¡Amor y paz!
En este texto Jesús nos habla del misterio de Dios,
del misterio del Padre, del misterio del Espíritu, y de su acción y presencia
en nuestras vidas. No se trata de un ‘dios desconocido’ sino de Dios amor,
verdad, gracia, justicia, salvación... Y su grandeza es tanta que no podemos
comprenderla. El Espíritu es el único que puede
iluminarnos para que no dudemos en vivir en Él
y ponernos en sus manos.
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio
y el comentario, en este miércoles de la 6ª. Semana de Pascua.
Dios nos bendice…
Evangelio según San Juan 16,12-15.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: 'Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'."
Comentario
Día a día, texto a texto, Jesús nos va enseñando en
su Evangelio quién es y qué puede en nosotros el Divino Espíritu.
Hoy nos habla de cómo el Espíritu “nos conduce hacia la verdad completa”, “nos anuncia las cosas venideras” y “glorifica a Jesucristo”. ¡Dios Santo, cuántas maravillas!
Aprendamos algo de cada una de estas frases destacadas. Si el Espíritu nos conduce hacia la verdad completa quiere decir que hay un desarrollo o crecimiento en la verdad gracias a la acción del Espíritu en medio de la comunidad cristiana. Esta idea no es bien recibida por todos los cristianos. Hay quienes quisieran que todas las verdades estuvieran en algún versículo de la Biblia, porque predican la “Sola Scriptura”, de modo que no quieren admitir como cierta una cosa si no está en algún versículo bíblico, con lo cual, según vemos, contradicen a la misma Biblia. Esto no quiere decir que cualquier cosa pueda ser admitida como parte de nuestra fe, sino que indica que Dios, que obra en la Iglesia, no nos revelará la verdad completa sino en la Iglesia.
Si el Espíritu nos anuncia las cosas venideras, debemos entender que nuestra esperanza no se sostiene solamente en las palabras que hemos escuchado ni solamente en el testimonio del pasado. La Iglesia es un organismo vivo y necesita alimento vivo para avanzar hacia su meta, que es el encuentro definitivo con Cristo Esposo. Esta idea no es bien recibida por todos los católicos. Hay algunos que piensan que cualquier palabra inspirada que parezca provenir del Cielo es alucinación, manipulación, histeria o sugestión. Y se olvidan del importante lugar que Pablo otorga al ministerio de los profetas en el Nuevo Testamento.
Si el Espíritu glorifica a Jesucristo, es porque la
Iglesia necesita crecer en adoración. Esta idea no es bien recibida por todos
los creyentes. Hay quienes ven o quieren ver en la Iglesia sólo una institución
humana que debe cambiar el rostro de la distribución de la riqueza o del
potencial laboral. Hay quienes ven o quieren ver en la Iglesia sólo un modo de
mantener el nivel moral en la familia o en la sociedad. Hoy aprendemos que la
Iglesia tiene entre sus deberes, y no es el menor, glorificar a Jesucristo, alabar
su misericordia, ponderar sus maravillas, cantar sus grandezas, elogiar su
hermosura, gozarse en su Palabra, anhelar, en fin, la felicidad infinita de
contemplar su Rostro por la eternidad.
Fray Nelson
Fray Nelson
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