¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este jueves
de la cuarta semana de Pascua, Ciclo C.
Dios nos
bendice....
Lectio Divina: Juan 13,16-20
Lectio
Jueves, 16 May ,
2019
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que has
restaurado la naturaleza humana elevándola sobre su condición original; no
olvides tus inefables designios de amor y conserva en quienes han renacido por
el bautismo los dones que tan generosamente han recibido. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Juan 13,16-20
«En verdad, en verdad
os digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que lo envía.
«Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís. No me refiero a todos vosotros;
yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura: El que
come mi pan ha alzado contra mí su talón. «Os lo digo desde ahora, antes de que
suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy. En verdad, en verdad os
digo: quien acoja al que yo envíe, me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge
a aquel que me ha enviado.»
3) Reflexión
• A partir de hoy,
para tres semanas, todos los días, excepto las fiestas, el evangelio del día
está sacado de la larga conversación de Jesús con los discípulos durante la
Ultima Cena (Jn de 13 a 17). En estos cinco capítulos, que describen la
despedida de Jesús, se percibe la presencia de los tres hilos de los que
hablamos anteriormente y que tejen y componen el evangelio de Juan: la palabra
de Jesús, la palabra de las comunidades y la palabra del evangelista que hizo
la última redacción del Cuarto Evangelio. En estos cinco capítulos, los tres
hilos están de tal manera entrelazados que el todo se presenta como una pieza
única de rara belleza e inspiración, en la que es difícil distinguir lo que es
del uno y lo que es del otro, pero en el cual todo es Palabra de Dios para
nosotros.
• Estos cinco
capítulos traen la conversación que Jesús tuvo con sus amigos, en vísperas de
ser detenido y condenado a muerte. Era una conversación amistosa, que queda en
la memoria del Discípulo Amado. Jesús, así parece, quería prolongar al máximo
ese último encuentro, momento de mucha intimidad. Lo mismo acontece hoy. Hay
conversación y conversación. Hay conversaciones superficiales en las que se
gastan palabras y que revelan el vacío de las personas. Y hay conversaciones
que van al fondo del corazón y quedan en la memoria. Todos nosotros, de vez en
cuando, tenemos estos momentos de convivencia amistosa, que dilatan el corazón
y se convierten en fuerza en la hora de las dificultades. Ayudan a tener
confianza y a vencer el miedo.
• Los cinco versículos
del Evangelio de hoy sacan dos conclusiones del lavatorio de los pies (Jn
13,1-15). Hablan (a) del servicio como característica principal de los
seguidores de Jesús, y (b) de la a identidad de Jesús como revelación del
Padre.
• Juan 13,16-17: No es
más el siervo que su amo. Jesús acaba de lavar los pies a sus discípulos. Pedro
se asusta y no quiere que Jesús le lave los pies. “Si no te lavo los pies, no
podrás compartir conmigo” (Jn 13,8). Y basta lavar los pies; el resto no necesita
ser lavado (Jn 13,10). El valor simbólico del gesto del lavatorio consistía en
aceptar a Jesús que se entrega a sí mismo por los demás, y no aceptar a un
mesías rey glorioso. Esta entrega de sí como siervo de todos es la llave para
entender el gesto del lavatorio. Entender esto es la raíz de la felicidad de
una persona: “Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís". Pero había
personas, también entre los discípulos, que no aceptaban a Jesús como Mesías
Siervo. No querían ser siervos de otros. Probablemente, querían un mesías
glorioso como Rey y Juez, según la ideología oficial. Jesús dice:"No me
refiero a todos vosotros. Yo conozco a los que he elegido, pero tenía que
cumplirse la Escritura: ¡El que come mi pan, ha alzado contra mi su talón!”
Juan se refiere a Judas, cuya traición va a ser anunciada inmediatamente
después (Jn 13,21-30).
• Juan 13,18-20: Digo
esto desde ahora, para que creáis que YO SOY. Fue en ocasión de la liberación
de Egipto a los pies del Monte Sínai, que Dios reveló su nombre a Moisés:
“¡Estoy con vosotros!” (Es 3,12), “Yo soy el que soy” (Ex 3,14), “Estoy” o “Yo
soy” me mandó a vosotros” (Ex 3,14). El nombre Yahvé (Ex 3,15) expresa la
certeza absoluta de la presencia libertadora de Dios junto con su pueblo. De
muchas maneras y en muchas ocasiones Jesús usa esta misma expresión Yo soy o
Soy yo (Jn 8,24; 8,28; 8,58; Jo 6,20; 18,5.8; Mc 14,62; Lc 22,70). Jesús es la
presencia del rostro libertador de Dios en medio de nosotros.
4) Para la reflexión
personal
• El siervo no es
mayor que su señor. ¿Cómo hago de mi vida un servicio permanente a los otros?
• Jesús sabe convivir
con las personas que no lo aceptaban. ¿Yo lo consigo?
5) Oración final
Cantaré por siempre el
amor del Señor,
anunciaré tu lealtad
de edad en edad.
Dije: «Firme está por
siempre el amor,
en ellos cimentada tu
lealtad.» (Sal 89,2-3)
Orden
de los Carmelitas
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