¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este lunes de la 29ª
semana del Tiempo Ordinario, Ciclo B, en que celebramos la memoria de San Juan Pablo
II, Papa. Que él interceda por nosotros.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: LUCAS
12,13-21
Lectio:
Lunes, 22 octubre,
2018
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y
eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero
corazón. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas
12,13-21
Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia
conmigo.» Él le respondió: «¡Hombre! ¿Quién me ha constituido juez o repartidor
entre vosotros?» Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aunque
alguien posea abundantes riquezas, éstas no le garantizan la vida.» Les dijo
una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba
entre sí, diciendo: ` ¿Qué haré, pues no tengo dónde almacenar mi cosecha?' Y
dijo: `Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, edificaré otros más
grandes, reuniré allí todo mi trigo y mis bienes y diré a mi alma: Alma, tienes
muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea.'
Pero Dios le dijo: ` ¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas
que preparaste, ¿para quién serán?' Así es el que atesora riquezas para sí y no
se enriquece en orden a Dios.»
3) Reflexión
● El relato del evangelio
de hoy se encuentra sólo en el Evangelio de Lucas y no tiene paralelo en otros
evangelios. Forma parte de la descripción del camino de Jesús, desde Galilea
hasta Jerusalén (Lc 9,51 a 19,28), en el que Lucas coloca la mayor parte de las
informaciones que consigue recoger respecto de Jesús y que no se encuentran en
los otros tres evangelios (cf. Lc 1,2-3). El evangelio de hoy nos trae la
respuesta de Jesús a la persona que le pidió que mediara en el reparto de una
herencia.
● Lucas 12,13: Un pedido para repartir la herencia. “Uno de la gente le
dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.” Hasta
hoy, la distribución de la herencia entre los familiares es siempre una
cuestión delicada y, muchas veces, ocasiona infinitas discusiones y tensiones.
En aquel tiempo, la herencia tenía que ver también con la identidad de las
personas (1Re 21,1-3) y con su supervivencia (Núm 27,1-11; 36,1-12). El mayor
problema era la distribución de las tierras entre los hijos del fallecido
padre. Siendo una familia grande, se corría el peligro de que la herencia se
desmenuzara en pequeños pedazos de tierra que no podrían garantizar la
supervivencia de todos. Por esto, para evitar la desintegración o pulverización
de la herencia y mantener vivo el nombre de familia, el mayor de los hijos
recibía el doble de la herencia (Dt 21,17. cf. 2Re 2,11).
● Lucas 12,14-15: Respuesta de Jesús: cuidado con la ganancia. “Jesús
respondió: "¿Hombre, ¿Quién me ha constituido juez o repartidor entre
vosotros?” En la respuesta de Jesús se ve la conciencia que tenía de
su misión. Jesús no se siente enviado por Dios para atender el pedido de
arbitrar entre los parientes que se pelean entre sí por el reparto de la
herencia. Pero el pedido despierta en él la misión de orientar a las personas,
pues: “Les dijo: Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aunque
alguien posea abundantes riquezas, éstas no le garantizan la vida.” Formaba
parte de su misión el esclarecer a las personas respecto del sentido de la
vida. El valor de una vida no consiste en tener muchas cosas, sino
en ser rico para Dios (Lc 12,21). Pues, cuando la ganancia
ocupa el corazón, no se llega a repartir la herencia con equidad y con paz.
● Lucas 12,16-19: La parábola que hace pensar en el sentido de la
vida. Inmediatamente después Jesús cuenta una parábola para ayudar a
las personas a reflexionar sobre el sentido de la vida: "Los
campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo:
¿Qué haré, pues no tengo dónde almacenar mi cosecha” El hombre rico
está totalmente encerrado en la preocupación de sus bienes que aumentarán de
repente por causa de una cosecha abundante. Piensa sólo en acumular para
garantizarse una vida despreocupada. Dice: “Y dijo: Voy a
hacer esto: Voy a demoler mis graneros, edificaré otros más grandes, reuniré
allí todo mi trigo y mis bienes y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en
reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea.'
● Lucas 12,20: Primera conclusión de la parábola. “Pero Dios le dijo: ¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?' La muerte es una llave importante para redescubrir el sentido verdadero de la vida. Relativiza todo, pues muestra lo que perece y lo que permanece. Quien sólo busca tener y olvida el ser pierde todo en la hora de la muerte. Aquí se evidencia un pensamiento muy frecuente en los libros sapienciales: para qué acumular bienes en esta vida, si no sabes dónde poner los bienes que acumulas, ni sabes lo que el heredero va a hacer con aquello que tu le dejas (Ecl 2,12.18-19.21).
● Lucas 12,21: Segunda conclusión de la parábola. “Así es el que atesora riquezas para sí y no se enriquece en orden a Dios.”. ¿Cómo volverse rico para Dios? Jesús dio diversas sugerencias y consejos: quien quiere ser el primero, que sea el último (Mt 20,27; Mc 9,35; 10,44); es mejor dar que recibir (At 20,35); el mayor es el menor (Mt 18,4; 23,11; Lc 9,48) guarda su vida aquel que la pierde (Mt 10,39; 16,25; Mc 8,35; Lc 9,24).
4) Para la reflexión
personal
● El hombre pide a Jesús
que le ayude en el reparto de la herencia. Y tú ¿qué pides a Dios en tus
oraciones?
● El consumismo crea necesidades y despierta en nosotros el deseo de acumular. ¿Qué haces tú para no ser víctima de la sociedad de consumo?
5) Oración final
¡Aclama al Señor, tierra
entera,
servid al Señor con alegría,
llegaos a Él con júbilo! (Sal 100,1-2)
servid al Señor con alegría,
llegaos a Él con júbilo! (Sal 100,1-2)
Orden de los Carmelitas
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