¡Amor y paz!
Los invito a leer y meditar
el evangelio, a la manera de la lectio divina, en este martes de la 3ª semana
de Pascua, ciclo A.
Dios nos bendice..
Lectio Divina: Juan
6,30-35
Lectio
Martes, 28 de abril de 2020
1) Oración inicial
Señor, tú que abres las
puertas de tu reino a los que han renacido del agua y del Espíritu, acrecienta
la gracia que has dado a tus hijos, para que, purificados ya de sus pecados,
alcancen todas tus promesas. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Juan
6,30-35
Ellos entonces le dijeron:
«¿Qué signo haces para que viéndolo creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros
padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les
dio a comer.» Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés
quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del
cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo.»
Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.» Les dijo Jesús: «Yo soy
el pan de vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no
tendrá nunca sed.
3) Reflexión
• El Discurso del Pan de
Vida no es un texto que hay que discutir o disecar, sino un texto que hay que
meditar y rumiar. Por esto, si no se entiende todo, no hay porqué preocuparse.
Este texto del Pan de Vida exige toda una vida para meditarlo y profundizarlo.
Un testo así, la gente lo debe leer, meditar, rezar, pensar, leer de nuevo,
repetir, rumiar, como se hace con un buen caramelo en la boca. Tenerlo en la
boca, dándole vueltas, hasta que se acaba. Quien lee el Cuarto Evangelio
superficialmente puede quedarse con la impresión de que Juan repite siempre la
misma cosa. Leyendo con más atención, es posible percibir que no se trata de
repeticiones. El autor del Cuarto Evangelio tiene su propia manera de repetir
el mismo asunto, pero a un nivel cada vez más profundo. Parece como una
escalera de caracol. Girando uno llega al mismo lugar pero a un nivel más
profundo.
• Juan 6,30-33: ¿Qué señal
realizas para que podamos creer? La gente había preguntado: ¿Qué debemos hacer
para realizar la obra de Dios? Jesús responde “La obra de Dios es creer en
aquel que le ha enviado”, esto es, creer en Jesús. Por esto la gente formula
una nueva pregunta: “¿Qué señal realizas para que podamos ver y creer en ti?
¿Cuál es tu obra?” Esto significa que no entendieron la multiplicación de los
panes como una señal de parte de Dios para legitimar la multiplicación de los
panes como una señal de parte de Dios para legitimar a Jesús ante el pueblo como
un enviado de Dios. Y siguen argumentando: En el pasado, nuestros padres
comieron el maná que les fue dado por Moisés. Ellos lo llamaron “pan del cielo”
(Sab 16,20), o sea, “pan de Dios”. Moisés sigue siendo un gran líder, en quien
ellos creen. Si Jesús quiere que la gente crea en el, tiene que hacer una señal
mayor que la de Moisés. “¿Cuál es tu obra?”
• Jesús responde que el pan
dado por Moisés no era el verdadero pan del cielo. Venía de arriba, sí, pero no
era el pan de Dios, pues no garantizó la vida para nadie. Todos murieron en el
desierto. (Jn 6,49). El verdadero pan del cielo, el pan de Dios, es el pan que
vence la muerte y trae vida. Es aquel que desciende del cielo y da la vida al
mundo. ¡Es Jesús! Jesús trata de ayudar a la gente a liberarse de los esquemas
del pasado. Para él, fidelidad al pasado no significa encerrarse en las cosas
antiguas y no aceptar la renovación. Fidelidad al pasado es aceptar lo nuevo
que llega como fruto de la semilla plantada en el pasado.
• Juan 6,34-35: Señor,
¡danos siempre de este pan! Jesús responde claramente: "¡Yo soy el pan de
vida!" Comer el pan del cielo es lo mismo que creer en Jesús y aceptar el
camino que él nos ha enseñado, a saber: "¡Mi alimento es hacer la voluntad
del Padre que está en el cielo!" (Jn 4,34). Este es el alimento verdadero
que sustenta a la persona, que da un rumbo a la vida, y que trae vida nueva.
Este último versículo del evangelio de hoy (Jn 6,35) será retomado como primer
versículo del evangelio de mañana (Jn 6,35-40).
4) Para la reflexión personal
• Hambre de pan, hambre de
Dios. ¿Cuál de las dos predomina en mí?
• Jesús dijo: “Yo soy el pan de vida”. El sacia el hambre y la sed. ¿Qué experiencia tengo de esto?
• Jesús dijo: “Yo soy el pan de vida”. El sacia el hambre y la sed. ¿Qué experiencia tengo de esto?
5) Oración final
En ti, Señor, me
cobijo,
¡nunca quede defraudado!
¡Líbrame conforme a tu justicia,
tiende a mí tu oído, date prisa!
Sé mi roca de refugio,
alcázar donde me salve. (Sal 31,2-3)
¡nunca quede defraudado!
¡Líbrame conforme a tu justicia,
tiende a mí tu oído, date prisa!
Sé mi roca de refugio,
alcázar donde me salve. (Sal 31,2-3)
Orden
de los Carmelitas
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