¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este jueves de la
27ª semana del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: LUCAS
11, 5-13
Lectio:
Jueves, 11 octubre,
2018
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y
eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te
suplican; derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra
conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a
pedir. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas
11,5-13
Les dijo también: «Si uno
de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: `Amigo,
préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no
tengo qué ofrecerle', y aquél, desde dentro, le responde: `No me molestes; la
puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme
a dártelos', os aseguro que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, se
levantará para que deje de molestarle y le dará cuanto necesite. «Yo os digo:
Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el
que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, le abrirán. ¿Qué padre
hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una
culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, aun
siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre
del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!»
3) Reflexión
● El evangelio de hoy
continúa el asunto de la oración, iniciado ayer con la enseñanza del Padre
Nuestro (Lc 11,1-4). Hoy Jesús enseña que debemos rezar con fe e insistencia,
sin desfallecer. Para esto, usa una parábola provocadora.
● Lucas 11,5-7: La parábola que provoca. Como de costumbre, cuando tiene algo importante que enseñar, Jesús recurre a una comparación, a una parábola. Hoy nos cuenta una historia curiosa que termina en pregunta, y dirige esta pregunta a la gente que escucha y también a nosotros que hoy leemos o escuchamos la historia: "Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: “Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle', y aquél, desde dentro, le responde: `No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos”. Antes de que Jesús dé la respuesta, quiere que nosotros demos nuestra opinión. ¿Qué contestarías: sí o no?
● Lucas 11,8: Jesús
mismo responde a la provocación. Jesús da su respuesta: “Os
aseguro que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, se levantará para que
deje de molestarle y le dará cuanto necesite”. Si no fuera Jesús,
¿tendrías el valor de inventar una historia en la que se sugiere que Dios
atiende nuestras oraciones para verse libre de ser molestado?
La respuesta de Jesús
afianza el mensaje sobre la oración, a saber: Dios atiende siempre nuestra oración.
Esta parábola recuerda otra, también en Lucas, la de la viuda que insiste en
conseguir sus derechos ante el juez a quien no le importa ni Dios ni la
justicia, y que atiende a la viuda no porque es justo, sino porque quiere
librarse de la mujer inoportuna (Lc 18,3-5). Jesús saca luego unas conclusiones
para aplicar el mensaje de la parábola a la vida.
● Lucas 11,9-10: La
primera aplicación de la Parábola. “Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y
hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que
busca, halla; y al que llama, le abrirán”. ¡Pedir, buscar, llamar!
Jesús no pone condiciones. Si pides, recibirás. Si llamas a la puerta, te
abrirán. Jesús no dice cuánto tiempo va a durar el pedido, la búsqueda o el
llamar, pero lo cierto es que vas a obtener resultado.
● Lucas 11,11-12: La
segunda aplicación de la parábola. “¿Qué padre hay entre vosotros que, si su
hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo,
le da un escorpión?” Esta segunda aplicación deja ver al público que
escuchaba las palabras de Jesús y la manera en que él enseña en forma de
diálogo. El pregunta: “Tu tienes hijos, si te pide un pez ¿le das en
cambio una culebra?” La gente responde: “¡No!” –“y si pide un
huevo, ¿le das un escorpión?” -“¡No!” Por medio del diálogo, Jesús
implica a las personas en la comparación y por la respuesta que recibe, las
compromete con el mensaje de la parábola.
● Lucas 11,13: El
mensaje: recibir el don del Espíritu Santo. “Si, pues, vosotros, aun siendo
malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, cuánto más el Padre del cielo
dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!” El gran don que Dios tiene
para nosotros es el Espíritu Santo. Cuando fuimos creados, el sopló su espíritu
en nuestras narices y nos volvimos un ser vivo (Gén 2,7). En la segunda
creación, a través de la fe en Jesús, él nos da de nuevo al Espíritu, el mismo
Espíritu que hizo que la Palabra se encarnara en María (Lc 1,35). Con la ayuda
del Espíritu Santo, el proceso de encarnación de la Palabra sigue hasta la hora
de la muerte en la Cruz. Al final, en la hora de la muerte, Jesús devuelve el
Espíritu al Padre: “Entre tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc
23,46). Es éste el Espíritu que Jesús promete como fuente de verdad y de
comprensión (Jn 14,14-17; 16,13), y como ayuda en medio de las persecuciones
(Mt 10,20; He 4,31). Este Espíritu no se compra con dinero en los grandes
almacenes. La única manera de obtenerlo es mediante la oración. Nueve días de
oración obtuvieron el don abundante del Espíritu en día de Pentecostés (He
1,14; 2,1-4).
4) Para la reflexión
personal
● ¿Cómo reaccionas ante la
provocación de la parábola? Una persona que vive en un piso
pequeño en una gran ciudad,
¿cómo respondería? ¿Abriría la puerta?
● Cuando rezas, ¿rezas con
la convicción de que vas a recibir algo?
5) Oración final
Doy gracias al Señor de
todo corazón,
en la reunión de los justos y en la comunidad.
Grandes son las obras del Señor,
meditadas por todos que las aman. (Sal 111,1-2)
en la reunión de los justos y en la comunidad.
Grandes son las obras del Señor,
meditadas por todos que las aman. (Sal 111,1-2)
Orden de los Carmelitas