viernes, 12 de julio de 2013

Cuando la fe no se viste de profecía se cubre de vergüenza

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este viernes de la XIV Semana del Tiempo Ordinario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Mateo 10,16-23.
Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre. 
Comentario

Ser cristiano es fruto de un conocimiento conceptual y experiencial de Cristo. Se trata de conocer y creer en sus palabras y, además, ponerlas en práctica llevando el mismo estilo de vida que él llevó. O aceptamos correr su misma suerte viviendo lo que sabemos y creemos o no nos llamemos ni consideremos cristianos.

Nuestra fe es profética por naturaleza. El profetismo es un aspecto constitutivo del cristianismo. Desde la experiencia de fe hay que anunciar el Reino de Dios en este mundo y denunciar cuanto lo impide o dificulta. Si la fe cristiana deja de ser profética pasará a ser vergonzante. Si callamos ante la injusticia, la opresión o el pecado por no complicarnos la existencia, viviremos un cristianismo acomodaticio y falso.

Si optamos por Dios en favor de los hombres entraremos en conflicto con los poderes políticos o ideológicos que los subyugan y esclavizan y entonces la persecución, la incomprensión y toda serie de calamidades se nos vendrán encima.

Jesús anuncia la imposibilidad de vivir auténticamente la fe sin un compromiso personal contra toda suerte de pecado. Recomienda prudencia y promete asistencia del Espíritu que anima la vida del creyente y advierte que desde la fortaleza/valentía se superarán las dificultades.

Las guerras en nombre de Dios han de ser vividas en voz pasiva, nunca en activa. Somos los cristianos los que seremos perseguidos, nunca perseguidores.

Cuando se mata en nombre de Dios se engendra ateísmo, cuando se muere engendramos cristianismo. Mirémonos en el espejo de la historia para no cometer los mismos errores del pasado.

BENJAMIN OLTRA COLOMER
SER COMO DIOS MANDA
Una lectura pragmática de San Mateo
EDICEP. VALENCIA-1995. Págs. 62-63