¡Amor y paz!
Los invito, hermanos. a leer y meditar la Palabra de Dios, en este lunes de la 2ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos bendice...
PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de Samuel 15, 16-23
Samuel dijo a Saúl: « ¡Basta! Voy a anunciarte lo que el Señor me dijo anoche.» «Habla», replicó él.
Samuel añadió: «Aunque tú mismo te consideres poca cosa, ¿no estás al frente de las tribus de Israel? El Señor te ha ungido rey de Israel. El te mandó hacer una expedición y te dijo: Ve y consagra al exterminio a esos pecadores, los amalecitas; combátelos hasta acabar con ellos. ¿Por qué entonces no has escuchado la voz del Señor? ¿Por qué te has lanzado sobre el botín y has hecho lo malo a los ojos del Señor?»
Saúl le replicó: « ¡Yo escuché la voz del Señor! Hice la expedición que él me había encomendado; traje a Agad, rey de Amalec, consagré al exterminio a los amalecitas, y el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, lo mejor de lo destinado al exterminio, para ofrecer sacrificios al Señor, tu Dios, en Guilgal.» Samuel respondió: « ¿Quiere el Señor holocaustos y sacrificios o quiere que se obedezca su voz? La obediencia vale más que el sacrificio; la docilidad, más que la grasa de carneros. Como pecado de hechicería es la rebeldía; como crimen de idolatría es la contumacia. Porque tú has rechazado la palabra del Señor, él te ha rechazado a ti para que no seas rey.»
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 49, 8-9. 16bc-17. 21 y 23 (R.: 23b)
R. Al que va por el buen camino, le haré gustar la salvación de Dios.
No te acuso por tus sacrificios:
¡tus holocaustos están siempre en mi presencia!
Pero yo no necesito los novillos de tu casa
ni los cabritos de tus corrales. R.
« ¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y a mencionar mi alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza
y te despreocupas de mis palabras? R.
Haces esto, ¿y yo me voy a callar?
¿Piensas acaso que soy como tú?
Te acusaré y te argüiré cara a cara. R
El que ofrece sacrificios de alabanza,
me honra de verdad;
y al que va por el buen camino,
le haré gustar la salvación de Dios.» R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 18-22
Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: « ¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?»
Jesús les respondió: « ¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
- La figura de Saúl, el primer rey de Israel, es en verdad dramática. A pesar de triunfar en la batalla, Samuel le anuncia que Dios le ha retirado su favor.
- En la época de Saúl, regía un principio moral reconocido por todos los pueblos: terminada una guerra santa, el pueblo vencedor juraba el exterminio total del pueblo vencido.
- Saúl no exterminó totalmente a los amalecitas y sus posesiones, sino que, por debilidad, permitió que sus soldados tomaran parte del botín; presuntamente para ofrecerlo en sacrificio a Dios. El profeta Samuel reprocha duramente a Saúl el haber salvado a una parte de los enemigos. El rey se esforzó en defenderse, invocando su «sinceridad», presentando sus «excusas», pero no le valió.
- No triunfó, porque no actuó según la voluntad de Dios. Saúl no ha fracasado porque Dios lo ha abandonado, sino porque primero él ha abandonado a Dios. Saúl abandonó a Dios y no obedeció, iniciando un camino que lo llevó al desastre. Lo que debería considerarse como lección para los reyes siguientes.
- El fracaso de Saúl, recordará siempre a los reyes que Dios da la realeza y la quita cuando quiere, y que hay que obedecerle a Él y a sus enviados, los profetas. Lo que vale ante Dios es la obediencia, el sacrificio interior y personal, y no la ofrenda de sacrificios materiales.
***
- En la sociedad de los tiempos de Jesús, la fe se encontraba determinada por un estilo legal y no era bien visto que pudiera haber algo superior a la Ley. Los judíos ayunaban los lunes y jueves dando a esta práctica un tono de espera mesiánica. También el ayuno del Bautista y sus discípulos apuntaba a la preparación de la venida del Mesías. Los discípulos de Juan y los fariseos cuestionan a Jesús y le preguntan el motivo por el cual sus discípulos no ayunan tal como lo hacen los discípulos de Juan y los fariseos.
- Jesús no acepta ciegamente la ley, la crítica, la somete a la medida de una ley superior del amor y la misericordia de Dios. Ante el cuestionamiento sobre el ayuno, revela sus profundas motivaciones: ha llegado un tiempo completamente nuevo, el de las bodas mesiánicas entre Dios y su pueblo, son tiempos de fiesta, de alegría, de vino nuevo y de pan en abundancia. Él es el Novio y por tanto, mientras esté el Novio, los discípulos están de fiesta. Esta actitud de Jesús implica la novedad del tiempo que Él inaugura.
- El ejemplo del remiendo y el vino nuevo quieren mostrar la novedad del Reino, la capacidad de riesgo y creatividad que este Reino exige. La novedad de Jesús y su buena noticia ponen de manifiesto que la vieja estructura debe ser cambiada de raíz, que el Reino no es una reforma de la ley, que no vino a poner algo nuevo sobre lo viejo. Entre los que escuchaban al Señor, la mayoría serían pobres y sabrían de remiendos en vestidos; habría vendimiadores que sabrían lo que ocurre cuando el vino nuevo se echa en odres viejos.
- El vino nuevo es el evangelio de Jesús. Los odres viejos, las instituciones judías y sobre todo la mentalidad de algunos. Los odres nuevos son la mentalidad nueva, el corazón nuevo.
- Para la vida de los discípulos de Cristo el ayuno sigue teniendo sentido. Tanto humana como cristianamente, nos ayuda a crecer y madurar el saber renunciar a algo y darlo a los demás, saber controlar nuestras deseos y tener libertad interior frente a las urgencias del mundo y consumo. Pero el ayuno no es un absoluto en nuestra fe, lo más importante. Lo primario es la fiesta, la alegría por la gracia de sabernos amados y salvados. Lo definitivo e importante es la Pascua, aunque también tengan sentido el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo como preparación. También el amor supone muchas veces renuncia. Pero esta renuncia, que es un modo de ayuno, no debe disminuir la alegría.
- Son los tiempos mesiánicos, el novio está con nosotros y nos enseña a ayunar de lo caduco, de lo viejo, de lo destinado a la muerte y la nada; es decir: ayunar de la soberbia, la codicia, el egoísmo, el odio y la venganza. La formación del discípulo de Jesús no se hace en el marco de la antigua alianza, regulada por leyes y ritos, sino sobre la adhesión a Jesús y a su mensaje de amor y liberación.
- Jesús nos invita a vivir siempre de fiesta porque siempre somos amados por Dios y siempre estamos invitados a amarnos entre nosotros. El discípulo de Cristo, no se distingue por sus prácticas religiosas, sino por un estilo de vida centrado en el Maestro y dirigido por la fuerza del Espíritu Santo.
- Cristo ha venido a renovar totalmente nuestra vida para que, viviendo en comunión de vida con Él, tengamos la alegría de vivir el amor fraterno, trabajar por la paz, preocuparnos para que haya más justicia. Mientras no vivamos totalmente comprometidos con nuestra fe en la vida diaria, todo lo que hagamos, en cuanto a prácticas religiosas, no será en nosotros sino sólo un remiendo.
PARA DISCERNIR
- ¿Qué provoca en nosotros las acciones de Jesús?
- ¿Hay algo en su vida y en sus enseñanzas que nos resulte molesto?
- ¿Qué nos falta para ser odres nuevos?
ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES
Vicaría de Pastoral
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