¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este sábado de la 3ª semana de Cuaresma, ciclo
A.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Lucas
18,9-14
Lectio
Sábado, 21 de marzo de 2020
Tiempo de
Cuaresma
1) Oración inicial
Llenos de alegría, al
celebrar un año más la Cuaresma, te pedimos, Señor, vivir los sacramentos
pascuales y sentir en nosotros el gozo de su eficacia. Por nuestro Señor.
2) Lectura del Evangelio
Del
Evangelio según Lucas 18,9-14
A algunos que se tenían por
justos y despreciaban a los demás les dijo esta parábola: «Dos hombres subieron
al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su
interior de esta manera: ¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás
hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno
dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias.' En cambio el
publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al
cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí,
que soy pecador!' Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no.
Porque todo el que se ensalce será humillado; y el que se humille será
ensalzado.»
3) Reflexión
• En el Evangelio de hoy,
Jesús cuenta la parábola del fariseo y del publicano para enseñarnos a rezar.
Jesús tiene una manera distinta de ver las cosas. Ve algo positivo en el
publicano, aunque todo el mundo decía de él: “¡No sabe rezar!” Jesús vivía tan
unido al Padre por la oración que todo se convertía para él en expresión de
oración.
• La manera de presentar la
parábola es muy didáctica. Lucas presenta una breve introducción que sirve de
clave de lectura. Luego Jesús cuenta la parábola y al final Jesús aplica la
parábola a la vida.
• Lucas 18,9: La
introducción. La parábola es presentada por la siguiente frase: "A algunos
que se tenían por justos y despreciaban a los demás les dijo esta parábola.” La
frase es de Lucas. Se refiere al tiempo de Jesús, pero se refiere también a
nuestro tiempo. Hay siempre personas y grupos de personas que se consideran
justas y fieles y que desprecian a los demás, considerándolos ignorantes e
infieles.
• Lucas 18,10-13: La
parábola. Dos hombres van al templo a rezar: un fariseo y un publicano. Según
la opinión de la gente de entonces, los publicanos no eran considerados para
nada y no podían dirigirse a Dios, porque eran personas impuras. En la
parábola, el fariseo agradece a Dios el ser mejor que los demás. Su oración no
es que un elogio de sí mismo, una exaltación de sus buenas cualidades y un
desprecio para los demás y para el publicano. El publicano ni siquiera levanta
los ojos, pero se golpea el pecho diciendo: "¡Dios mío, ten piedad de mí
que soy un pecador!" Se pone en su lugar ante Dios.
• Lucas 18,14: La
aplicación. Si Jesús hubiera dejado opinar a la gente y decir quién de los dos
volvió justificado a su casa, todos hubieran contestado: "¡El
fariseo!" Ya que era ésta la opinión común en aquel tiempo. Jesús piensa
de manera distinta. Según él, aquel que vuelve a casa justificado, en buenas
relaciones con Dios, no es el fariseo, sino el publicano. Jesús da la vuelta al
revés. A las autoridades religiosas de la época ciertamente no les gustó la
aplicación que él hace de esta parábola.
• Jesús reza. Sobretodo
Lucas nos informa de la vida de oración de Jesús. Presenta a Jesús en constante
oración. He aquí una lista de textos del evangelio de Lucas, en los que Jesús
aparece en oración: Lc 2,46-50; 3,21: 4,1-12; 4,16; 5,16; 6,12; 9,16.18.28;
10,21; 11,1; 22,32; 22,7-14; 22,40-46; 23,34; 23,46; 24,30. Leyendo el
evangelio de Lucas, es posible encontrar otros textos que hablan de la oración
de Jesús. Jesús vivía en contacto con el Padre. La respiración de su vida era
hacer la voluntad del Padre (Jn 5,19). Jesús rezaba mucho e insistía, para que
la gente y sus discípulos hiciesen lo mismo, ya que en el contacto con Dios
nace la verdad y la persona se encuentra consigo misma, en toda su realidad y
humildad. En Jesús, la oración está íntimamente enlazada con los hechos
concretos de la vida y con las decisiones que tenía que tomar. Para poder ser
fiel al proyecto del Padre, trataba de permanecer a solas con El para
escucharle. Jesús rezaba los Salmos. Como cualquier otro judío piadoso, los
conocía de memoria. Jesús compuso su propio salmo. Es el Padre Nuestro. Su vida
era una oración permanente: "¡Yo no puedo hacer nada por mi cuenta!"
(Jn 5,19.30). Se aplica a él lo que dice el Salmo: "¡Me acusan, mientras
yo rezo!" (Sal 109,4).
4) Para la reflexión personal
• Mirando de cerca esta
parábola, ¿yo soy como el fariseo o como el publicano?
• Hay personas que dicen que no saben rezar, pero hablan todo el tiempo con Dios. ¿Conoces a personas así?
• Hay personas que dicen que no saben rezar, pero hablan todo el tiempo con Dios. ¿Conoces a personas así?
5) Oración final
Piedad de mí, oh Dios, por
tu bondad,
por tu inmensa ternura borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
purifícame de mi pecado. (Sal 51)
por tu inmensa ternura borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
purifícame de mi pecado. (Sal 51)
Orden de los Carmelitas