¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio
y el comentario, en este XX Domingo del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice...
Evangelio según San Lucas 12,49-53.
Jesús dijo a sus discípulos: "Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente! ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".
Comentario
Un viejo cacique de una tribu estaba teniendo una
charla con sus nietos acerca de la vida. Los niños querían saber sobre muchas
cosas: cómo ser buenas personas, por qué había personas malas, por qué algunas
personas hacen daño, pelean son agresivos y violentos… Él les dijo: "Una
gran pelea esta ocurriendo dentro de mi; es entre dos lobos. Uno de los lobos
es maldad, temor, ira, envidia, dolor, rencor, avaricia, arrogancia, culpa,
resentimiento, inferioridad, mentiras, orgullo, competencia, superioridad,
egolatría. El otro es bondad, alegría, paz, amor, esperanza, serenidad,
humildad, dulzura, generosidad, amistad, benevolencia, empatía, verdad,
compasión, y fe. Esta misma pelea está ocurriendo dentro de cada uno de
ustedes, y dentro de casi todos los seres de la tierra". Lo niños se
quedaron pensando un rato esa realidad de la que el abuelo les estaba hablando.
De pronto, uno de los niños preguntó a su abuelo: "¿Y cuál de los lobos
ganará la pelea dentro de cada uno de nosotros?" El viejo cacique
respondió: “simplemente... el que alimentes".
Esta historia del viejo cacique revela la lucha que
existe en nuestro propio interior y en el mundo entero. Hay dos fuerzas
enfrentadas entre sí, que se disputan nuestras decisiones. Una de ellas tiene
origen en Dios y la otra en el pecado. Jesús nos dice que no ha venido a traer
paz a la tierra entre estas dos fuerzas, él ha venido a traer fuego. “Porque de
hoy en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos y dos
contra tres. El padre estará contra su hijo y el hijo contra su padre; la madre
contra su hija y la hija contra su madre; la suegra contra la nuera y la nuera
contra la suegra”.
Jesús no está hablando aquí de castigos o
maldiciones a la humanidad. Está hablando de esta lucha que nos atraviesa
interiormente y que atraviesa nuestras vidas y nuestras relaciones. Jesús no
quiere una paz mal entendida entre estas fuerzas que se disputan nuestras
decisiones y que lo hacían tambalear a él mismo: “Tengo que pasar por una
terrible prueba, y ¡cómo sufro hasta que se lleve a cabo!” Una paz a cualquier
precio es un error descomunal. Ya sea entre grupos sociales, entre nuestras
propias tendencias interiores, o en la relación de una pareja. Esa paz a
cualquier precio ha hecho que muchas veces nos hayamos hecho cómplices del mal
en el mundo. No podemos ser neutrales ante cualquier conflicto. Seguir a Jesús,
supone tomar partido por la justicia, el amor, la comunión, la reconciliación …
Tenemos en Colombia una coyuntura muy particular.
Estamos a las puertas de la firma de un acuerdo de paz con uno de los grupos
guerrilleros más agresivos y dañinos que haya conocido un país. Hemos
alimentando durante muchos años al lobo de la guerra, y podemos alimentar ahora
al lobo de la paz… Por esto, la pregunta de los nietos del cacique también la
podríamos hacer nosotros hoy al Señor: “¿Cuál de los dos lobos ganará? Y la
sabia respuesta del abuelo, será la que recibiremos: “Ganará el lobo que tu
mismo alimentes en tu interior”. ¿Cuál es el lobo que tu estás alimentando?
Hermann Rodríguez Osorio, S.J.
Sacerdote Jesuita. Profesor Asociado de la Facultad de Teología de la
Pontificia Universidad Javeriana – Bogotá