¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en
este viernes de la 1ª semana de Adviento, ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio
Divina: Mateo 9,27-31
Lectio
Viernes,
6 diciembre , 2019
1)
Oración inicial
Despierta tu poder y ven, Señor; que tu brazo liberador
nos salve de los peligros que nos amenazan a causa de nuestros pecados. Tú, que
vives y reinas.
2)
Lectura
Del santo Evangelio según Mateo 9,27-31
Cuando Jesús se iba de allí, le siguieron dos ciegos
gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!» Y al llegar a casa, se le
acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?» Dícenle:
«Sí, Señor.» Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según
vuestra fe.» Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que
nadie lo sepa!» Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda
aquella comarca.
3)
Reflexión
Otra vez, el evangelio de hoy nos pone delante el
encuentro de Jesús con la miseria humana. Jesús no se echa atrás, no se
esconde. Acoge a las personas y en su acogida entrañable revela el amor de Dios.
• Dos ciegos siguen a Jesús y gritan: “¡Hijo de David,
ten compasión de nosotros!”. A Jesús no le gustaba mucho el título de Hijo
de David. Critica la enseñanza de los escribas que decían que el
Mesías tenía que ser hijo de David: “El mismo David lo llama su Señor: ¿cómo
entonces puede ser hijo suyo?” (Mc 12,37).
• Cuando Jesús llega a la casa, pregunta a los ciegos:
“¿Creen que yo puedo sanarlos?” Y ellos responden: “Sí, Señor!” Una cosa es
tener una correcta doctrina en la cabeza, otra cosa es tener fe en el corazón.
La doctrina de los dos ciegos no era muy correcta, ya que llamaban a Jesús,
Hijo de David. Pero a Jesús no le importa que le llamen así, a él le importa
que tengan fe.
• Entonces les toca los ojos y dice: “Reciban ustedes lo
que han creído” Inmediatamente los ojos se abrieron. A pesar de no acertar en
la doctrina, los dos ciegos tienen fe. Hoy en día muchas personas están más
preocupadas con tener una doctrina que la fe.
• Es bueno que no olvidemos un pequeño detalle de
hospitalidad. Jesús llega a casa y los dos ciegos entran ellos también en su
casa, como la cosa más normal del mundo. Se sienten ‘en casa’ en la casa de
Jesús. Y ¿hoy? Una religiosa decía: “¡Hoy en día la situación del mundo es tal
que me siento desconfiada hasta con los pobres!” La situación ha cambiado
mucho.
• Jesús pide que no divulguen el milagro. Pero la
prohibición no es respetada. Los dos ciegos salen y difunden la Buena Noticia.
Anunciar el evangelio, es decir la Buena Noticia, quiere decir compartir con
los demás el bien que Dios nos hace en la vida.
4)
Para la reflexión personal
• ¿Tengo en mi vida alguna Buena Noticia que compartir
con los demás?
• ¿Sobre qué punto insisto más: en una buena doctrina o
en la fe?
5)
Oración final
Cantaré por siempre el amor del Señor,
anunciaré tu lealtad de edad en edad. (Sal 89,1)
anunciaré tu lealtad de edad en edad. (Sal 89,1)
Orden de los Carmelitas
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