¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este
miércoles de la 25a semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos
bendice...
LectioDivina: Lucas 9,1-6
Lectio
Miércoles, 25
septiembre de 2019
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que has puesto la plenitud
de la ley en el amor a Ti y al prójimo; concédenos cumplir tus mandamientos
para llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según
Lucas 9,1-6
Convocando a los Doce, les dio
autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los
envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Y les dijo: «No toméis nada para
el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada
uno. Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí.
Y si algunos no os reciben, salid de aquella ciudad y sacudid el polvo de
vuestros pies en testimonio contra ellos.» Partieron, pues, y recorrieron los
pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes.
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos trae la
descripción de la misión que los Doce recibieron de Jesús. Más adelante, Lucas
habla de la misión de los setenta y dos discípulos (Lc 10,1-12). Los dos se
completan y revelan la misión de la iglesia.
• Lucas 9,1-2: Envío de los doce para
la misión. “Les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar
enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar".
Llamando a los doce, Jesús intensifica el anuncio de la Buena Nueva. El
objetivo de la misión es simple y claro: reciben el poder y la autoridad para
expulsar a los demonios, para curar las dolencias y para anunciar el Reino de
Dios. Así como la gente quedaba admirada ante la autoridad de Jesús sobre los
espíritus impuros y ante su manera de anunciar la Buena Nueva (Lc 4,32.36), lo
mismo deberá acontecer con la predicación de los doce apóstoles.
• Lucas 9,3-5: Las instrucciones para
la Misión. Jesús los envió con las siguientes recomendaciones: no pueden llevar
nada “ni bastón, ni alforja, ni dinero, ni dos túnicas”. No pueden andar de
casa en casa, sino que “Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que
os marchéis de allí.” En caso de que no os reciban “sacudid el polvo de
vuestros pies en testimonio contra ellos”. Como veremos, estas recomendaciones
extrañas para nosotros, tienen un significado muy importante.
• Lucas 9,6: La ejecución de la
misión. Y ellos se fueron. Es el comienzo de una nueva etapa. Ahora ya no es
sólo Jesús, sino es todo el grupo que va a anunciar la Buena Nueva de Dios a la
gente. Si la predicación de Jesús ya causaba conflictos, cuánto más ahora, con
la predicación de todo el grupo.
• Los cuatro puntos básicos de la
misión. En el tiempo de Jesús, había diversos movimientos de renovación:
esenios, fariseos, zelotes. Ellos también buscaban una nueva manera de convivir
en comunidad y tenían a sus misioneros (cf. Mt 23,15). Pero éstos, cuando iban
en misión, iban prevenidos. Llevaban alforja y dinero para cuidar de su propia
comida. Pues no confiaban en la comida de la gente que no siempre era
ritualmente “pura”. Al contrario de los otros misioneros, los discípulos y las
discípulas de Jesús recibieron recomendaciones diferentes que nos ayudan a
entender los puntos fundamentales de la misión de anunciar la Buena Nueva:
a) Deben ir sin nada (Lc 9,3; 10,4).
Esto significa que Jesús obliga a confiar en la hospitalidad. Pues, quien va
sin nada, va porque confía en la gente y piensa que va a ser recibido. Con esta
actitud, critican las leyes de la exclusión, enseñadas por la religión oficial,
y por la nueva práctica, mostraron que tenían otros criterios de comunidad.
b) Deben quedarse hospedados en la
primera casa hasta retirarse del lugar (Lc 9,4; 10,7). Esto es, deben convivir
de forma estable y no andar de casa en casa. Deben trabajar como todo el mundo
y vivir de lo que reciben a cambio, “pues el obrero merece su salario” (Lc
10,7). Con otras palabras, tienen que participar de la vida y del trabajo de la
gente, y la gente los acogerá en su comunidad y compartirá con ellos casa y
comida. Esto significa que deben confiar en el compartir. Esto explica también
la severidad de la crítica contra los que no aceptan el mensaje: sacudirse el
polvo de los pies, como pretexto contra ellos (Lc 10,10-12), pues no rechazan
algo nuevo, sino que su propio pasado.
c) Tienen que curar a los enfermos y
expulsar los demonios (Lc 9,1; 10,9; Mt 10,8). Esto es, deben ejercer la
función de “defensor” (goêl) y acoger para dentro del clan, dentro de la
comunidad, a los excluidos. Con esta actitud critican la situación de desintegración
de la vida comunitaria del clan y apuntan hacia salidas concretas. La expulsión
de demonios es señal de que el Reino de Dios ha llegado (Lc 11,20).
d) Tienen que comer lo que el pueblo
les da (Lc 10,8). No pueden vivir separados con su propia comida, sino que han
de aceptar la comunión de mesa. Esto significa que, en contacto con la gente,
no deben tener miedo a perder la pureza como era enseñada en la época. Con esta
actitud critican las leyes de la pureza en vigor y muestran, por medio de la
nueva práctica, que poseen otro acceso a la pureza, esto es, a la intimidad con
Dios.
Estos eran los cuatro puntos básicos
de la vida comunitaria que debían marcar la actitud de los misioneros o de las
misioneras que anunciaban la Buena Nueva de Dios en nombre de Jesús:
hospitalidad, compartir, comunión de mesa, y acogida a los excluidos (defensor,
goêl). Si estas cuatro exigencias se cumplen, entonces pueden y deben gritar a
los cuatro vientos: “¡El Reino ha llegado!” (cf. Lc 10,1-12; 9,1-6; Mc 6,7-13;
Mt 10,6-16). Pues el Reino de Dios que Jesús nos ha revelado no es una
doctrina, ni un catecismo, ni una ley. El Reino de Dios acontece y se hace
presente cuando las personas, motivadas por su fe en Jesús, deciden convivir en
comunidad para así testimoniar y revelar a todos que Dios es Padre y Madre y
que, por consiguiente, nosotros, los seres humanos, somos hermanos y hermanas
unos de otros. Jesús quería que la comunidad local fuera de nueva una expresión
de la Alianza, del Reino, del amor de Dios como Padre, que nos hace a todos
hermanos y hermanas.
4) Para la reflexión
personal
• La participación en la comunidad
¿te ha ayudado a acoger y a confiar más en las personas, sobre todo en los más
sencillos y en los pobres?
• ¿Cuál es el punto de la misión de
los apóstoles que tiene más importancia para nosotros hoy? ¿Por qué?
5) Oración final
Mi porción es el Señor.
He decidido guardar tus palabras.
Busco con anhelo tu favor,
tenme piedad por tu promesa. (Sal
119,57-58)
Orden de los Carmelitas
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