es Juan, que ha resucitado". Otros decían: "Es Elías, que se ha aparecido", y otros: "Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado". Pero Herodes decía: "A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?". Y trataba de verlo.  

Comentario

Hoy el texto del Evangelio nos dice que Herodes quería ver a Jesús (cf. Lc 9,9). Ese deseo de ver a Jesús le nace de la curiosidad. Se hablaba mucho de Jesús por los milagros que iba realizando a su paso. Muchas personas hablaban de Él. La actuación de Jesús trajo a la memoria del pueblo diversas figuras de profetas: Elías, Juan el Bautista, etc. Pero, al ser simple curiosidad, este deseo no trasciende. Tal es el hecho que cuando Herodes le ve no le causa mayor impresión (cf. Lc 23,8-11). Su deseo se desvanece al verlo cara a cara, porque Jesús se niega a responder a sus preguntas. Este silencio de Jesús delata a Herodes como corrupto y depravado.

Nosotros, al igual que Herodes, seguramente hemos sentido, alguna vez, el deseo de ver a Jesús. Pero ya no contamos con el Jesús de carne y hueso como en tiempos de Herodes, sin embargo contamos con otras presencias de Jesús. Te quiero resaltar dos de ellas.

En primer lugar, la tradición de la Iglesia ha hecho de los jueves un día por excelencia para ver a Jesús en la Eucaristía. Son muchos los lugares donde hoy está expuesto Jesús-Eucaristía. «La adoración eucarística es una forma esencial de estar con el Señor. En la sagrada custodia está presente el verdadero tesoro, siempre esperando por nosotros: no está allí por Él, sino por nosotros» (Benedicto XVI). —Acércate para que te deslumbre con su presencia. 

Para el segundo caso podemos hacer referencia a una canción popular, que dice: «Con nosotros está y no lo conocemos». Jesús está presente en tantos y tantos hermanos nuestros que han sido marginados, que sufren y no tienen a nadie que “quiera verlos”. En su encíclica Dios es Amor, dice el Papa Benedicto XVI: «El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial». Así pues, Jesús te está esperando, con los brazos abiertos te recibe en ambas situaciones. ¡Acércate!

Rev. P. Jorge R. BURGOS Rivera SBD 
(Cataño, Puerto Rico)
Evangeli.net


miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿Por qué Jesús come con los pecadores?

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este miércoles en que celebramos las fiesta de San Mateo, Apóstol y Evangelista.

Dios nos bendice...

Evangelio según San Mateo 9,9-13. 
Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?". Jesús, que había oído, respondió: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores". 
Comentario


1.1 La crítica contra Jesús, recogida en el evangelio de hoy, es en el fondo un elogio: "este come con pecadores." Frase que nació del desprecio y de la envidia, y que sin embargo describe bien el misterio y el ministerio de Jesucristo: es el amigo de los pecadores, el amigo de sus enemigos.

1.2 La ley de Moisés prohibía juntarse con el enfermo de lepra, por temor al contagio de la lepra. Con una lógica semejante estos hombres quieren que se prohíba el contacto con los pecadores, por miedo a contagiarse de pecado. No han descubierto que Jesús no quedará sucio, sino que los limpiará. Jesús es el lugar del "bien fuerte", el bien que no se ensucia en contacto con el mal, sino que lo vence y lo limpia. Él es la luz que vence a las tinieblas.

1.3 Si Jesús fuera enemigo de sus enemigos, podría tal vez ganarles a ellos pero a precio de dar una victoria a la enemistad y un nuevo cubil al odio. El amigo de los enemigos es aquel que pierde, a primera vista, pero gana la batalla, porque vence no a un humano débil sino a un pecado fuerte.

2. Jesucristo, Médico Divino

2.1 Hoy Jesús se ha dado el título de "médico". ¡Qué buena noticia para los que reconocemos nuestras dolencias, como lo hizo Mateo!

2.2 Miremos las actitudes y el corazón de este médico que en su generosidad, como dice Santa Catalina de Siena, llegó a beber la amarga medicina que el enfermo ya no podía recibir en su maltrecha humanidad. Por eso se acerca piadoso al pecador y con la cercanía de su trato y conversación va destruyendo los prejuicios y temores que encierran con su tiranía al que se sabe culpable.

