¡Amor y paz!
Jesús nos da ejemplo de persona
orante y es Lucas el evangelista quien más lo destaca. El Señor ora todo el
tiempo y especialmente antes de tomar las grandes decisiones, como esta que nos
narra hoy el evangelio, de la elección de los Doce apóstoles: «Por aquel
entonces salió Jesús, fue al monte a orar y se pasó la noche orando a Dios»
(6,12).
¿Qué tanta importancia le
da cada uno de nosotros a la oración? ¿Cómo es la oración de cada uno? ¿Va
precedida de un acto de fe y un ponerse en presencia de Dios nuestro Señor? ¿O
es una oración llena de fórmulas, fría y poco fervorosa?
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este martes de la XXIII Semana
del Tiempo Ordinario.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Lucas 6,12-19.
En esos días, Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Comentario
Nos encontramos ante dos
unidades literarias: la elección de los doce (versos 12-16) y la presentación
de la muchedumbre que sigue a Jesús (17-19).
Ambas unidades se construyen sobre la base y el clima de la oración de Jesús (v. 12). Jesús "sale" de la masa entusiasta y de sus rivales enemigos, sube a la "montaña", símbolo y lugar del encuentro con Dios (1 Re 19), y allí "pasa la noche" (Sal 1,2; 42,4; 119, 55), "orando". La oración es un tema predilecto de Lucas (3,21; 5,16; 6,12; 9,18. 28-27; 11,1; 22,41).
Ambas unidades se construyen sobre la base y el clima de la oración de Jesús (v. 12). Jesús "sale" de la masa entusiasta y de sus rivales enemigos, sube a la "montaña", símbolo y lugar del encuentro con Dios (1 Re 19), y allí "pasa la noche" (Sal 1,2; 42,4; 119, 55), "orando". La oración es un tema predilecto de Lucas (3,21; 5,16; 6,12; 9,18. 28-27; 11,1; 22,41).
Los versos 13-16 (la
elección de los doce) son eminentemente eclesiológicos. Dejan entrever una
estructura de la comunidad. A modo de círculos concéntricos se sitúan el
pueblo, los discípulos, los doce. Pedro encabeza la lista (siendo el primero),
Judas Iscariote la concluye (siendo el último). En una aproximación sociológica
del grupo de los doce se evidencia su heterogeneidad: hay dos nombres griegos,
un excolaboracionista (identificando a Mateo con Leví), un ex-simpatizante de
los extremistas zelotas, y hasta un traidor.
Jesús, así como Yavé en el
AT, tiene la iniciativa de la elección (1 Sm. 10,24; Sal 78,68.70). "Los
nombró apóstoles"; título que se acepta sin discusión (1 Cor 12, 28; Ef
2,20). Este título indica el cambio de función, al igual que el cambio del
nombre a Simón.
La segunda unidad
literaria 6, 17-19, contiene un sumario de enseñanzas y curaciones, que servirá
de trasfondo al discurso que sigue. El evangelista Lucas, que es un
extraordinario narrador, hace hincapié en la grandeza o multitud de discípulos
y de pueblo. La nota geográfica de la procedencia (desde la capital y de su
provincia, hasta la costa pagana de Tiro y Sidón), sirve para representar de
modo simbólico la eclesiología lucana. La afluencia desde diversas zonas
geográficas simboliza la universalidad de la iglesia, compuesta por judíos y
paganos. Se trata de otro tema predilecto de nuestro evangelista.
Finalmente observamos el
poder de atracción de Jesús. Jesús atrae por sus palabras (11,31) y por sus
acciones, en este caso por su poder curativo, que transmite por contacto. El
misterio de la encarnación revela cómo el poder de Dios actúa en el tiempo y en
el espacio, actúa en la persona concreta de Jesús y se convierte en poder
vivificante, rehabilitador.
Diario
Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)
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