¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este lunes de la 11a semana
del Tiempo Ordinario, Ciclo C.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Mateo 5,38-42
Lectio
Lunes, 17 Junio ,
2019
Tiempo
Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, fuerza de
los que en ti esperan, escucha nuestras súplicas; y, pues el hombre es frágil y
sin ti nada puede, concédenos la ayuda de tu gracia para guardar tus
mandamientos y agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
santo Evangelio según Mateo 5,38-42
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se dijo:
"Ojo por ojo, diente por diente". Yo, en cambio, os digo: No hagáis
frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla
derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la
túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla,
acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo
rehuyas."
3) Reflexión
• El evangelio de hoy
forma parte de una pequeña unidad literaria que va desde Mt 5,17 hasta Mt 5,48,
en la que se describe como pasar de la antigua justicia de los fariseos (Mt
5,20) para la nueva justicia del Reino de Dios (Mt 5,48). Describe como subir
la Montaña de las Bienaventuranzas, de donde Jesús anunció la nueva Ley del
Amor. El gran deseo de los fariseos era alcanzar la justicia, ser justo ante
Dios. Es éste también el deseo de todos nosotros. Justo es aquel o aquella que
consigue vivir allí donde Dios quiere que lo haga. Los fariseos se esforzaban
para alcanzar la justicia a través de la observancia estricta de la Ley.
Pensaban que era por el esfuerzo que podrían llegar hasta el lugar donde Dios
los quería. Jesús toma postura ante esta práctica y anuncia que la nueva
justicia tiene que superar la justicia de los fariseos (Mt 5,20). En el
evangelio de hoy estamos casi llegando a la cima de la montaña. Falta poco. La
cima está descrita con la frase: “Sed perfecto como vuestro Padre celestial es
perfecto” (Mt 5,48), que meditaremos en el evangelio de mañana. Veamos de cerca
este último grado que nos falta para llegar a la cima de la Montaña, de la que
San Juan de la Cruz dice: “Aquí reinan el silencio y el amor”.
• Mateo 5,38: Ojo por
ojo, diente por diente. Jesús cita un texto de la Ley antigua diciendo:
"Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente!”. El abrevia el
texto diciendo: ”Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, pie por pie,
quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe” (Ex 21,23-25).
Como en los casos anteriores, aquí también Jesús hace una relectura enteramente
nueva. El principio: “ojo por ojo, diente por diente” estaba en la raíz de la
interpretación que los escribas hacían de la ley. Este principio debe ser
subvertido, pues pervierte y perjudica la relación entre las personas y con
Dios.
• Mateo 5,39ª: No
devolver mal con mal. Jesús afirma exactamente lo contrario: “Pero yo os digo:
no os vengais de quien os hace el mal”. Ante una violencia recibida, nuestra
relación natural es pagar al otro con la misma moneda. La venganza pide: “ojo
por ojo, diente por diente”. Jesús pide retribuir el mal no con el mal, sino
con el bien. Pues, si no sabremos superar la violencia recibida, la espiral de
violencia lo invadirá todo y no habrá salida. Lamec decía: “Pongan atención a
mis palabras. Yo he muerto a un hombre por la hrida que me hizo y a un muchacho
por un moretón que recibí. Si Caín ha de ser vengado siete veces, Lamec ha de
serlo setenta y siete veces” (Gn 4,24). Fue por causa de esta venganza
extremada que todo terminó en la confusión de la Torre de Babel (Gen 11,1-9).
Fiel a la enseñanza de Jesús, Pablo escribe en la carta a los Romanos: “antes
bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; al que
quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al
que te obligue a andar una milla vete con él dos. “No devuelvan a nadie mal por
mal, procuren ganarse el aprecio de todos los hombres. No te dejes vencer por
lo malo, más bien vence el mal a fuerza de bien”. (Rom 12,17.21). Para poder
tener esta actitud, es necesario tener mucha fe en la posibilidad que el ser
humano tiene de recuperarse. ¿Cómo hacer esto en la práctica? Jesús nos ofrece
3 ejemplos concretos.
• Mateo 5,39b-42: Los
cuatro ejemplos para superar la espiral de violencia. Jesús dice: (a) al que te
abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; (b) al que quiera
pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; (c) y al que
te obligue a andar una milla vete con él dos. (d) a quien te pida da, y al que
desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.(Mt 5,40-42). ¿Cómo entender
estas cuatro afirmaciones? Jesús mismo nos ofreció una ayuda de cómo debemos
entenderlas. Cuando el soldado le dio una bofetada en el rostro, él no ofreció
la otra. Por el contrario, reaccionó con energía: “Si he hablado mal, muéstrame
en qué, pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?” (Jn 18,23) Jesús no enseña
la pasividad. San Pablo piensa que, retribuyendo el mal con el bien, “haciendo
esto, amontonarás brasas sobre su cabeza” (Rom 12,20). Esta fe en la
posibilidad de recupero del ser humano sólo es posible desde una raíz que nace
de la total gratuidad del amor creador que Dios mostró para con nosotros en la
vida y en las actitudes de Jesús.
4) Para la reflexión
personal
•
¿Has sentido alguna vez una rabia tan grande como para querer aplicar la
venganza “ojo por ojo”, diente por diente”? ¿Cómo hacer para superarla?
•
¿Será que la convivencia comunitaria hoy en la iglesia favorece el tener en
nosotros el amor creador que Jesús sugiere en el evangelio de hoy?
5) Oración final
Escucha mi palabra, Señor,
repara en mi plegaria,
atento a mis gritos de
auxilio,
rey mío y Dios mío.
(Sal 5,2-3)
Orden
de los Carmelitas
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