¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este jueves de la
23ª semana del Tiempo Ordinario, Ciclo B. Hoy recordamos a San Juan Crisóstomo,
obispo y doctor de la Iglesia.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: LUCAS
6,27-38
Lectio:
Jueves, 13 septiembre,
2018
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Señor, tú que te has
dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor
de padre y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos la libertad
verdadera y la herencia eterna. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas
6,27-38
«Pero a vosotros, los que
me escucháis, yo os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os
odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te
hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto,
no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no
se lo reclames. Y tratad a los hombres como queréis que ellos os traten. Si
amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a
los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito
tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de
quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a
los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros
enemigos; haced el bien y prestad sin esperar nada a cambio; entonces vuestra
recompensa será grande y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los
desagradecidos y los perversos. «Sed compasivos como vuestro Padre es
compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis
condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena,
apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque
con la medida con que midáis se os medirá.»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos
presenta la segunda parte del “Sermón de la Planicie”. En la primera parte (Lc
6,20-26), Jesús se dirigía a los discípulos (Lc 6,20). En la segunda parte (Lc
6,27-49), se dirige a “los que me escucháis”, esto es, aquella multitud inmensa
de pobres y de enfermos, llegada de todos los lados (Lc 6,17-19).
• Lucas 6,27-30: ¡Amar a
los enemigos! Las palabras que Jesús dirige a este pueblo son exigentes y
difíciles: amar a los enemigos, no maldecir, ofrecer la otra mejilla a quien te
hiera en una, no reclamar cuando alguien toma lo que es tuyo. Tomadas al pie de
la letra, estas frases parecen favorecer a los ricos que roban. Pero ni
siquiera Jesús las observó al pie de la letra. Cuando el soldado le hirió en la
mejilla, no ofreció la otra, sino que reaccionó con firmeza: “Si hablé mal,
¡pruébalo! Y si no ¿por qué me golpeas?” (Jn 18,22-23). Entonces, ¿cómo
entender estas palabras? Los versículos siguientes nos ayudan a entender lo que
Jesús quiere enseñarnos.
• Lucas 6,31-36: ¡La Regla
de Oro! Imitar a Dios. Dos frases de Jesús ayudan a entender lo que él quiere
enseñar. La primera frase es la así llamada Regla de Oro: " ¡Y tratad a
los hombres como queréis que ellos os traten!” (Lc 6,31). La segunda frase es:
"¡Sed compasivo como vuestro Padre celestial es compasivo!" (Lc
6,36). Estas dos frases muestran que Jesús no quiere invertir sencillamente la
situación, pues nada cambiaría. Quiere cambiar el sistema. Lo Nuevo que el quiere
construir nace de la nueva experiencia de Dios como Padre lleno de ternura que
¡acoge a todos! Las palabras de amenaza contra los ricos no pueden ser ocasión
para que los pobres se venguen. Jesús manda tener una actitud contraria: “¡Amar
a vuestros enemigos!" El amor no puede depender de lo que recibimos del
otro. El verdadero amor tiene que querer también el bien del otro,
independientemente de que él o ella hagan por mí. El amor tiene que ser
creativo, pues así es el amor de Dios para nosotros: "¡Sed compasivos como
el Padre celestial es compasivo!". Mateo dice lo mismo con otras palabras:
“Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5,48). Nunca nadie
podrá llegar a decir: Hoy he sido perfecto como el Padre celestial es perfecto.
He sido compasivo como el Padre celestial es compasivo”. Estaremos siempre por
debajo del listón que Jesús puso ante nosotros.
En el evangelio de Lucas, la Regla de Oro dice: "Y todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos” y añade: “Pues en esto consisten la Ley y los Profetas" (Mt 7,12). Prácticamente todas las religiones del mundo tienen la misma Regla de oro con formulaciones diversas. Señal de que aquí se expresa una intuición o un deseo universal que nace del fondo del corazón humano.
En el evangelio de Lucas, la Regla de Oro dice: "Y todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos” y añade: “Pues en esto consisten la Ley y los Profetas" (Mt 7,12). Prácticamente todas las religiones del mundo tienen la misma Regla de oro con formulaciones diversas. Señal de que aquí se expresa una intuición o un deseo universal que nace del fondo del corazón humano.
• Lucas 6,37-38: Porque
con la medida con que midáis se os medirá. “No juzguéis y no seréis juzgados,
no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os
dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros
vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá”. Son cuatro
consejos: dos de forma negativa: no juzgar, no condenar; y dos de forma
positiva: perdonar y dar con medida abundante. Cuando dice “y se os dará”,
Jesús alude al tratamiento que Dios quiere tener con nosotros. Pero cuando
nuestra manera de tratar a los otros es mezquina, Dios no puede usar la medida
abundante y rebosante que a El le gustaría usar.
Celebrar la visita de
Dios. El Sermón de la Planicie o Sermón del Monte, desde su comienzo, lleva a
los oyentes a optar, a una opción a favor de los pobres. En el Antiguo
Testamento, varias veces, Dios colocó a la gente ante la misma opción de
bendición o de maldición. La gente tenía la libertad de escoger. "Te puse
delante la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, por tanto, la
vida, para que vivas tú y tu descendencia" (Dt 30,19). No es Dios quien
condena, sino que la gente misma según la opción que hará entre la vida y la
muerte, entre el bien y el mal. Estos momentos de opción son los momentos de la
visita de Dios a su gente (Gén 21,1; 50,24-25; Ex 3,16; 32,34; Jer 29,10; Sal
59,6; Sal 65,10; Sal 80,15, Sal 106,4). Lucas es el único evangelista que
emplea esta imagen de la visita de Dios (Lc 1,68. 78; 7,16; 19,44; He 15,16).
Para Lucas Jesús es la visita de Dios que coloca a la gente ante la posibilidad
de escoger la bendición o la maldición: “¡Bienaventurados vosotros los
pobres!" y "¡Ay de vosotros, los ricos!" Pero la gente no
reconoce la visita de Dios (Lc 19,44).
4) Para la reflexión
personal
• ¿Será que miramos la
vida y a las personas con la misma mirada de Jesús?
• ¿Qué quiere decir hoy
“ser misericordioso como el Padre celestial es misericordioso"?
5) Oración final
Tú me escrutas, Señor, y
me conoces;
sabes cuándo me siento y me levanto,
mi pensamiento percibes desde lejos;
de camino o acostado, tú lo adviertes,
familiares te son todas mis sendas. (Sal 139,1-3)
sabes cuándo me siento y me levanto,
mi pensamiento percibes desde lejos;
de camino o acostado, tú lo adviertes,
familiares te son todas mis sendas. (Sal 139,1-3)
Orden de los Carmelitas