¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio
y el comentario, en este viernes de la XXIII Semana del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice…
Evangelio según San
Lucas 6,39-42.
Jesús hizo a sus discípulos esta comparación: "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo? El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro. ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: 'Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo', tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano."
Comentario
a) Continúa "el sermón de la llanura", con recomendaciones varias, a modo de comparaciones:
- un ciego no puede guiar a otro ciego: los dos
caerán en el hoyo,
- un discípulo no será más que su maestro,
- no tenemos que fijarnos tanto en los defectos de
los demás (una mota o brizna en el ojo ajeno), sino en los nuestros (una viga):
si no, seríamos hipócritas.
Son recomendaciones relacionadas con la ley del
amor que ayer nos daba Jesús. El que se tiene por guía debe "ver"
bien. El que quiere pasar de discípulo a maestro, lo mismo.
Uno y otro, si lo único que ven son los defectos de
los demás, y no los propios, mal irá la cosa. Lo de ver la mota en el ojo ajeno
y no ver la viga en el propio era un dicho muy común entre los judíos.
b) Qué fácilmente vemos los defectos de nuestros
hermanos, y qué capacidad tenemos de disimular los nuestros! Eso se llama ser
hipócritas.
Por eso se nos ocurre hacer de guías de otros,
cuando los que necesitamos orientación somos nosotros. Y queremos hacer de
maestros, cuando no hemos acabado de aprender.
Y nos metemos a dar consejos y a corregir a otros,
cuando no somos capaces de enfrentarnos sinceramente con nuestros propios
fallos.
Hagamos hoy un poco de examen de conciencia: ¿no
tendemos a ignorar nuestros defectos, mientras que estamos siempre alerta para
descubrir los ajenos? Cada vez que nos acordamos de los fallos de los demás
-con un deseo inmediato de comentarlos con otros-, deberíamos razonar así:
"y yo seguramente tengo fallos mayores y los demás no me los echan en cara
continuamente, sino que disimulan: ¿por qué tengo tantas ganas de ser juez y
fiscal de mis hermanos?". Eso se llama hipocresía, uno de los defectos que
más criticó Jesús. Nos iría bien un espejo limpio donde mirarnos: este espejo
es la Palabra de Dios, que nos va orientando día tras día. Para ejercitar una
saludable autocrítica en nuestra vida.
J.
ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 6
Tiempo Ordinario. Semanas 22-34
Barcelona 1997. Págs. 56-60
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 6
Tiempo Ordinario. Semanas 22-34
Barcelona 1997. Págs. 56-60