¡Amor
y paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangeliio, en este miércoles de la 2ª semana
de Adviento, ciclo A.
Dios
nos bendice...
Lectio
Divina: Mateo 11,28-30
Lectio
Miércoles,
11 diciembre de 2019
Miércoles - Segunda semana de Adviento
1)
Oración inicial
Señor, Dios todopoderoso, que nos mandas abrir camino a
Cristo, el Señor; no permitas que desfallezcamos en nuestra debilidad los que
esperamos la llegada saludable del que viene a sanarnos de todos nuestros
males. Por nuestro Señor Jesucristo. Amen.
2)
Lectura
Del santo Evangelio según Mateo 11,28-30
«Venid a mí todos los que estáis fatigados y
sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended
de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»
3)
Reflexión
• Algunos textos de los evangelios nos revelan todo el
significado cuando les ponemos como telón de fondo el Antiguo Testamento. Así
es este texto tan breve y tan bello del evangelio de hoy. En este pasaje
resuenan dos temas del Antiguo Testamento muy queridos y mencionados, un pasaje
de Isaías y otro de los libros sapienciales.
• Isaías habla del Mesías siervo y lo representa como un
discípulo que va siempre en busca de una palabra de consuelo para poder animar
a los desalentados: “El Señor Yahvé me ha concedido el poder hablar como su
discípulo, y ha puesto en mi boca las palabras para aconsejar al que está
aburrido. Cada mañana, él me despierta y lo escucho como lo hacen los
discípulos”. (Is 50,4) Y el Mesías siervo lanza una invitación: “A ver ustedes
que andan con sed ¡vengan a tomar agua! No importa que estén sin plata, vengan
no más. Pidan trigo para el consumo, y también vino y leche, sin pagar” (Is
55,1). Estos textos estaban presentes en la memoria de la gente. Eran como los
cantos de nuestra infancia. Cuando la gente los escucha, suscitan recuerdos,
añoranzas. Asimismo la palabra de Jesús: “¡Vengan a mí! Despierta algo en la
memoria y lleva consigo la añoranza de aquellos preciosos textos de Isaías.
• Los libros sapienciales representan la sabiduría divina
en la figura de una mujer, una madre que transmite a los hijos su sabiduría y
les dice: "Adquieran sin dinero, sometan la cerviz a su yugo, que sus
almas reciben la instrucción, pues está muy cerca al alcance de ustedes. Vean
con sus propios ojos que he penado poco y conseguí mucho descanso”. (Sir
51,25-27). Jesús repite esta frase: “¡Encontrarán descanso!”
• Justamente, por esta manera suya de hablar a la gente,
Jesús aviva su memoria y así el corazón se alegra y dice: “¡Ha llegado el
Mesías tan esperado!” Jesús transformaba la añoranza en esperanza. Hacía dar a
la gente un paso más. En lugar de agarrarse a imágenes de un mesías glorioso,
rey y dominador, imágenes que los escribas enseñaban, la gente cambiaba su
visión y aceptaba a Jesús, mesías siervo. Mesías humilde y manso, acogedor y
lleno de ternura, que hacía sentir ‘a gusto’ a los pobres en su presencia.
4)
Para la reflexión personal
• La ley de Dios es para mí ¿yugo suave que me anima o un
peso que me cansa?
• ¿He sentido alguna vez la ligereza y la alegría del
yugo de la ley de Dios que Jesús nos ha revelado?
5)
Oración final
Bendice, alma mía, al Señor,
el fondo de mi ser, a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
nunca olvides sus beneficios. (Sal 103, 1-2)
el fondo de mi ser, a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
nunca olvides sus beneficios. (Sal 103, 1-2)
Orden de los Carmelitas
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