¡Amor y paz!
Los invito, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este sábado de la 28ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos bendice...
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Efeso 1, 15-23
Hermanos:
Habiéndome enterado de la fe que ustedes tienen en el Señor Jesús y del amor que demuestran por todos los hermanos, doy gracias sin cesar por ustedes, recordándolos siempre en mis oraciones.
Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza.
Este es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro.
El puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo y la Plenitud de aquel que llena completamente todas las cosas.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 8, 2-3a. 4-5. 6-7 (R.: 7)
R. Diste dominio a tu Hijo sobre la obra de tus manos.
¡Señor, nuestro Dios,
qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!
Quiero adorar tu majestad sobre el cielo:
con la alabanza de los niños y de los más pequeños. R.
Al ver el cielo, obra de tus manos,
la luna y la estrellas que has creado:
¿qué es el hombre para que pienses en él,
el ser humano para que lo cuides? R.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y esplendor;
le diste dominio sobre la obra de tus manos,
todo lo pusiste bajo sus pies. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 8-12
Jesús dijo a sus discípulos:
«Les aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios. Pero el que no me reconozca delante de los hombres, no será reconocido ante los ángeles de Dios.
Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- La comunidad de Éfeso es famosa por su fe y su amor a todos, lo que a Pablo llena de satisfacción. Pablo adecuándose a las leyes tradicionales de la acción de gracias judía, en su oración, pide que Dios les conceda sabiduría para conocerlo mejor.
- Este don sobrenatural ya conocido por los sabios del Antiguo Testamento es ampliado porque ya no es solamente la práctica de la ley ni una explicación del mundo. Pablo sabe muy bien que hay una manera de conocimiento de Cristo que no depende del hombre, sino del don de Dios, del regalo de un espíritu de sabiduría y de revelación que, iluminando los ojos del corazón, hace comprender la esperanza a la que somos llamados, las riquezas sin medida de su herencia para con nosotros, los creyentes.
- Esta sabiduría es esperanza, porque es la confianza en que el Dios de Jesucristo está obrando en la historia.
- Este poder de Dios no está reservado sólo para el futuro, sino que desde ahora ha puesto a Cristo como cabeza de todos los seres en el misterio mismo de la Iglesia.
- La Iglesia está indisolublemente unida a Cristo, como un cuerpo a su cabeza. La Iglesia es esa unidad primordial de la que surgen las gracias y de los dones de Cristo que El reserva para toda la humanidad.
***
- Jesús continúa la instrucción tanto a sus discípulos de modo particular, como a la gente en general en su subida a Jerusalén. Esta vez lo hará mostrando la radicalidad que implica el seguimiento. Optar por Jesús no se puede reducir al ámbito íntimo del corazón, necesariamente tiene que manifestarse, verse también exteriormente.
- Esta toma de posición, tiene repercusiones no sólo en esta vida sino en la vida eterna. El discípulo que lo reconozca será reconocido por él delante de la presencia misma del Padre.
- La libertad de Jesús frente a las prácticas legales, el cuestionamiento de ciertas prácticas sin contenido, la invitación a cuidarse de la levadura de los fariseos, buscan que sus discípulos puedan experimentar y vivir la novedad del Reino con un corazón nuevo. El seguidor, con la experiencia de una conciencia liberada, vivirá y trasmitirá una experiencia religiosa que libera y humaniza.
- Creer y seguir a Jesús no es sólo un acto de aceptación verbal; sino, ante todo, un acto de identificación y adhesión a su propuesta: creer en lo que Él creyó y amar a quienes Él amó.
- El rechazo del Hijo del Hombre delante de Dios, de aquel que lo rechace a Él, va directamente contra los dirigentes religiosos, que muchas veces impedían a los hombres el acceso a la verdadera fe.
- La certeza de la presencia del Espíritu Santo, nos da la seguridad necesaria para enfrentar los desafíos y dificultades que encontramos en su concreción. La blasfemia contra el Espíritu Santo se presenta aquí en los que, viendo la luz, la niegan, y no quieren ser perdonados ni salvados. Son ellos mismos los que se excluyen del perdón y la salvación: El Padre que no nos olvida, Jesús que «se pondrá de nuestra parte» el día del juicio, y el Espíritu que nos inspirará cuando nos presentemos ante los magistrados y autoridades para dar razón de nuestra fe.
- Vivir en cristiano es hacer que la fe sobrepase nuestro ámbito interior, para que su influencia testimonial llegue al contexto en que vivimos. Para este camino que no es fácil, necesitamos la ayuda de la gracia. Jesús nos asegura el amor de Dios y el auxilio eficaz de su Espíritu. Además Él mismo saldrá fiador a favor nuestro en el momento decisivo. No se dejará ganar en generosidad, si nosotros hemos sido valientes en nuestro testimonio, si no hemos sentido vergüenza en mostrarnos cristianos en nuestro ambiente.
PARA DISCERNIR
- ¿Me animo a dar testimonio en mi ambiente?
- ¿Experimento el haber sido liberado?
- ¿Confío en la presencia del Espíritu que me sostiene?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero testimoniarte Señor
ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES
Vicaría de Pastoral