¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este viernes de la 5ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo A.
Dios nos bendice...
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 3, 1-8
La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho, y dijo a la mujer: « ¿Así que Dios les ordenó que no comieran de ningún árbol del jardín?»
La mujer le respondió: «Podemos comer los frutos de todos los árboles del jardín. Pero respecto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: «No coman de él ni lo toquen, porque de lo contrario quedarán sujetos a la muerte».»
La serpiente dijo a la mujer: «No, no morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal.»
Cuando la mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir discernimiento, tomó de su fruto y comió; luego se lo dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió. Entonces se abrieron los ojos de los dos y descubrieron que estaban desnudos. Por eso se hicieron unos taparrabos, entretejiendo hojas de higuera.
Al oír la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín, a la hora en que sopla la brisa, se ocultaron de él, entre los árboles del jardín.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 31, 1-2. 5. 6. 7 (R.: 1a)
R. ¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado!
¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado
y liberado de su falta!
¡Feliz el hombre a quien el Señor
no le tiene en cuenta las culpas,
y en cuyo espíritu no hay doblez! R.
Yo reconocí mi pecado,
no te escondí mi culpa,
pensando: «Confesaré mis faltas al Señor.»
¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado! R.
Por eso, que todos tus fieles te supliquen
en el momento de la angustia;
y cuando irrumpan las aguas caudalosas
no llegarán hasta ellos. R.
Tú eres mi refugio,
tú me libras de los peligros
y me colmas con la alegría de la salvación. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 7, 31-37
Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis.
Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos. Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua. Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: «Efatá», que significa: «Ábrete.» Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente.
Jesús les mandó insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos más lo proclamaban y, en el colmo de la admiración, decían: «Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- Si bien al principio todo fue bueno, y la situación de Adán y Eva en el Edén era idílica, llegó el pecado y todo cambió. En un relato también lleno de imaginación popular, pero con un contenido teológico innegable, se nos cuenta la tentación de la serpiente, la caída primero de Eva y luego de Adán, y el cambio inmediato: se sintieron desnudos, empezaron a tener miedo de Dios y se escondieron en su presencia.
- Es la primera página negra de la historia de la humanidad, que ha tenido consecuencias universales. En ella está representado y condensado todo el mal que ha habido y sigue habiendo en nuestra existencia: la ambición desmedida, el orgullo, la autosuficiencia, la mentira, la cobardía. El pecado original lo tenemos todos dentro.
- El pecado, el de Adán y Eva y el nuestro a lo largo de la historia, es el que trastorna la armonía que Dios había previsto. Se ha perdido el equilibrio entre los hombres y Dios, y entre ellos mismos. Siempre quedará el recuerdo y la añoranza de la realidad del Edén. Cuando los profetas anuncien el final del destierro de Babilonia, lo harán con frecuencia sirviéndose de las imágenes de una vuelta a la paz y la felicidad del paraíso perdido.
***
- Jesús dejando de nuevo los confines de Tiro, se fue por Sidón hacia el lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Todos estos desplazamientos son significativos. Jesús se encuentra en territorio extranjero. Este milagro, una vez más será hecho a favor de un pagano, en pleno país de misión.
- El milagro relatado en estos versículos pertenece al grupo de capítulos del evangelio de Marcos, escritos con la intención de que el pueblo, llegue a descubrir en Jesús su humanidad y su divinidad. Relata cómo mientras estaba Jesús en la región del mar de Galilea, le traen un hombre sordo y tartamudo, pidiéndole que haga algo por él. Jesús lo aparta de la gente, y después de tocarlo con sus dedos y su saliva, expresión de su humanidad; antes de curarlo definitivamente, Jesús mira al cielo mostrando que la omnipotencia divina es la que hará el milagro.
- Gestos humanos, corporales, sensibles que revalorizan la dignidad del cuerpo llevándolo a la calidad de instrumento de comunicación, expresión de la salvación. La gracia más divina, más espiritual, pasa por humildes y modestos «signos». Para el sordomudo, gestos pobres y naturales fueron extremadamente reveladores de la ternura salvadora de Jesús. La curación del sordomudo provoca reacciones muy buenas hacia Jesús por parte de los habitantes de Sidón que llegan a decir que todo lo ha hecho bien.
- Somos una unidad, una totalidad: quien actúe sobre el cuerpo, aunque no se lo proponga está actuando sobre el espíritu, y viceversa. En Jesús se manifiesta la humanidad divinizada y la divinidad humanizada. Su cuerpo es instrumento de salvación. Sus sentidos están abiertos al dolor del otro. Ese cuerpo que se cansa, que siente hambre y dolor, que se conmueve es un regalo de Dios a los hombres; es la forma visible de la bondad de Dios.
- El cuerpo es creación de Dios, y es el instrumento indispensable por el que nos hacemos presentes en el mundo, que nos permite acercarnos a nuestros hermanos, comunicarnos con ellos. El espíritu que lo invade es lo que puede impulsar al hombre a ser instrumento de salvación para él mismo y para los otros.
- Hoy Jesús Resucitado sigue curando a la humanidad a través de su Iglesia. Con los gestos sacramentales: imposición de manos, bendición, unción con óleo y crisma Jesús sigue actuando. Gestos tomados de la cultura humana; de ellos se sirve Dios para transmitir su salvación. Gestos que siguen cargados de simbología. El evangelio de hoy, es un signo claro para el cristiano que debe tener abiertos los oídos para escuchar y los labios para hablar. Para escuchar a Dios y a los hombres, sin hacerse el sordo: ni a la Palabra salvadora, ni a la necesidad del hermano.
PARA DISCERNIR
- ¿A qué realidades cerré mis oídos?
- ¿Qué verdades callé por miedo o conveniencia?
- ¿Experimento la necesidad de ser sanado?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero escucharte Señor
ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES
Vicaría de Pastoral
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