2.3 Observemos en el evangelio de hoy a quien llama Jesús "enfermo" : es un hombre cruel y tirano que con la opresión de los impuestos cobrados a nombre del Imperio Romano va haciendo su propia fortuna. Es un opresor, y Jesús lo llama "enfermo". No quiere destruirlo sino reconstruirlo. No quiere devastarlo sino levantarlo. Jesús sabe bien, y quiere que nosotros sepamos, que la primera víctima de la crueldad o de la opresión es el mismo cruel opresor, y por eso le trata de "enfermo". Nos resulta fácil compadecernos de un anciano desvalido o de un niño abandonado, pero la verdadera caridad descubre al enfermo aunque lo encuentre con alientos para hacer daño a otros. ¡Bendito amor que en esta cuaresma ha de movernos a entregarnos a nuestro Médico y a entender que su caridad desborda nuestros juicios miopes!

http://fraynelson.com/homilias.html. 

martes, 20 de septiembre de 2016

"Mi madre y mis hermanos, quienes escuchan y practican la Palabra de Dios"


¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el  comentario, en este martes de la 25ª semana del Tiempo Ordinario.

Dios nos bendice,...

Evangelio según San Lucas 8,19-21. 
Su madre y sus hermanos fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte". Pero él les respondió: "Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".  

Comentario

La exhortación de Lucas en el evangelio de ayer era a un discipulado abierto a formar nuevas relaciones. Hoy Jesús suena bastante anti-familiar. Sus palabras resultan casi blasfemas contra su madre y sus hermanos. A pesar de que Lucas ha suavizado su mensaje y no nos dice que la familia de Jesús vino a “sujetarlo” porque “estaba loco” (Mc 3,21), nos sorprende el rechazo hacia su familia.

¿Por qué esta actitud de Jesús? La razón es simple: Jesús propone una familia alternativa al sistema y al imperio jerarquizado y con roles inalterables. La casa en la antigüedad estaba bien jerarquizada, tenía en la cúspide al Pater familias que gobernaba, vigilaba y controlaba a cada miembro de su casa.

En cambio, la casa de Jesús no es jerárquica ni piramidal, sino mas bien de servicio: “donde el que quiera ser el primero que sea el último”. La familia/casa de Jesús no esta sujeta a lazos sanguíneos o de parentesco. Es una familia abierta al plan de Dios. La única condición para ser parte de la casa/familia de Jesús es escuchar la Palabra de Dios y ponerla en practica en la vida diaria.

¡Que alegría saber que en la familia de Jesús todas las personas pueden convertirse en hermanos, hermanas, padres, madres! ¿Es tu casa/comunidad/iglesia jerárquica o abierta a la Palabra de Jesús? 

Servicio Bíblico Latinoamericano 

lunes, 19 de septiembre de 2016

Una lámpara se enciende para que otros tengan luz

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el  Evangelio y el comentario, en este lunes de la 25ª semana del tiempo ordinario.

Dios nos bendice...

Evangelio según San Lucas 8,16-18. 
Jesús dijo a la gente: "No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado. Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener".  

Comentario

Las imágenes del evangelio son bastante conocidas en el mundo bíblico y enfatizan que el mensaje de Jesús “alumbra” a toda la humanidad. La imagen de la lámpara era una metáfora aplicada a los profetas.

Lucas utiliza dos oraciones en “pasivo divino” (donde Dios es el sujeto), que especifican que el protagonista es Dios. En la primera oración, Dios es quien manifiesta, revela, descubre y señala ante toda la humanidad, a Jesús, el profeta de la luz. El mensaje de Jesús, no puede ser escondido porque la misión de Dios/Jesús es ser luz para transformar vidas y crear nuevas relaciones.

En la segunda oración, Dios es quien puede “dar al que tiene y quitarle al que no tiene”. Esto resulta ininteligible, pero si nos adentramos en la lógica de Lucas, resulta obvio lo que se espera del discípulo de Jesús. Lucas invita a la comunidad a “prestar atención y oír bien”. Lucas esta preocupado no solamente en el “oír” (primera condición del discipulado), sino en el oír bien como exigencia de renuncia y de apertura del auténtico discípulo para formar nuevas relaciones. El oír bien transforma al discípulo en otra luz y en otro cristo. ¿Es tu servicio luz para la comunidad?


Servicio Bíblico Latinoamericano