¡Amor
y paz!
Hoy meditaremos
la misma escena de ayer, pero esta vez explicada por Mateo (ayer lo fue por
Juan). Lo esencial es común en ambas narraciones. Pero Mateo pone de relieve
algunas significaciones diferentes de las anotadas por Juan. “Entonces uno de
los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les
dijo: "¿Cuánto me darán si se lo entrego?". Y resolvieron darle
treinta monedas de plata”.
Según
este aparte del texto, Judas es quien toma la iniciativa. Además, señala que en
la traición está mediando el dinero. En
la última cena, la primera Eucaristía, en la que Jesús nos ofrece su Pan de
Vida, se fragua un acto de muerte.
Otra
lectura del texto es que la traición tuvo motivaciones políticas. Judas
esperaba que Jesús instaurara el Reino de Dios en este mundo y soñaba, al igual
que los hijos del Zebedeo, ocupar un puesto de prestigio. Creía que se trataba
de un reino como los de este mundo.
Hoy
muchos prefieren apostarle al dinero, al poder y al placer antes que comprometerse con el
Reino de paz, de amor y de justicia que ofrece Jesús.
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este Miércoles
Santo.
Dios
los bendiga…
Evangelio
según San Mateo 26,14-25.
Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: "¿Cuánto me darán si se lo entrego?". Y resolvieron darle treinta monedas de plata. Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión favorable para entregarlo. El primer día de los Ácimos, los discípulos fueron a preguntar a Jesús: "¿Dónde quieres que te preparemos la comida pascual?". El respondió: "Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: 'El Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos'". Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua. Al atardecer, estaba a la mesa con los Doce y, mientras comían, Jesús les dijo: "Les aseguro que uno de ustedes me entregará". Profundamente apenados, ellos empezaron a preguntarle uno por uno: "¿Seré yo, Señor?". El respondió: "El que acaba de servirse de la misma fuente que yo, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!". Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó: "¿Seré yo, Maestro?". "Tú lo has dicho", le respondió Jesús.
Comentario
Ante
los discípulos que preguntan el lugar de la celebración, Jesús ordena ir a la
"casa de Fulano", la indeterminación quiere señalar que se trata de
todo aquel que se siente implicado en la Historia de la Pasión, A él, Jesús se
dirige para anunciarle que va a celebrar la Pascua... con sus discípulos. Esta
se realiza "al caer la tarde" (v.20) como en la primera multiplicación
(Mt 14,15) y como en la sepultura de Jesús (Mt 27,57). Jesús nos alimenta con
su entrega. Una nueva Pascua, en la que se realiza la institución de la
Eucaristía y la muerte de Jesús, sustituye a la pascua oficial judía.
Pero
en medio de este ofrecimiento de vida para los discípulos, Jesús anuncia la presencia
de las sombras de la traición que provoca en cada uno de ellos tristeza e
inseguridad. El gesto de amistad e intimidad de Jesús: "mojar de la misma
fuente", no exime de esa dolorosa posibilidad. De esta forma la amistad se
transforma en oposición entre "este Hombre" y "ese
individuo"; la acción de este último, motivada por su amor al dinero,
elimina todos los valores ofrecidos por el primero. La figura de Judas es un
llamado a la reflexión para todo discípulo de Jesús.
La "entrega",
donación absolutamente gratuita de Dios y de su Hijo, se transforma en
"entrega-traición", venta que minusvaloriza el don por un precio
irrisorio. La codicia es el motor, capaz de transformar la amistad en voluntad
opuesta al querer de Dios y en frustración de la vida.
Diario
Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)
www.mercaba.org