¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este XI Domingo del
Tiempo Ordinario.
Oremos por Colombia, donde sus ciudadanos elegirán hoy en segunda vuelta al nuevo Presidente de la República. Que el Espíritu Santo ilumine y guíe a los electores y al elegido.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: 11ª
DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (B)
Lectio:
Domingo, 17 junio, 2018
Las parábolas del Reino
de Dios
El Reino es como una semilla
Marcos 4,26-34
1. Oración inicial
Señor Jesús, envía tu Espíritu para que nos ayude a leer la Escritura con la misma mirada con la que tú se la leíste a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos estremecedores de tu condena y muerte. De este modo, la cruz que parecía ser el fin de toda esperanza, se mostró a ellos como origen de vida y de resurrección.
Señor Jesús, envía tu Espíritu para que nos ayude a leer la Escritura con la misma mirada con la que tú se la leíste a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos estremecedores de tu condena y muerte. De este modo, la cruz que parecía ser el fin de toda esperanza, se mostró a ellos como origen de vida y de resurrección.
Haz en nosotros el
silencio para escuchar tu voz en la creación y en la Escritura, en los
acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que
sufren. Que tu Palabra nos oriente para que también nosotros, como los dos
discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y dar
testimonio a los demás de que tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de
fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a tí, Jesús, hijo de María,
que nos has revelado al Padre y enviado al Espíritu. Amén.
2. Lectura
a) Una
división del texto per ayudarte en la lectura
Mc 4,26-29: La parábola de
la semilla que nace por sí misma
Mc 4,30-32: La parábola
del grano de mostaza
Mc 4,33-34: La conclusión
sobre la parábola
b) El texto: Marco
4,26-34
En aquel tiempo, Jesús
decía (a la multitud): Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa
semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la
semilla brota y crece sin que él sepa cómo.
Porque de suyo lleva fruto
la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y
cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha
llegado.
Decía también: ¿A qué
haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos?
Es como el grano de
mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las
semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, crece, y se hace
la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las
aves del cielo pueden morar bajo su sombra.
Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír.
Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo.
Con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír.
Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo.
3. Momento de silencio
orante
para que la Palabra de
Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida
4. Algunas preguntas
para ayudarnos en la
meditación y en la oración.
a) ¿Cuál es el punto que
más te ha llamado la atención? ¿Por qué?
b) Jesús no explica la
parábola. Cuenta la historia y mueve a los demás a la imaginación y a la reflexión.
¿Qué has descubierto tú en las dos parábolas?
c) El objetivo de las
palabras es hacer la vida transparente. ¿ Se ha ido haciendo tu vida más
transparente a lo largo de los años o ha sido al contrario?
5. Para quienes quieren
profundizar en el tema
a) Para comprender
mejor
Por qué Jesús enseña por
medio de parábolas: Jesús cuenta muchas parábolas. ¡Todas tratan de la vida de
la gente! De este modo ayudaba a las personas a descubrir las cosas de Dios en
la vida de cada día, vida que se hacía transparente. Ya que lo extraordinario
de Dios se esconde en las cosas ordinarias y comunes de la vida de cada día. La
gente comprendía las cosas de la vida. En las parábolas recibían la llave para
abrir y encontrar en ella los signos de Dios.
Por medio de las parábolas
Jesús ayudaba a la gente a percibir la presencia misteriosa del
Reino en las cosas de la vida. Una parábola es una comparación. Él usa las
cosas conocidas y evidentes de la vida para explicar las cosas invisibles y
desconocidas del Reino de Dios. Por ejemplo, la gente de Galilea comprendía
cuándo se hablaba de semilla, de terreno, de lluvia, de sol, de sal, de flores,
de peces, de cosecha, etc. Y Jesús usa estas cosas conocidas de la gente en sus
parábolas para explicar el misterio del Reino.
La parábola del sembrador
es un retrato de la vida de los campesinos. En aquel tiempo no era fácil vivir
de la agricultura. Los terrenos estaban llenos de piedras. Muchos arbustos.
Poca lluvia, mucho sol. Por otra parte, muchas veces la gente, para acortar las
distancias, atravesaban los campos y pisaban las plantas ( Mc 2,23). Pero, a
pesar de ello, cada año el agricultor sembraba y plantaba, confiado en la
fuerza de la semilla, en la generosidad de la naturaleza.
La parábola no lo da todo
hecho sino que mueve a pensar y hace descubrir a partir de la experiencia que
los oyentes tienen de la semilla. Mueve a la creatividad y a la participación.
