¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este jueves de la 29a
semana del Tiempo Ordinario, ciclo C:
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Lucas 12,49-53
Lectio
Jueves, 24 Octubre ,
2019
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno, te
pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por
nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según
Lucas 12,49-53
«He venido a arrojar un fuego sobre
la tierra y ¡cuánto desearía que ya hubiera prendido! Con un bautismo tengo que
ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! «¿Creéis que estoy
aquí para poner paz en la tierra?
No, os lo aseguro,
sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos;
tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y
el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la
suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos presenta
algunas frases sueltas de Jesús. La primera sobre el fuego sobre la tierra la
tiene sólo Lucas. Las otras tienen frases más o menos paralelas en Mateo. Esto
nos remite al problema del origen de la composición de estos dos evangelios que
hizo correr ya mucha tinta a lo largo de los últimos dos siglos y se resolverá
plenamente sólo cuando podamos conversar con Mateo y Lucas, después de nuestra
resurrección.
• Lucas 12,49-50: Jesús, vino a traer
fuego sobre la tierra. "He venido a arrojar un
fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya hubiera prendido! Con un
bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla!”
La imagen del fuego vuelve muchas veces en la Biblia y no tiene un sentido
único. Puede ser imagen de la devastación y del castigo y puede también ser la
imagen de la purificación y de la iluminación (Is 1,25; Zc 13,9). Puede evocar
hasta protección como vemos en Isaías: Si pasas en medio de las llamas, no te
quemarás” (Is 43,2).
Juan Bautista bautizaba con agua, pero después
de él, Jesús habría de bautizar por medio del fuego (Lc 3,16). Aquí, la imagen
del fuego es asociada a la acción del Espíritu Santo que descendió el día de
Pentecostés bajo la imagen de lenguas de fuego (He 2,2-4). Las imágenes y los
símbolos no tienen nunca un sentido obligatorio, totalmente definido, que no
permita divergencia. En este caso ya no sería ni una imagen, ni un símbolo. Es
típico de la naturaleza del símbolo el provocar la imaginación de los oyentes y
de los espectadores. Dejando la libertad a los oyentes, la imagen del fuego
combinado con la imagen del bautismo indica la dirección en la que Jesús quiere
que la gente dirija su imaginación. El bautismo es asociado con el agua y es
siempre expresión de un compromiso de Jesús con su pasión:. ¿Podéis ser
bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?» . (Mc 10,38-39).
• Lucas 12,51-53: Jesús vino a traer
la división. Jesús habla siempre de paz (Mt 5,9; Mc 9,50; Lc 1,79; 10,5; 19,38;
24,36; Jo 14,27; 16,33; 20,21.26). Entonces ¿cómo entender la frase del
evangelio de hoy que parece decir lo contrario: “¿Creéis que estoy aquí para
poner paz en la tierra? No, os lo aseguro, sino división.”. Esta afirmación no
significa que Jesús estuviera a favor de la división. ¡No! Jesús no quiere la
división. El anuncio de la verdad que él, Jesús de Nazaret, era el Mesías se
volvió motivo de mucha división entre los judíos. Dentro de la misma familia o
de la comunidad, unos estaban a favor y otros radicalmente en contra.
En este sentido la Buena Noticia de Jesús era
realmente una fuente de división, una “señal de contradicción” (Lc 2,34) o como
decía Jesús: “Estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el
padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la
nuera y la nuera contra la suegra.” Era lo que estaba ocurriendo, de hecho en
las familias y en las comunidades: muchas divisiones, mucha discusión, como
consecuencia del anuncio de la Buena Noticia entre los judíos de aquella época,
unos aceptando, otros negando. Lo mismo vale para el anuncio de la fraternidad
como valor supremo de la convivencia humana.
No todos concordaban con este anuncio, pues
preferían mantener sus privilegios. Por esto, no tenían miedo de perseguir lo
que anunciaban la fraternidad y el compartir. Esta es la división que surgía y
que está en el origen de la pasión y de la muerte de Jesús. Era lo que estaba
aconteciendo. Lo que pensaba la gente. Jesús quiere la unión de todos en la
verdad (cf. Jn 17,17-23). Hasta hoy es así. Muchas veces, allí donde la Iglesia
se renueva, el llamado de la Buena Noticia se vuelve una “señal de
contradicción” y de división. Personas que durante años vivieron acomodadas en
la rutina de su vida cristiana, y que ya no quieren ser incomodadas por las
“innovaciones” del Vaticano II. Incomodadas por los cambios, usan toda su
inteligencia para encontrar argumentos en defensa de sus opiniones y para
condenar los cambios como contrarios a lo que ellas piensan ser la verdadera
fe.
4) Para la reflexión
personal
• Buscando la unión, Jesús era causa
de división. ¿Te ocurrió lo mismo alguna vez?
• Ante los cambios en la Iglesia,
¿cómo me sitúo?
5) Oración final
¡Aclamad con júbilo, justos, al
Señor,
que la alabanza es propia de hombres
rectos!
¡Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad con el arpa de diez cuerdas;
(Sal 33,1-2)
Orden de los Carmelitas
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