¡Amor y paz!
Los invito, a leer y meditar
el Evangelio y el comentario, en este día en que en América celebramos la fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago.
Dios nos bendice…
Evangelio según san Juan
14,6-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto." Felipe le dice: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta." Jesús le replica: "Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré."
Comentario
El nombre español
"Santiago" viene de un modo antiguo de pronunciar Saint-Yago o
Saint-Jacob. Es decir: Santiago es San Jacobo, o San Jacob. Lo cual quiere
decir que el nombre de estos dos apóstoles era Jacob (o Jacobo), igual al del
patriarca a quien el Génesis presenta como hijo de Isaac y nieto de Abraham. Él
es el padre de las Doce Tribus de Israel. Algunas Biblias protestantes no lo
nombran como Santiago sino con su nombre original: Jacobo. En latín se le llama
Iacobus; en inglés es James, y en francés, Jacques.
Hubo dos Santiagos en el
grupo de los Doce Apóstoles. Tradicionalmente se les llama el Mayor y el Menor.
Santiago "el Mayor" tiene su propia fiesta litúrgica, que es el 25 de
Julio. Según el libro de los Hechos de los Apóstoles, este Santiago, patrono de
España, hermano de Juan e hijo de Zebedeo, murió mártir de primero entre los
Apóstoles, por mano de Herodes (Hch 12,1-2).
Así pues, el Santiago que
recordamos hoy es "el Menor," hijo de Alfeo, y que fue hombre muy
venerado y acatado entre los cristianos de Jerusalén, en el siglo I. Su fama de
santidad se extendió incluso entre los que no eran cristianos, de modo que un
antiguo escrito dice que las autoridades judías le pidieron que negara en
público a Jesús, seguros de que ese testimonio sería un golpe mortal contra el
cristianismo naciente. Pero Santiago no negó a Cristo y entonces fue arrojado
desde lo alto del templo y poco después murió, no sin antes interceder por sus
verdugos. Es doctrina común que de este apóstol se conserva un escrito que es
enérgico y saludable, de tono práctico y directo: la Carta de Santiago.
Un hombre de nombre griego
El otro santo apóstol de hoy
es Felipe, era natural de Betsaida y fue llamado por Cristo al grupo de los
Doce desde muy temprano en el ministerio público de Nuestro Señor. Su nombre
griego, Filipos, indica bien la influencia de la cultura helenística en la
parte Norte de la Palestina del siglo I, aunque no es el único caso entre los
Doce: Andrés es también un nombre griego. La verdad es que muchos judíos vivían
en la Diáspora, o sea, dispersos por todo el mundo civilizado de la época, de
modo que los vínculos entre judaísmo y cultura griega eran bastante fuertes en
ese tiempo. De hecho, la traducción del Antiguo Testamento más usada en el
tiempo era la versión griega llamada "de los Setenta."
El cuarto evangelio menciona
algunas intervenciones o diálogos que tienen que ver con este apóstol. A la luz
de lo ya dicho, es entendible, por ejemplo, que algunos judíos de lengua griega
se hayan acercado a Felipe para pedirle lo que también nosotros hemos pedido
muchas veces: "Queremos ver a Jesús" (Juan 12,20-22). Es Felipe
también quien luego dice al Señor, durante la Última Cena, "¡Muéstranos al
Padre, y eso nos basta!" (Juan 14,8-9).
Según una antigua tradición,
el apóstol Felipe murió crucificado durante alguna de las primeras
persecuciones contra los cristianos.
http://fraynelson.com/homilias.html.