No es una doctrina que llega pronto para ser enseñada y adornada. La parábola
no da agua embotellada sino que conduce a la fuente. El agricultor que escucha
dice: “ La semilla en la tierra y yo ¿qué puedo saber?” Pero Jesús dice que
esto tiene que ver con el Reino de Dios: “¿Qué será?” Es posible imaginar las
largas conversaciones de la muchedumbre. La parábola se mueve con la gente y la
empuja a escuchar la naturaleza y a pensar en la vida.
b) Comentario
del texto
Es hermoso ver a Jesús que
, siempre de nuevo, busca en la vida y en los acontecimientos elementos e
imágenes que puedan ayudar a la gente a percibir y experimentar la presencia
del Reino. En el evangelio de hoy cuenta, una vez más, dos breves historias que
suceden todos los días en la vida de todos nosotros: “La historia de la semilla
que crece por sí misma” y “la historia de la pequeña semilla de mostaza que
crece y se hace grande."
La historia de la
semilla que crece por sí misma.
El agricultor que planta
conoce el proceso: semilla, fino hilillo verde, hoja, espiga, grano. El
agricultor sabe esperar, no siega el grano antes de tiempo. Pero no sabe cómo
la tierra, la lluvia, el sol y la semilla tienen esta fuerza de hacer crecer
una planta de la nada hasta la fruta. Así es el Reino de Dios. Es un proceso
con etapas y momentos de crecimiento. Sucede en el tiempo. Produce fruto en el
momento justo pero ninguno sabe explicar su fuerza misteriosa. ¡Ninguno , ni
aún el dueño! ¡Sólo Dios!
La historia del pequeño
grano de mostaza que crece y se hace grande.
El grano de mostaza es
pequeño, pero crece y al final los pajarillos hacen su nido entre sus ramas.
Así es el Reino. Comienza muy pequeño, crece y extiende sus ramas. La parábola
deja abierta una pregunta que recibirá respuesta en el evangelio, más tarde:
¿quiénes son los pajarillos? El texto sugiere que se trata de los paganos que
no pueden entrar en la comunidad y participar del Reino.
Jesús explica la
parábola a sus discípulos.
En casa, solos con Jesús,
los discípulos quieren saber el significado de la parábola. No la han
comprendido. Jesús se queda atónito ante su ignorancia (Mc 4,13) y en aquella ocasión
responde con una frase difícil y misteriosa. Dice a sus discípulos: “A vosotros
se os ha confiado el misterio del Reino de Dios; sin embargo, a los de fuera
todo viene expuesto en parábolas para que miren, pero no vean, escuchen, pero
no entiendan, ¡para que no se conviertan y sean perdonados!”. Esta frase mueve
a la gente a preguntarse: Entonces ¿de qué sirve la parábola?
¿Para aclarar o para
ocultar? ¿Puede ser que Jesús se sirva de la parábola con el fin de que la
gente continúe viviendo en la ignorancia y no llegue a convertirse? ¡Por supuesto que
no! Porque en el evangelio de hoy Marcos dice que Jesús usaba las
parábolas “de acuerdo a lo que podían entender” (Mc 4,33).
¡La parábola revela y
esconde al mismo tiempo! Revela a aquellos que están dentro, que aceptan a
Jesús, Mesías Siervo. Esconde a aquellos que insisten en considerarlo el
Mesías, el Rey grandioso. Estos comprenden las imágenes de la parábola, pero no
llegan a aceptar su significado.
6. Oración - Salmo
96
Grande es el Señor y
digno de toda alabanza
Cantad al Señor un cántico
nuevo,
cantad al Señor toda la
tierra.
Cantad al Señor, bendecid
su nombre,
anunciad día a día su
salvación.
Contad su gloria en medio
de los pueblos,
anunciad sus maravillas a
todas las naciones.
Grande es el Señor y digno
de toda alabanza,
terrible sobre todos los
dioses.
Todos los dioses de las naciones
son nada,
pero el Señor ha hecho los
cielos.
Majestad y belleza van
delante de él,
poder y gloria en su
santuario.
Dad al Señor, familias de
los pueblos,
dad al Señor gloria y
poder,
dad al Señor la gloria de
su nombre.
Llevadle ofrendas y entrad
en sus atrios,
postraos ante el Señor con
ornamentos sacros.
Tema ante él la tierra
entera.
Decid al pueblo: “¡El
Señor reina!”
Afianzó la tierra para
que no vacile;
juzgará a las naciones con
rectitud.
Alégrense los cielos, goce
la tierra,
ruja el mar y cuanta
encierra;
exulten los campos y
cuanto hay en ellos,
regocíjense los árboles
del bosque
delante del Señor que ya
llega,
porque viene a juzgar toda
la tierra.
Juzgará el mundo con
justicia
y a todos los pueblos
con fidelidad.
7. Oración final
Señor Jesús, te damos
gracias por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz
que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir
cuanto tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros, como María, tu Madre,
podamos no sólo escuchar sino practicar la Palabra. Tú que vives y reinas con
el Padre en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
Orden de los Carmelitas