¡Amor y paz!
La fama de Jesús se
extiende y llega a oídos de Herodes Antipas, tetrarca de Galilea y Perea, el
asesino de Juan el Bautista.
Este Herodes era hijo de
Herodes el Grande, el de los inocentes de Belén. Su actitud parece muy
superficial, de mera curiosidad. Está perplejo, porque ha oído que algunos
consideran que Jesús es Juan resucitado, al que él había mandado decapitar.
Este Herodes es el que más
tarde dice Lucas que amenaza con deshacerse de Jesús y recibe de éste una dura
respuesta: "id y decid a ese zorro..." (Lc l 3,3132). En la pasión,
Jesús, que había contestado a Pilato, no quiso, por el contrario, decir ni una
palabra en presencia de Herodes, que seguía deseando verle, por las cosas que
oía de él "y esperaba presenciar alguna señal o milagro" (Lc
23,8-12).
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este jueves de la XXV semana
del tiempo ordinario.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Lucas 9,7-9.
El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: "Es Juan, que ha resucitado". Otros decían: "Es Elías, que se ha aparecido", y otros: "Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado". Pero Herodes decía: "A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?". Y trataba de verlo.
Comentario
Ante Jesús siempre ha
habido reacciones diversas, más o menos superficiales.
Entonces unos creían que
era Elías, que ya se había anunciado que volvería (Jesús afirmó claramente que
este anuncio de Malaquías 3,23 se había cumplido con la venida del Bautista, su
Precursor). Otros, que había resucitado Juan o alguno de los antiguos profetas.
Por parte de Herodes, el interés se debe a su deseo por presenciar algo
espectacular. Otros reaccionaron totalmente en contra, con decidida voluntad de
eliminarlo.
En el mundo de hoy, por
parte de algunos, también hay curiosidad y poco más. Si lo vieran por la calle,
le pedirían un autógrafo, pero no se interesarían por su mensaje. Otros buscan
lo maravilloso y milagrero, cosa que no gustaba nada a Jesús: "esta
generación malvada pide señales". Para otros, Jesús ni existe. Otros le
consideran un "superstar", o un gran hombre, o un admirable maestro.
Otros se oponen radicalmente a su mensaje, como pasó entonces y ha seguido
sucediendo durante dos mil años. Abunda la literatura sobre Jesús, que siempre
ha sido una figura apasionante. Una literatura que en muchos casos es morbosa y
comercial.
Sólo los que se acercan a
él con fe y sencillez de corazón logran entender poco a poco su identidad como
enviado de Dios y su misión salvadora. Nosotros somos de éstos. Pero ¿ayudamos
también a otros a enterarse de toda la riqueza de Jesús? Son muchas las
personas, jóvenes y mayores, que también en nuestra generación "desean ver
a Jesús", aunque a veces no se den cuenta a quién están buscando en
verdad. Nosotros deberíamos dar testimonio, con nuestra vida y nuestra palabra
oportuna, de que Jesús es la respuesta plena de Dios a todas nuestras
búsquedas.
J. ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 6
Tiempo Ordinario. Semanas 22-34
Barcelona 1997. Págs. 103-107
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 6
Tiempo Ordinario. Semanas 22-34
Barcelona 1997. Págs. 103-107
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