¡Amor y paz!
San Juan Crisóstomo comenta el Evangelio que hoy leemos y sintetiza muy bien la labor de un apóstol de Jesucristo: ‘Hemos encontrado al Mesías’. Esa fue ayer, es hoy y será mañana la tarea fundamental de quien ha sido enviado por el Señor a anunciar la Buena Noticia de la Salvación. Todos nosotros, los bautizados, estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe en Jesús donde quiera que vayamos.
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este martes en que la Iglesia celebra la Fiesta de San Andrés, Apóstol.
Dios los bendiga..
Evangelio según San Mateo 4,18-22.
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres". Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron. Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Comentario
«Ved qué dulzura, qué delicia convivir los hermano unidos» (Sl 32,1)... Andrés, después de haber permanecido junto a Jesús (Jn 1,39) y haber aprendido muchas cosas, no se guardó este tesoro sólo para él: se apresuró a ir junto a su hermano Simón-Pedro para compartir con él los bienes que había recibido... Considera lo que dice a su hermano: «Hemos encontrado al Mesías, es decir, a Cristo» (Jn 1,41). ¿Te das cuenta del fruto de lo que, en tan poco tiempo, acababa de aprender? Eso demuestra la autoridad del Maestro que enseñó a sus discípulos y, al mismo tiempo, el celo de conocerle ya desde los inicios.
La prisa de Andrés, su celo en difundir inmediatamente una tan buena noticia, supone un alma que ardía en deseos de ver cumplido ya lo que tantos profetas habían anunciado referente a Cristo. El hecho de compartir así las riquezas espirituales demuestra una amistad verdaderamente fraterna, un profundo afecto y un natural lleno de sinceridad... «Hemos encontrado al Mesías» dice; no un mesías, un mesías cualquiera, sino «el Mesías, aquel que esperábamos».
San Juan Crisóstomo (hacia 345-407), presbítero en Antioquia, después obispo de Constantinopla - Homilías sobre el evangelio de Juan, nº 19,1
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