¡Amor y paz!
A partir de un episodio
sin importancia -los discípulos se han olvidado de llevar suficientes panes-
Jesús les da una lección sobre la levadura que han de evitar.
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este martes de la VI Semana del
Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice…
Evangelio según San Marcos 8,14-21.
Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca. Jesús les hacía esta recomendación: "Estén atentos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes". Ellos discutían entre sí, porque no habían traído pan. Jesús se dio cuenta y les dijo: "¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida. Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. ¿No recuerdan cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas?". Ellos le respondieron: "Doce". "Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil personas, ¿cuántas canastas llenas de trozos recogieron?". Ellos le respondieron: "Siete". Entonces Jesús les dijo: "¿Todavía no comprenden?".
Comentario
Jesús
va sacando enseñanzas de las cosas de la vida, aunque sus oyentes esta vez,
como tantas otras, no acaban de entenderle. La levadura es un elemento pequeño,
sencillo, humilde, pero que puede hacer fermentar en bien o en mal a toda una
masa de pan. También puede entenderse en sentido simbólico: una levadura buena
o mala, dentro de una comunidad, la puede enriquecer o estropear. Jesús quiere
que sus discípulos eviten la levadura de los fariseos y de Herodes.
El aviso va para nosotros, ante todo en nuestra vida personal. Una actitud
interior de envidia, de rencor, de egoísmo, puede estropear toda nuestra
conducta. En los fariseos esta levadura mala podía ser la hipocresía o el
legalismo, en Herodes el sensualismo o la superficialidad interesada: ¿cuál es
esa levadura mala que hay dentro de nosotros y que inficiona todo lo que
miramos, decimos y hacemos?
Al
contrario, cuando dentro hay fe y amor, todo queda transformado por esa
levadura interior buena. Los actos visibles tienen una raíz en nuestra
mentalidad y en nuestro corazón: tendríamos que conocernos en profundidad y
atacar a la raíz.
El
aviso también afecta a la vida de una comunidad. Pablo, en l Corintios 5,6-8,
aplica el simbolismo al mal que existe en Corinto. La comunidad tendría que ser
«pan ázimo», o sea, pan sin levadura mala: «¿No sabéis que un poco de levadura
fermenta toda la masa?
Purificaos
de la levadura vieja, para ser masa nueva, pues sois ázimos». Y quiere que
expulsen esa levadura (está hablando del caso del incestuoso) y así puedan
celebrar la Pascua. «no con levadura vieja, ni con levadura de malicia e
inmoralidad, sino con ázimos de pureza y de verdad».
J. ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 4
Tiempo Ordinario. Semanas 1-9
Barcelona 1997. Págs. 160-164
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 4
Tiempo Ordinario. Semanas 1-9
Barcelona 1997. Págs. 160-164
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