¡Amor y paz!
En el evangelio de hoy,
Jesús insiste en el tema de la misericordia, en perdonar, apiadarse, condonar
las deudas a nuestros deudores, liquidar los conflictos, mejorar las
relaciones... Son esfuerzos esenciales de la Cuaresma, pero no sólo de este
tiempo litúrgico sino de todos los días y todas las horas.
Cuán distinto sería el
mundo si nos detuviéramos a analizar el daño que hacemos y nos hacemos nosotros
mismos al ofender a nuestros hermanos. Cuán diferente sería asimismo si dimensionáramos
el bien que hacemos al perdonar…
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y
el comentario, en este martes de la 3ª. Semana de Cuaresma.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Mateo 18,21-35.
Entonces se adelantó Pedro y le dijo: "Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?". Jesús le respondió: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: "Señor, dame un plazo y te pagaré todo". El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda. Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: 'Págame lo que me debes'. El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: 'Dame un plazo y te pagaré la deuda'. Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: '¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?'. E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos".
Comentario
La cuantificación y el
esquema lógico que Pedro quiere hacer del perdón es refutado inmediatamente por
Jesús, quien le hace caer en cuenta de que el perdón revela la calidad humana
de quien lo concede, calidad que se logra en la medida en que se asemeje al
obrar del Padre Celestial. Por lo tanto no son contables las veces en las
cuales se deba conceder el perdón. De la misma manera que el Padre no se cansa de
otorgarnos su perdón, así debería actuar cada uno de nosotros con su hermano.
El método que para enseñar
usa aquí Jesús es el mismo de sus grandes enseñanzas: el de la parábola. Su
experiencia de sentirse amado y reconciliado con el Padre y de sentir la
necesidad de trasladar este perdón o reconciliación a la sociedad humana, lo
lleva a crear esta parábola en la que queda claro la falta de lógica de quien
no quiere perdonar. ¿Cómo es posible que no sepamos perdonar a quien nos
ofende, cuando el Padre Celestial nos perdona a diario mil veces más? ¿No son
nuestras mutuas ofensas humanas algo pequeñito en comparación de nuestras
ofensas para con Dios? Quien no sea capaz de perdonar a su hermano,
sencillamente, no merece el perdón de Dios.
A la gente de su tiempo y
de nuestro tiempo Jesús no se cansa de reiterar que el advenimiento del Reino
será de manera distinta a lo visto hasta entonces en el proceder humano. El
Reino de Dios, por ser un acto de gracia o de amor gratuito, parte de la
reconciliación. Como lo hace Dios, hay que acoger a todos los seres humanos,
sin importar cuán pecadores sean.
El Reino acontece allí donde acontezca el
amor gratuito, el perdón. Por eso su acontecer es sencillamente la presencia
tangible de la misericordia. Mientras el mundo no rompa con el perdón el
espiral de la venganza, no hará habitable la tierra. La llenará de odio y de
violencia. Es una obligación perdonar y ser compasivos para con los hermanos,
en agradecimiento a Dios, que lo es con nosotros.
Diario
Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)