¡Amor y paz!
En la tradición judía, las tres "obras
buenas" más importantes eran la limosna, la oración y el ayuno (relación
con los demás, con Dios y con uno mismo). Jesús aprovecha estas tres acciones
tan estimadas para mostrar en qué consiste la "nueva justicia" del
Reino de Dios (cf. Mateo 5,20). (mercaba.org)
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio
y el comentario, hoy Miércoles de Ceniza.
Dios nos bendice
Evangelio según San
Mateo 6,1-6.16-18.
Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Comentario
La sinceridad tiene un rostro muy concreto en la predicación de
Jesús, y puede resumirse en estas palabras: "evita hacer las cosas para
que te vean". No es la aprobación de la gente la que te hará aprobado ante
Dios. No es el aplauso de la gente lo que te va a indicar la benevolencia de
Dios. Necesitas de silencio y soledad para alcanzar sinceridad. Sólo cuando tus
actos tengan por motor el deseo de agradar al Dios "que ve en lo
escondido" alcanzarás una religión auténtica y limpia.
Dios "ve en lo escondido".
No es un espía, ni tampoco un entrometido, como calumniaron los
existencialistas ateos, con Sartre a la cabeza. No es un desocupado, ni tampoco
un chismoso. Sencillamente, el universo le pertenece. Simplemente, somos obra
suya. No es una elección de Dios conocernos hasta la entraña de nuestro ser: es
la consecuencia natural del hecho básico que hizo posible nuestro ser: somos
sus creaturas.
La mirada divina es el ámbito de
verdad en que reconocemos la primera y radical afirmación de lo que somos:
creaturas. Sólo ante esa verdad y esa radical pertenencia a él alcanzamos la
verdad, primero en nuestra conciencia y luego ante los hermanos.
http://fraynelson.com/homilias.html.
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