¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este martes de la 2a semana
de Pascua, ciclo C.
Dios nos
bendice...
Lectio Lectio: Juan 3,7b-15
Lectio
Martes, 30 Abril ,
2019
Tiempo de
Pascua
1) Oración inicial
Te pedimos, Señor, que
nos hagas capaces de anunciar la victoria de Cristo resucitado; y pues en ella
nos has dado la prenda de los dones futuros, haz que un día los poseamos en
plenitud. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según san Juan 3,7b-15
«Tenéis que nacer de
nuevo. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde
viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.» Respondió Nicodemo:
«¿Cómo puede ser eso?» Jesús le respondió: «Tú eres maestro en Israel y ¿no sabes
estas cosas? «En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos
y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro
testimonio.
Si al deciros cosas de
la tierra, no creéis, ¿cómo vais a creer si os digo cosas del cielo?
Nadie ha subido al
cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés elevó la
serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para
que todo el que crea tenga en él la vida eterna, para que quede de manifiesto
que sus obras están hechas según Dios.»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy
nos trae la conversación de Jesús con Nicodemo. Nicodemo había oído hablar de
las cosas que Jesús hacía, se había quedado impresionado y quería hablar con
Jesús para poder entender mejor. Pensaba saber las cosas de Dios. Vivía con la
libreta del pasado en la mano para ver si la novedad que Jesús anunciaba era
conforme con lo antiguo. En la conversación, Jesús dice a Nicodemo que la única
manera que él, Nicodemo, tiene de entender las cosas de Dios es ¡nacer de
nuevo! Hay veces que somos como Nicodemo: aceptamos solamente aquello que
concuerda con nuestras viejas ideas. Otras veces, nos dejamos sorprender por
los hechos y no tenemos miedo a decir: "¡Nací de nuevo!"
• Cuando los
evangelistas recuerdan las palabras de Jesús, tienen bien presentes los
problemas de las comunidades para quienes escriben. Las preguntas de Nicodemo a
Jesús son un espejo de las preguntas de las comunidades de Asia Menor del final
del siglo primero. Por esto, las respuestas de Jesús a Nicodemo son, al mismo
tiempo, una respuesta para los problemas de aquellas comunidades. Así los
cristianos hacían la catequesis en aquel tiempo. Muy probablemente, el relato
de la conversación entre Jesús y Nicodemo formaba parte de la catequesis
bautismal, pues allí se dice que las personas han de renacer del agua y del
espíritu (Jn 3,6).
• Juan 3,7b-8: Nacer
de lo alto, nacer de nuevo, nacer del Espíritu. En griego, la misma palabra
significa de nuevo y de lo alto. Jesús había dicho: “Quien no nace del agua y
del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios” (Jn 3,5). Y añadió: "Lo que
nace de la carne es carne. Lo que nace del Espíritu es Espíritu" (Jn 3,6).
Aquí, carne significa aquello que nace solamente de nuestras ideas. Lo que nace
de nosotros tiene nuestro tamaño. Nacer del Espíritu es ¡otra cosa! Y Jesús
vuelve a afirmar otra vez lo que había dicho antes: “Tenéis que nacer de lo
alto (de nuevo)”. Osea, debéis renacer del Espíritu que viene de lo alto. Y
explica que el Espíritu es como el viento. Tanto en hebraico como en griego, se
usa la misma palabra para decir espíritu y viento. Jesús dice: "El viento
sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va.
Así es todo el que nace del Espíritu.” El viento tiene, dentro de sí, un rumbo,
una dirección. Nosotros percibimos la dirección del viento, por ejemplo, el
viento del Norte o el viento del Sur, pero no conocemos ni controlamos la causa
a partir de la cual el viento se mueve en una u otra dirección. Así es el
Espíritu. "Nadie es seño del Espíritu" (Ecl 8,8). Lo que más caracteriza
el viento, el Espíritu, es la libertad. El viento, el Espíritu, es libre, no
puede ser controlado. Actúa sobre los otros y nadie consigue actuar sobre él.
Su origen es misterio, su destino es misterio. El barquero tiene que descubrir,
primero, el rumbo del viento, luego debe poner las velas según ese rumbo. Es lo
que Nicodemo y todos nosotros debemos hacer.
• Juan 3,9: Pregunta
de Nicodemo: Cómo puede ocurrir esto? Jesús no hace nada más que resumir lo que
enseñaba el Antiguo Testamento sobre la acción del Espíritu, del viento santo,
en la vida del pueblo de Dios y que Nicodemo, como maestro y doctor, debía de
saber. Pero a pesar de ello, Nicodemo queda espantado antes la respuesta de
Jesús y se deja pasar por ignorante:"¿Cómo puede ocurrir esto?"
• Juan 3,10-15:
Respuesta de Jesús: la fe nace del testimonio y no del milagro. Jesús da vuelta
a la pregunta: "Tú eres maestro en Israel ¿y no sabes esto?" Pues
para Jesús, si una persona cree sólo cuando las cosas concuerdan con sus
propios argumentos e ideales, su fe todavía no es perfecta. Perfecta es sí la
fe de la persona que cree por el testimonio. Deja de lado sus propios
argumentos y se entrega, porque cree en aquel que dio testimonio.
4) Para la reflexión
personal
• ¿Has tenido alguna
vez una experiencia que te dio la sensación de nacer de nuevo? ¿Como fue?
• Jesús compara la
acción del Espíritu Santo con el viento. ¿Qué nos revela esta comparación de
cara a la acción del Espíritu de Dios en nuestra vida? ¿Pusiste ya las velas
del barco de tu vida según la dirección del viento, del Espíritu?
5) Oración final
Yahvé está cerca de
los desanimados,
él salva a los
espíritus hundidos.
Muchas son las
desgracias del justo,
pero de todas le libra
Yahvé. (Sal 34,19-20)
Orden de los Carmelitas