¡Amor y paz!
En el texto evangélico de
hoy se da la confluencia de los textos centrales del cristianismo y del
judaísmo. El "shema Yisreel" es el texto que, junto con el rito de la
circuncisión, dan identidad y nutren la espiritualidad y la acción del pueblo
judío.
Mientras que en la
religión cristiana, el amor a Dios y al prójimo son los puntos se deberían
volver centrales e importantes; deberían ser el centro de nuestra reflexión y
acción.
Que el Señor Jesús bendiga hoy a todas las mujeres en su Día Internacional y que, a imitación de María Santísima, se muestren disponibles para colaborar siempre en la salvación del mundo.
Que el Señor Jesús bendiga hoy a todas las mujeres en su Día Internacional y que, a imitación de María Santísima, se muestren disponibles para colaborar siempre en la salvación del mundo.
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este viernes de la 3ª, semana
de Cuaresma.
Dios los bendiga,…
Evangelio según San Marcos
12,28b-34.
Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: "¿Cuál es el primero de los mandamientos?". Jesús respondió: "El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos". El escriba le dijo: "Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios". Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: "Tú no estás lejos del Reino de Dios". Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Comentario
Jesús sigue rodeado de
personas ansiosas por saber más acerca de su mensaje. Uno de los convidados
toma la palabra queriendo saber qué mandamientos seguir para acceder al Reino.
Jesús le resume todos los mandamientos en una antigua ley del Deuteronomio (6,
4-5), que recalca el amor a Dios con todo nuestro ser antes que ninguna otra
cosa. Y luego toma otro mandato antiguo, que aparece en el Levítico (19, 18), y
ratifica el amor que se debe dar al prójimo. La gran originalidad de Jesús está
en que une los dos mandamientos, indicando que uno no se puede cumplir sin el
otro. Sólo se puede amar a Dios amando al prójimo.
Las preguntas que con
bastante sabiduría le hacen a Jesús algunas personas del pueblo nos dan a
entender que Dios siempre ha estado presente y trabajado en todos los pueblos,
en sus culturas, en todos los tiempos, depositado siempre las semillas de su
Reino. Y esas preguntas un día llegan a su plenitud, se encuentran con Jesús y
quedan respondidas por él. Las leyes antiguas que utiliza Jesús para responder
a la pregunta que le hacen, así lo ratifican. Jesús responde con libertad y
confianza porque comprueba que está vivo el deseo por encontrar el camino correcto
y de tener acceso a Dios.
La comunidad, a partir de
la respuesta de Jesús, entiende que el amor a Dios no está puesto fuera de la
esfera humana. Es decir, amar a Dios sólo es posible amando al prójimo; y el
amor que se practique con Dios debe ser igual al practicado con las demás
personas. Con esta forma de unir a Dios y al ser humano, Jesús abre un panorama
nuevo: se sale de la práctica deshumanizada de la ley, para llegar a lo
importante: la humanización, el crecimiento cualitativo del ser humano. Aquí
está la gloria de Dios y su máximo mandamiento. Lo importante será el ser
humano y no las leyes que matan a las personas para rendir culto a un falso
dios. Ahora el hombre es reconocido en su verdadera dimensión y se le quita al
poderoso la oportunidad de manipular la ley en su favor.
Servicio
Bíblico Latinoamericano
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