sábado, 24 de septiembre de 2016

Resulta más atractivo acompañar al hermano cuando la vida les sonríe...

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este sábado de la 25ª semana del Tiempo Ordinario.

Dos nos bendice...

Evangelio según San Lucas 9,43b-45.
Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: "Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres". Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto. 

Comentario

Ayer, después de la confesión de Pedro: “Tú eres el Mesías de Dios”, Jesús expresa su “propia confesión” y llama a la comunidad a solidarizarse con él y seguirlo hasta su muerte.

Hoy Jesús vuelve a confesar su entrega y exige lo mismo de sus amigos. Por desgracia, la comunidad en vez de solidarizarse con Jesús, enmudece y lo ¡dejará morir solo! Los discípulos no quieren entender, ni preguntan al maestro acerca de ese “asunto”. Cuatro veces Jesús anuncia/confiesa que va hacer entregado y su comunidad en lugar de mostrar apoyo, se desentiende.

No es fácil escuchar confesiones que demandan solidaridad en momentos de muerte. A menudo nos resulta mas atractivo acompañar al hermano cuando la vida les sonríe, cuando todo está bien. Pero apenas surgen los momentos de crisis, de dudas, de incertidumbre, de enfermedades que no se curan; se abandona al hermano. En vez de ser apoyo y caminar con la persona que confiesa sus miedos nuestra mente se cierra.

Con frecuencia no entendemos que en el dolor está Dios. En vez de abrir nuestros sentidos al Dios que habla también en medio del sufrimiento, nos cerramos porque nos resulta difícil comprender al Dios de la cruz. Preferimos “maravillarnos del Dios poderoso”. ¿Prestas atención a la persona que te confiesa sus dudas o la dejas sola?

Servicio Bíblico Latinoamericano