¡Amor y paz!
Los invito, hermanos,
a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este martes de la 7a semana
de Pascua, Ciclo C.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Juan 17,1-11a
Lectio
Martes, 4 Junio ,
2019
Tiempo de Pascua
1) Oración inicial
Te pedimos, Dios de
poder y misericordia, que envíes tu Espíritu Santo, para que, haciendo morada
en nosotros, nos convierta en templos de su gloria. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
santo Evangelio según Juan 17,1-11a
Así habló Jesús, y
alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu
Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado
sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Esta es
la vida eterna: que te conozcan a ti el único Dios verdadero, y al que tú has
enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra
que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la
gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. He manifestado tu Nombre a
los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo.
Tuyos eran y tú me los
has dado; y han guardado tu palabra. Ahora ya saben que todo lo que me has dado
viene de ti; porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y
ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han
creído que tú me has enviado. Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por
los que tú me has dado, porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo
es mío; y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero
ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a
los que me has dado, para que sean uno como nosotros.
3) Reflexión
• En los evangelios de
hoy, de mañana y de pasado mañana, vamos a meditar las palabras que Jesús
dirigió al Padre en el momento de la despedida. Juan conserva estas palabras y
las coloca como pronunciadas por Jesús durante el último encuentro de Jesús con
sus discípulos. Es el Testamento de Jesús en forma de plegaria, también llamada
Oración Sacerdotal (Jn 7,1-26).
• El capítulo 17 del
evangelio de Juan es el final de una larga reflexión de Jesús, iniciada en el
capítulo 15, sobre su misión en el mundo. Las comunidades guardarán estas
reflexiones para poder entender mejor el momento difícil que atraviesan:
tribulación, abandono, dudas, persecución. La larga reflexión termina con la
oración de Jesús para las comunidades. En ella afloran los sentimientos y las
preocupaciones que, según el evangelista, estaban en Jesús en el momento de
salir de este mundo para el Padre. Ahora Jesús está ante el Padre con estos
sentimientos y con esta preocupación, intercediendo por nosotros. Por esto, la
Oración Sacerdotal es también el Testamento de Jesús. Mucha gente, en el
momento de despedirse por siempre, deja algún mensaje. Todo el mundo guarda
palabras importantes del padre y de la madre, sobre todo cuando son de los
últimos momentos de la vida. Conservar estas palabras es como guardar a las
personas. Es una forma de añoranza.
• El capítulo 17 es un
texto diferente. Es más de amistad que de razonamientos. Para captar bien todo
su sentido, no basta la reflexión de la cabeza, de la razón. Este texto debe
ser meditado y acogido también en el corazón. Por esto, no hay que preocuparse
si no se entiende todo de inmediato. El texto exige toda una vida para
meditarlo y profundizarlo. Un texto así, hay que leerlo, meditarlo, pensarlo,
leerlo de nuevo, repetirlo, rumiarlo, como se hace con un caramelo en la boca,
un caramelo que gusta. Uno le da vueltas y vueltas en la boca, hasta terminarlo
del todo. Por esto, cierra los ojos, haz silencio dentro de ti y escucha a
Jesús que te está hablando a ti, transmitiéndote en el Testamento su mayor
preocupación, su última voluntad. Trata de descubrir cuál es el punto en que
Jesús insiste más y que considera el más importante.
• Juan 17,1-3: ¡Ha
llegado la hora! “Padre, ¡ha llegado la hora!" Es la hora largamente
esperada (Jn 2,4; 7,30; 8,20; 12,23.27; 13,1; 16,32). Es el momento de la
glorificación que se hará a través de la pasión, muerte y resurrección. Es el
momento de la glorificación, que se hará mediante la pasión, la muerte y la
resurrección. Al llegar al final de su misión, Jesús mira hacia atrás y hace
una revisión. En esta plegaria, él va a expresar el sentimiento más íntimo de
su corazón y el descubrimiento más profundo de su alma: la presencia del Padre
en su vida.
• Juan 17,4-8: ¡Padre,
reconocerán que vengo de Ti! Al volver a ver su vida, Jesús se ve a si mismo
como la manifestación del Padre para los amigos que el Padre le dio. Jesús no
vivió para sí. Vivió para que todos pudiesen tener un atisbo de bondad y de amor
que está encerrado en el Nombre de Dios que es Abba, Padre.
• Juan 17,9-11a: Todo
lo mío es tuyo, todo lo tuyo es mío. En el momento de dejar el mundo, Jesús
expone al Padre su preocupación y reza por los amigos que él deja atrás. Ellos
continúan en el mundo, pero no son del mundo. Son de Jesús, son de Dios, son señales
de Dios y de Jesús en este mundo. Jesús se preocupa de las personas que quedan,
y reza por ellas.
4) Para la reflexión
personal
•
¿Cuáles son las palabras de las personas queridas que tu guardas con cariño y
que orientan tu vida? En caso de que te fueras, ¿qué mensaje dejarías para tu
familia y para la comunidad?
•
¿Cuál es la frase del Testamento de Jesús que más me tocó? ¿Por qué?
5) Oración final
¡Bendito sea el Señor,
día tras día!
Él se encarga de
nuestra salvación. Pausa.
Nuestro Dios es un
Dios salvador,
el Señor libera de la
muerte. (Sal 68,20-21)
Orden
de los Carmelitas
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