Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este miércoles de la 3ª semana de
Cuaresma, ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio
Divina: Mateo 5,17-19
Lectio
Miércoles,
18 de marzo de 2020
Tiempo de Cuaresma
1)
Oración inicial
Penetrados del sentido cristiano de la Cuaresma y
alimentados con tu palabra, te pedimos, Señor, que te sirvamos fielmente con
nuestras penitencias y perseveremos unidos en la plegaria. Por nuestro Señor.
2)
Lectura
Del santo Evangelio según Mateo 5,17-19
«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas.
No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Os lo aseguro: mientras duren
el cielo y la tierra, no dejará de estar vigente ni una tilde de la ley sin que
todo se cumpla. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más
pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los
Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino
de los Cielos.»
3)
Reflexión
• El Evangelio de hoy (Mt 5,17-19) enseña como observar
la ley de Dios de manera que su práctica muestre en qué consiste el pleno
cumplimiento de la ley (Mt 5,17-19). Mateo escribe para ayudar las comunidades
de judíos convertidos a superar las críticas de los hermanos de raza que los
acusaban diciendo: “Ustedes son infieles a la Ley de Moisés”. Jesús mismo había
sido acusado de infidelidad a la ley de Dios. Mateo trae la respuesta
esclarecedora de Jesús a los que lo acusaban. Así nos da una luz para ayudar
las comunidades a resolver su problema.
• Usando imágenes de la vida cotidiana, con palabras
sencillas y directas, Jesús había dicho que la misión de la comunidad, su razón
de ser, es ser sal y luz. Había dado algunos consejos respecto de cada una de
las imágenes. A continuación vienen los tres breves versículos del Evangelio de
hoy.
• Mateo 5,17-18: Ni una tilde de la ley dejará de ser
vigente. Había varias tendencias en las comunidades de los primeros cristianos.
Unas pensaban que no era necesario observar las leyes del Antiguo Testamento,
pues es la fe en Jesús lo que nos salva y no la observancia de la Ley (Rm
3,21-26). Otros aceptaban a Jesús como Mesías, pero no aceptaban la libertad
del Espíritu con que algunas comunidades vivían la presencia de Jesús
resucitado. Pensaban que ellos, siendo judíos, debían continuar observando las
leyes del AT (Hec 15,1.5). Había además cristianos que vivían tan plenamente en
la libertad del Espíritu, que habían dejado de mirar la vida de Jesús de
Nazaret o el AT y que llegaban a decir: “¡Anatema Jesús!” (1Cor 12,3). Ante
estas tensiones, Mateo procura un equilibrio más allá de los dos extremos. La
comunidad ha de ser un espacio, donde este equilibrio pueda ser alcanzado y
vivido. La respuesta dada por Jesús a los que lo criticaban seguía bien actual
para las comunidades: “¡No he venido a abolir la ley, sino a darle pleno cumplimiento!”.
Las comunidades no podían estar contra la Ley, ni podían encerrarse en la
observancia de la ley. Al igual que Jesús, debían dar un paso y mostrar, en la
práctica, cuál es el objetivo que la ley quiere alcanzar en la vida de las
personas, a saber, en la práctica perfecta del amor.
• Mateo 5,17-18: Ni una tilde de la ley dejará de ser
vigente Y a los que querían deshacerse de toda la ley, Mateo recuerda otra
palabra de Jesús: “Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más
pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los
Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino
de los Cielos”. La gran inquietud del Evangelio de Mateo es mostrar que el AT,
Jesús de Nazaret y la vida en el Espíritu Santo, no pueden separarse. Los tres
forman parte del mismo y único proyecto de Dios y nos comunican la certeza
central de la fe: el Dios de Abrahán y Sara está presente en medio de las
comunidades por la fe en Jesús de Nazaret que nos manda su Espíritu.
4)
Para la reflexión personal
•
¿Cómo veo y vivo la ley de Dios: cómo horizonte de libertad creciente o cómo
imposición que delimita mi libertad?
•
Y ¿qué podemos hacer hoy para los hermanos y las hermanas que consideran toda
esta discusión como superada y sin actualidad? ¿Qué podemos aprender de ellos?
5)
Oración final
¡Celebra al Señor, Jerusalén,
alaba a tu Dios, Sión!,
que refuerza los cerrojos de tus puertas
y bendice en tu interior a tus hijos. (Sal 147,12-13)
alaba a tu Dios, Sión!,
que refuerza los cerrojos de tus puertas
y bendice en tu interior a tus hijos. (Sal 147,12-13)
Orden de los Carmelitas