¡Amor y paz!
Otra curación en sábado.
El lunes pasado leíamos una que hizo Jesús con la mujer encorvada. Hoy es con
un hombre aquejado del mal de la hidropesía, la acumulación de líquido en su
cuerpo.
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este viernes de la trigésima
semana del Tiempo Ordinario.
Dios los bendiga..
Evangelio
según San Lucas 14,1-6.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Delante de él había un hombre enfermo de hidropesía. Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: "¿Está permitido curar en sábado o no?". Pero ellos guardaron silencio. Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo curó y lo despidió. Y volviéndose hacia ellos, les dijo: "Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?". A esto no pudieron responder nada.
Comentario
Anda por ahí un libro que
ofrece un Curso de Milagros. El tema es ya un tópico en las librerías. Tenía
que llegar, después de tantas terapias y millones de formas de autoayuda, tenía
que venir este que pone el poder en nuestras manos.
Lo gracioso es que esa
literatura tiene toda un mismo patrón: relájese, mente en blanco, concentre su
energía... Y digo que eso es gracioso porque muy poco o nada tiene que ver con
los milagros que hace Jesús. ¿Has visto a Jesús poniendo la mente en blanco en
alguna parte de los evangelios? ¿Has visto cómo se reconcentra antes de sanar a
alguien? ¡Pamplinas! Lo que vemos es a un profeta que, aun en medio de una
desagradable discusión, muestra de dónde viene el poder que realmente sana y
salva.
Jesús, entonces, no es un
milagrero. Su poder no es la canalización de una energía cósmica o psíquica,
que pueda ser enseñado como quien aprende a resolver ecuaciones de segundo
grado, o a plantar un bonsái. Cristo es la manifestación sublime del amor del
Padre, no la exhibición de nuestras destrezas mentales.
http://fraynelson.com/homilias.html.