¡Amor y paz!
Gabriel García Márquez denunció en 1994, en su proclama “Por un país al alcance de los niños”, que “En cada uno de nosotros cohabitan, de la manera más arbitraria, la justicia y la impunidad; somos fanáticos del legalismo, pero llevamos bien despierto en el alma un leguleyo de mano maestra para burlar las leyes sin violarlas, o para violarlas sin castigo”.
Tal vez a leguleyos como los que menciona el escritor colombiano se refiere Jesús en el Evangelio de hoy. Lo cierto es que Él desafía a escribas y fariseos, en aras de defender la dignidad perdida de los seres humanos.
Los invito a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este lunes de la 23ª. semana del tiempo ordinario.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Lucas 6,6-11.
Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: "Levántate y quédate de pie delante de todos". El se levantó y permaneció de pie. Luego les dijo: "Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?". Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: "Extiende tu mano". El la extendió y su mano quedó curada. Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.
COMENTARIO
No cabe duda de que este pasaje marca un paso en el proceso de confrontación entre Jesús y sus adversarios. Jesús, en esta ocasión, toma la iniciativa y desafía a los letrados y fariseos, quienes se presentan con mala intención. Buscan la manera de prenderlo en un acto que diera pie a una acusación formal.
Por su parte la curación es un bien, ya que la enfermedad es anticipo de la muerte. Omitir un bien es sinónimo de hacer el mal (sería un acto de omisión). Jesús en este caso hace el bien, aunque sea sábado, provocando a aquellos inhumanos intérpretes de la ley, y ellos reaccionan, a falta de razones, indignados y prestos a tomar una medida contra Jesús.
La acción de Jesús nos enseña cómo la ley debe estar al servicio y el bien de toda persona humana. Jesús manda a aquel hombre de la parálisis en el brazo, en pleno sábado, ponerse en medio. Lo sitúa en el centro de la escena y lanza un argumento con fuerte lógica: ¿qué está permitido en sábado, hacerle bien a uno o dejarlo con su mal, salvar una vida o dejarla morir?...
Hoy día se cometen muchos abusos aduciendo pruebas legales. Se condena a uno por robarse un pedazo de pan y se absuelve a otro que se apropió indebidamente de los bienes del Estado. Millones pasan hambre y viven en condiciones infrahumanas por sistemas económicos legales. Mientras más se cumplan ciertas leyes, más personas habrá en el mundo malpasando, en la lucha por la supervivencia. Hacen falta personas libres que den la cara y, como Jesús, pongan en el centro de la escena los rostros de la miseria y pregunten a los interlocutores responsables de esta situación: ¿qué está permitido en este sistema, hacer el bien o dejar morir?...
Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)
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