¡Amor y
paz!
Los
invito a leer y meditar el Evangelio, en este jueves de la XVIII Semana del
Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos
bendice…
Lectio Divina: Mateo 16,13-23
Lectio
Jueves, 8 agosto ,
2019
Tiempo
Ordinario
1) Oración inicial
Ven, Señor, en ayuda
de tus hijos; derrama tu bondad inagotable sobre los que te suplican, y renueva
y protege la obra de tus manos en favor de los que te alaban como creador y
como guía. Por nuestro Señor.
2) Lectura del
Evangelio
Del
Evangelio según Mateo 16,13-23
Llegado Jesús a la
región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen
los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el
Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas.» Díceles
él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el
Cristo, el Hijo de Dios vivo.» Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres
Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino
mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán
contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en
la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará
desatado en los cielos.» Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie
que él era el Cristo.
Desde entonces comenzó
Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho
de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y
resucitar al tercer día. Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo:
«¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!» Pero él, volviéndose,
dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque
tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!
3) Reflexión
• Estamos en la parte
narrativa entre el Sermón de las Parábolas (Mt 13) y el Sermón de la Comunidad
(Mt 18). En esta partes narrativas que enlazan entre sí los cinco Sermones,
Mateo acostumbra seguir la secuencia del Evangelio de Marcos. De vez en cuando,
cita otras informaciones, conocidas también por Lucas. Y aquí y allá, trae
textos que aparecen sólo en el evangelio de Mateo, como en el caso de la
conversación entre Jesús y Pedro, del evangelio de hoy. Este texto recibe
interpretaciones diversas y hasta opuestas en las diversas iglesias cristianas.
• En aquel tiempo, las
comunidades cultivaban un lazo afectivo muy fuerte con los líderes que habían
dado origen a la comunidad. Por ejemplo, las comunidades de Antioquia en Siria,
cultivaban su relación con la persona de Pedro. Las de Grecia, con la persona
de Pablo. Algunas comunidades de Asia, con la persona del Discípulo Amado y
otras con la persona de Juan, en el Apocalipsis. Una identificación con estos
líderes de su origen ayudaba a las comunidades a cultivar mejor su identidad y
espiritualidad. Pero podía ser también motivo de disputa, como en el caso de la
comunidad de Corinto (1 Cor 1,11-12).
• Mateo
16,13-16: Las
opiniones de la gente y de los discípulos respecto de Jesús. Jesús hace preguntas para saber qué piensa la gente
respecto a su persona, el Hijo del Hombre. Las respuestas son variadas. Juan
Bautista, Elías, Jeremías, algún profeta. Cuando Jesús pregunta la opinión de
los discípulos, Pedro se vuelve portavoz y dice: “¡Tu eres el Cristo, el Hijo del
Dios vivo!” La respuesta no es
nueva. Anteriormente, los discípulos habían dicho lo mismo (Mt 14,33). En el
Evangelio de Juan, la misma profesión de fe la hizo Marta (Jn 11,27).
Significaba que en Jesús se realizan las profecías del Antiguo Testamento.
• Mateo 16,17: La respuesta de Jesús a Pedro:
"¡Bienaventurado eres Simón!" Jesús proclama Pedro “¡Bienaventurado!”, porque recibió una revelación
del Padre. Aquí también la respuesta de Jesús no es nueva. Anteriormente, Jesús
había alabado al Padre porque había revelado el Hijo a los pequeños y no a los
sabios (Mt 11,25-27) y había hecho la misma proclamación de dicha a los
discípulos por estar viendo y oyendo cosas nuevas que, antes que ellos, nadie
conocía ni había oído hablar (Mt 13,16).
• Mateo
16,18-20: Las
atribuciones de Pedro: Ser piedra y tener las llaves del Reino.
(a) Ser Piedra: Pedro
debe ser piedra, esto es, debe ser fundamento firme para la iglesia
para que pueda resistir contra las puertas del infierno. Con estas palabras de
Jesús a Pedro, Mateo anima las comunidades perseguidas de Siria y de Palestina
a que vean en Pedro al líder destacado de su origen. A pesar de ser débil y
perseguida, la comunidad tiene un fundamento firme, por la palabra de Jesús. La
función de ser piedra como fundamento de la fe evoca la palabra de Dios al
pueblo en exilio: “Escúchenme
ustedes, que anhelan la justicia y que buscan a Yavé. Miren la piedra de que
fueron tallados y el corte en la roca de donde fueron sacados. Miren a Abraham,
su padre, y a Sara que los dio a luz; él, que era uno solo cuando lo llamé, se
multiplicó luego que lo bendije”. (Is
51,1-2). Indica que en Pedro existe un nuevo comienzo del pueblo de Dios.
(b) Las llaves del
Reino: Pedro recibe las llaves del Reino. El mismo poder de ligar y desligar es
dado a las comunidades (Mt 18,18) y a los otros discípulos (Jn 20,23). Uno de
los puntos en que el evangelio de Mateo más insiste es la reconciliación y el
perdón. Es una de las tareas más importantes de los coordinadores y
coordinadoras de las comunidades. Imitando a Pedro, deben atar y desatar, esto
es, hacer el que haya reconciliación, aceptación mutua, construcción de
fraternidad, hasta setenta veces siete (Mt 18,22).
• Mateo
16,21-22: Jesús
completa lo que falta en la respuesta de Pedro, y éste reacciona. Jesús empieza a decir: “que él debía ir a Jerusalén y
sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y
ser matado y resucitar al tercer día”. Al
decir que debía ir y que debía morir,
o que era necesario sufrir, indicaba que el sufrimiento estaba previsto en
las profecías. El camino del Mesías no era sólo de triunfo y de gloria, sino también ¡de sufrimiento y de cruz! Si Pedro acepta a Jesús como
Mesías e Hijo de Dios, debería aceptarlo también como Mesías Siervo que va a
morir. Pero Pedro no acepta la corrección de Jesús y trata de disuadirlo.
Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún
modo te sucederá eso!»
• Mateo 16,23: La respuesta de Jesús a Pedro:
piedra de tropiezo. La respuesta de
Jesús es sorprendente. Pedro quería orientar a Jesús tomando la delantera.
Jesús reacciona: "«¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para
mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!"
Pedro tiene que seguir
a Jesús, y no el contrario. Es Jesús quien da la dirección. Satanás es aquel
que desvía a la persona del camino trazado por Dios. De nuevo aparece la
expresión piedra, pero ahora en el sentido opuesto. Pedro, ahora es la
piedra de apoyo, ahora es la piedra de tropiezo. Así eran las comunidades de la
época de Mateo, marcadas por la ambigüedad. Así somos todos nosotros y así es,
según lo dicho por Juan Pablo II, el papado mismo, marcado por la misma
ambigüedad de Pedro: piedra de apoyo en la fe y piedra de tropiezo en la fe.
4) Para la reflexión
personal
• ¿Cuáles son en
nuestra comunidad las opiniones que hay sobre Jesús? Estas diferencias en la
manera de vivir y expresar la fe enriquecen la comunidad o la perjudican en su
caminada?
• ¿Qué tipo de piedra es nuestra comunidad? ¿Cuál es la misión que resulta de esto para
nosotros?
5) Oración final
Crea en mí, oh Dios,
un corazón puro,
renueva en mi interior
un espíritu firme;
no me rechaces lejos
de tu rostro,
no retires de mí tu
santo espíritu. (Sal 51,12-13)
Orden de los Carmelitas