¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios y el comentario, en
este lunes
de la 32ª semana del Tiempo Ordinario.
Dios
nos bendice...
Primera lectura
Comienzo del libro de
la Sabiduría (1,1-7):
Amad la justicia, los que regís la tierra, pensad correctamente del Señor y buscadlo con corazón entero. Lo encuentran los que no exigen pruebas, y se revela a los que no desconfían. Los razonamientos retorcidos alejan de Dios, y su poder, sometido a prueba, pone en evidencia a los necios. La sabiduría no entra en alma de mala ley ni habita en cuerpo deudor del pecado. El espíritu educador y santo rehúye la estratagema, levanta el campo ante los razonamientos sin sentido y se rinde ante el asalto de la injusticia. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres que no deja impune al deslenguado; Dios penetra sus entrañas, vigila puntualmente su corazón y escucha lo que dice su lengua. Porque el espíritu del Señor llena la tierra y, como da consistencia al universo, no ignora ningún sonido.
Palabra de Dios
Amad la justicia, los que regís la tierra, pensad correctamente del Señor y buscadlo con corazón entero. Lo encuentran los que no exigen pruebas, y se revela a los que no desconfían. Los razonamientos retorcidos alejan de Dios, y su poder, sometido a prueba, pone en evidencia a los necios. La sabiduría no entra en alma de mala ley ni habita en cuerpo deudor del pecado. El espíritu educador y santo rehúye la estratagema, levanta el campo ante los razonamientos sin sentido y se rinde ante el asalto de la injusticia. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres que no deja impune al deslenguado; Dios penetra sus entrañas, vigila puntualmente su corazón y escucha lo que dice su lengua. Porque el espíritu del Señor llena la tierra y, como da consistencia al universo, no ignora ningún sonido.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
138,1-3a.3b-6.7-8.9-10
R/. Guíame, Señor, por el camino eterno
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso. R/.
Todas mis sendas te son familiares.
No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco. R/.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R/.
Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha. R/.
R/. Guíame, Señor, por el camino eterno
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso. R/.
Todas mis sendas te son familiares.
No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco. R/.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R/.
Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (17,1-6):
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás.»
Los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe.»
El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería.»
Palabra del Señor
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás.»
Los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe.»
El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería.»
Palabra del Señor
Comentario
¡Auméntanos
la fe! ¡Auméntamela, Señor! Buena falta nos hace, para afrontar los problemas
de cada día. Sobre todo, en las comunidades. Donde la suma de personalidades a
veces genera conflictos. En nuestra vida hay muchas ocasiones en las que nos
sentimos indignados. Y muchas veces nos parece que no podemos hacer nada, que
debe de ser así.
“Vamos
tirando”, y creemos que, hagamos lo que hagamos, el mundo no va a cambiar.
No
sé si ésta es la postura correcta para un cristiano. Es verdad que, en nuestro
camino, habrá problemas y dificultades. -pero también tenemos la fe, no solo
para los buenos momentos, sino, sobre todo, para los malos. Y siempre con un
corazón de madre, sintiendo que el otro puede cambiar, “arrepentirse”, como dic
e el Evangelio hoy. Así es como nuestra fe, incluso si es pequeña, puede hacer
milagros.
Si
creemos, confiamos en Dios. Y Dios confía en nosotros, en cada uno de nosotros.
Dios, Padre Bueno, nos recuerda que, si nuestra fe no es tan grande que nos
permita vivir así, tenemos que pedirle que nos la aumente. Con el perdón,
demostramos el respeto al otro y la conciencia de no ser mejores que nadie
(todos comentemos errores, y todos tenemos que pedir perdón).
Además,
el Señor nos dice que somos responsables no solo de nosotros mismos. Alrededor
nuestro hay una zona de influencia, e influimos en el bien que allí se hace,
como en el mal. Nadie está solo, nadie vive aislado. ¿Cómo son mis relaciones?
¿Soy consciente de que lo que para mí es normal, para otros puede ser un
escándalo? ¿Tengo en cuenta la variedad de mentalidades, de educación de
experiencias vividas? Respetar a los demás, saber perdonar, no convertirnos en
obstáculos para los demás con nuestras actitudes y con nuestras palabras, son
medios que tenemos para llegar a ser semejantes a Dios. Todo por la fe. Lo
imposible se vuelve posible.
Alejando
Carbajo, cmf